Parte seis

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— ¿Básicamente te prometió la luna y las estrellas? —pregunto Louis, con una sonrisa burlesca—.

El día anterior Zayn y yo habíamos salido y todo había sido mágico y perfecto. Él fue lindo en todos los aspectos, cada sonrisa que me dio compenso las cucharadas del helado no comprado...

— El mundo entero, Lou... Me prometio el mundo entero...

— Lo que sea —rodó los ojos— El punto es que te dijo que te amaba...

— No me dijo que me amaba —fruncí el ceño— Sólo fue lindo y amable

— Casi te propone matrimonio. ¡Harry y yo llevaremos los anillos!

— No contraeremos matrimonio—rodé los ojos— Hace un mes que nos conocemos...

— !¿Y eso que?! Harry y yo nos casaremos, y sólo llevamos un mes de conocernos —interrumpió Louis antes de que pudiera continuar—.

— Pero tú y Harry tiene problemas —suspire— No me sorprendería que me dijeras que ya tuvieron sexo...

— Cuatro días a la semana —sonrió de forma inocente ante mi mueca de asco— Dos veces al día, si se puede, tres...

— ¡Eres un asco! —le arrojé una almohada— Era sarcasmo, no me interesa tu vida sexual...

— ¡Cuando dejes de ser una princesa virgen lo entenderás!

— Lo que digas "señor experto en sexo".

(...)

Me encontraba recogiendo mi habitación, cuando el celular sonó...

— Hola Zayn —trate de sonar lo más normal posible, nada de emociones—.

— Hola pequeño Freak... Me preguntaba si te apetecía comer pizza...

— Será como la vez pasada, sólo ilusionas a mi estómago —sonreí aún sabiendo que él no podía verme— Aún quiero mi helado...

— Descuida cariño —soltó una leve risa— Esta vez si te alimentare... Y quizá tengamos postre...

— De acuerdo... ¿Dónde nos vemos?

— Sólo tienes que abrirme la puerta...

— Segu... Espera... ¡¿Qué?! —comencé a caminar a la puerta de entrada, aún sosteniendo el celular— Por favor dime que no estas ahí, si estas ahí me dará algo...

Quite el seguro de la puerta y al otro lado se encontraba Zayn, con una caja de pizza y una mochila.

— ¿Esto es real? —hable aún por el celular—.

— Sip —su sonrisa, su jodida sonrisa— Es real..

Cortamos la llamada y le ayudé con la caja de pizza. Entramos al apartamento y dejamos todo en la sala.

— Es lindo que vinieras —le sonreí de forma tímida—.

— Es lindo que te guste que venga...

Palomitas de maíz {Ziall Horalik}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora