Capítulo 4:Noche de copas.
A las nueve en punto ni un minuto más tampoco uno menos, a la hora exacta el hombre que tanto he estado esperando entró por la gran puerta de vidrio. Presionó la taza de café contra mis labios para esconder mi alegría mientras sigo con la vista su caminar hasta llegar a la cola de pedidos. Sospecho que se dio cuenta de que alguien lo miraba porque volteó frunciendo el ceño viendo todo el lugar, me tocó disimular rápidamente para que no notará que mis ojos estaban en él.
La mesa en donde me encuentro tiene buena visibilidad a la que él se encuentra. Su rostro está serio pero a la vez relajado, su barba esta perfectamente delimitada, mi ojos van directamente a sus labios debido a que los está acariciando con su lengua. 911 tengo una emergencia puede que muera aquí en esta mesa. Maldigo cuando alguien tropieza con mi silla provocando que me eche el café encima. Volteó para ver a mi hermano con una gran sonrisa en su rostro, lo ha hecho adrede, sino estuviera en público ya estaría encima de él golpeandolo.
-Te hice un favor-Aún sigue con esa sonrisa-Te tenías que ver estabas en otro mundo.
-Sólo apreciaba la vista-Trato de limpiar mi ropa aunque ya es una causa perdida- Por cierto me debes un café.
-Podrías agradecerme hice que el galán volteara a verte-Toma asiento para seguir disfrutando del momento.
-Al igual que todas las personas que están aquí ahorita.
-Lu sólo saludalo y ya-Hace seña para que nos traigan cafe- Eres simpatica, además ese cabello que tienes llama la atención no todos los días se ve un cabello crespo tan largo-Dice mientras juega con un mechón.
-A mi sólo me gusta verlo ¿Entendido?-Le explicó mientras agradezco a la chica que repuso mi café.
-¿Se supone que tengo que creer eso?.
-Si Alessandro se supone que lo creas porque es verdad-A quien trato de engañar.
-Si tu lo dices-Lo fulmino con la mirada para que no siga con el tema.
Estuve sentada junto a mi hermano hasta que ambos acabamos con nuestra bebida. Una que otras veces hacia comentarios referentes a mi falta de valentía los cuales yo ignoraba con un éxito total, en algún momento se aburrira de eso. Media hora después le di un beso de despedida, un largo día de ensayos está esperando por mi.
De pequeña siempre soñaba con bailar en Broadway, cada noche al cerrar los ojos me veía ahí bailando sobre ese gran escenario con las luces iluminando cada movimiento. A medida que voy creciendo me doy cuenta que los sueños son algo fabuloso, pero muchas veces para llegar a ellos hay que dejar de soñar un poco y detenerse a observar la realidad, es algo ilógico. Sueña que eso te convierte en persona, tan solo cuida de no hacerlo mucho para que cuando despiertes sea algo que puedas cumplir.
Al llegar al estudio me percato de que tengo un texto de Alessandro disculpandose por lo sucedido en la mañana. Entre risas provocadas por el recuerdo voy directo al salón de baile en donde me toca ensayo. Al entrar me encuentro con Sarah ajustando sus zapatillas.
-Hola guapa- Saludo lanzándome sobre ella.
-¿Algún día dejaras de hacer eso? - suspira llena de esperanza mientras me abraza.
-No- Admito como si fuera algo obvio.
Sarah es mi compañera de baile también lo es en el trabajo. Tenemos varios años conociendo debido a todas las competencias que teníamos en común, sin embargo la verdadera amistad nació cuando me uní a la Academia en la cual ella pertenece aquí en la ciudad.
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Cuando Te Diga Adiós
RomanceTodos tenemos secretos, algunos más grandes que otros, pero existen. Los guardamos sin saber a quien contarlos pensando que nos juzgaran...¿Pero y si no?.... Si no te juzga habrás encontrado a la persona que realmente te aprecia sin importar todo lo...