Capítulo 2

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Narra Marina:

Dicen que cuando la muerte toca a la puerta, está en nosotros el poder de abrir o no.

La primera vez que abro los ojos, lo único que siento es dolor.

-ESTÁ VIVA! -alguien grita.

Segundos después veo una sombra moverse encima de mí y una linterna pasar por mi ojos. No sé por qué, pero me recuerda a una de las series de ciencia ficción que tanto me gustan. El único problema es que esto es real.
De repente algo va mal, mi garganta se obstruye con algún tipo de líquido viscoso y me lo echo todo encima.

Joder, mis pulmones, se me están abrasando.

Las sombras empiezan a moverse por toda la sala y me ponen algo sobre la boca y la nariz. El aire me vuelve a llenar los pulmones y una de las sombras parece sujetar algo en la mano. Parece una jeringuilla. De repente me veo arrastrada hacia un agujero negro que me engulle.

Los días siguientes no son mucho mejores, las drogas solo me permiten abrir los ojos treinta segundos al día, y no paro de tener pesadillas. Lo único distinto de hoy es que el dolor ha cesado un poco, por primera vez. Antes de volver a la oscuridad, el último pensamiento es para mí madre.

Por fin llega un día en el que me despierto, dolorida, muy dolorida, pero no tanto como para no poder hablar y moverme en la cama. Espero casi una hora hasta que una doctora aparece por la puerta, está sonriendo.

-Buenas tardes, Marina. ¿Cómo te encuentras hoy?

-A ti qué te parece? -mi voz suena ronca, toso para aclarármela y hago una mueca de dolor. Me permito el lujo de tutearla, puesto que no es mucho mayor que yo, debe tener unos veinticinco.

-Voy a ponerte un poco más de medicina.

Y una mierda.

-¡No! -grito, lo que hace que el dolor se incremente- Más drogas no.

-Tranquila, es solo para el dolor -me la aplica- Ya, enseguida hace efecto. ¿Necesitas algo más?

-Sí, ¿dónde está mi madre?

La cara de la doctora cambia por completo.

-Te he hecho una pregunta.

-Marina, deberías descansar

-¡Contesta!

Se queda un rato callada, mirándome a los ojos. Cuando estoy a punto de replicar dice lo que mi mente había estado evitando todos estos días.

-Marina, tu madre no ha sobrevivido al incidente.

En ese mismo instante, el dolor de ninguno de estos días se puede comparar con la explosión que se produce en lo más profundo de mi pecho.

HOLA QUÉ TAL 😬 HA SIDO ALGO CORTO PERO NO ESTABA PLANEADO SUBIR HOY ASÍ QUE MEJOR POCO QUE NADA.
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