Cuando Violeta cayó, montó un show que flipas.
-Pero ¡¿qué es ésto?! -Gritaba- ¡¿Ésto es una broma, ó qué?! ¡¿Cómo puede que éste podría haber sido mi fin, y me encuentro con ésto?! ¡¿Pero quién ha sido el imbécil de poner ésto, eh?!
Cuando terminó, Victoria, sin miedo, saltó al vacío donde "se suponía" que estaban los cocodrilos y las serpientes.
-Pero, ¡¿qué haces, Victoria?! -Le gritó Martí.
-¡Calla! Que yo sé lo que me hago, ¡créeme!
Cuando saltó, cogió su mochila y sacó una lupa e inspeccionó las serpientes y los cocodrilos.
-Hmmm... Esto es muy sospechoso -empezó Victoria-. Primero de todo, estos animales deberían ser de verdad.
-¡¿Cómo?! ¡¿Que no son de verdad?! -Gritó Violeta.
-No, querida Violeta. Son peluches. Esto es una farsa. Pero, ¿por qué han puesto una trampa tan vulgar?
Los chicos se lo pensaron un poco, pero no les vino ninguna idea a la cabeza. Y entonces siguieron el camino. Las pirámides tenían muchas trampas esperándolos ...
Los chicos estaban cansados de tanto caminar. Aquel lugar de las pirámides era más aburrido que la última clase de Biología. Ellos no pensaban que las pirámides fueran tan SENCILLAS por dentro. Después de estos pensamientos, Victoria sintió un grito. Luego otro. Y luego otro más. Los chicos se empezaron a asustar. Había ruidos de muchas cosas, y todas siniestras. Después de oír los gritos, Marc vio un jeroglífico escrito en la pared:
-Eh, chicos, ¡mirad! ¡Un jeroglífico!
-¡Guau! Es...
Violeta no pudo seguir porque entonces se oyó a Victoria gritando:
-¡Auxilio! ¡Me atrapan! ¡Auxilio! ¡Chicos!...
Todos se volvieron de golpe: ¡Victoria había desaparecido! ¿Cómo podía ser? ¿Pero cómo, quién, ó qué la había atrapado? Los chicos comenzaron a alarmarse. Nunca habían pasado una situación como esta. ¿Qué podían hacer? Ahora sí que lo podían pensar bien, que si no... ¡adiós, Victoria!
***
Mientras tanto, Victoria estaba intentando huir de aquel que la había cogido. Al menos se sabía que era un hombre bastante grande y un poco gordo, que digamos.
Cada vez que Victoria le daba un mordisco para librarse de él, el hombre se resistía. Cuando el hombre la dejó suelta, ella intentó escapar por alguna puerta, pero se fijó que estaba atrapada y la única puerta que había estaba cerrada, seguramente por el hombre. Victoria se fijó muy bien en aquella figura: ¿quién podía ser? ¿Y por qué la había raptado a ella, y no a otro de su grupo? Victoria no lograba entender nada, y preguntó:
-¿Quién eres? -Preguntó, con un tono amenazador.
-¿Que quién soy? ¡Ay, no me hagas reír, muchacha! ¿Crees que soy tan estúpido como para decirte mi identidad secreta?
-Pues sí, sí que lo creo -se rió entre dientes Victoria. El hombre la miró mal-. Primero de todo porque las serpientes y los cocodrilos del hoyo eran de mentira. Y segundo porque me has dicho que tu identidad es secreta, por eso lo digo.
-Ah, eres lista, tú. Pero seguro que tus amiguitos no lo son tanto como para encontrarte.
El hombre gordo cogió una cuerda y mientras Victoria estaba en sus pensamientos la ató.
-¡Aahh! ¡¿Pero qué haces?! ¡¡Déjame!!
El hombre no hizo caso a los gritos de Victoria, porque abrió la puerta y se fue.
-No, ¡no me dejes así! ¡No!...
Ella pensó y pensó, pero no se le venía ninguna idea a la cabeza...
***
Los chicos aún seguían pensando. No hablaron de nada hasta que José rompió el silencio:
-Tengo una idea. Como hay dos caminos, cada uno, con la pareja que quiera, me da igual, irá por cualquier camino, ¿ENTENDIDO?
Todos asintieron. ¡No se atrevían a perder a Victoria por nada del Mundo!
Violeta siguió a José, que parecía que ya hubiera estado allí alguna vez, porque caminaba sin detenerse ni pensar hacia dónde ir. Entonces se encontraron entre dos caminos más. Esto quería decir que tenían que ir solos. Cada uno tomó un camino. Cuando aún no habían hecho mucho, en el camino donde estaba José se escuchóun grito. << No, otra vez no, por favor, ¡otra vez no! >>, se quejó Violeta. Y entonces corrió hacia el camino donde estaba él. Pero cuando llegó, en lugar de encontrarse a José, se encontró a...
-¡Victoria! ¡Pero cuánto tiempo! ¿Qué haces aquí? ¿Y qué haces con una cuerda en la boca? ¡Ven, que te la saco! ¡Nos tienes que explicar cómo te fuiste! Fue una cosa muy rara... Ven, ¡dame un abrazo!
Victoria estaba moviendo la cabeza como diciendo: "¡No! No lo hagas! "Y también:" ¡Gírate! Gírate!" Violeta, presa por el pánico de su mejor amiga, se dio la vuelta y... ¡patapam! La metieron dentro un saco.
***
Marc y Martí todavía se estaban discutiendo por quién debía ir delante. Finalmente decidieron (después de muuuchos minutos) que no habría jefe. Después de caminar un buen trecho, vieron como unas sombras corriendo junto a otra sombra, y dos sombras mucho más grandes y redondas. Los chicos las siguieron, solo por curiosidad y... por diversión. Los chicos a veces son así de tontos (sin ofender a nadie, que quede claro).
-La curiosidad mató al gato -le advierte Martí, porque él es muy asustadizo.
Y luego hizo que no con la cabeza para no pensar nada malo. Al cabo de un rato las sombras desaparecieron. Los chicos corrieron lo máximo que pudieron, pero al llegar, se vieron atrapados en un camino sin salida.
-Muy bien, genial. Un camino sin salida. ¿Y ahora qué hacemos? -se desilusionó Marc.
-Pero ¿por qué te rindes tan fácilmente?...
-Mira quién lo dice, el pringado y el miedoso de la pandilla. ¿Ó no, Martí?
-¡¿¿Quéeeee??! Bah... Eso no es verdad -e hizo un gesto con la mano como diciendo que era una tontería total-. Pero, dejando aparte ese tema... ¿Por qué no buscamos alguna puerta secreta? Puede que haya...
Marc asintió con pocas ganas, y comenzaron a tocar paredes, como arqueólogos de verdad. A los pocos minutos Martí detectó algo en la pared. Avisó a Marc, e intentaron averiguar qué era solamente con el tacto. Entonces Marc detectó como un botoncito pequeño y lo pulsó. Entonces, extrañamente, se abrió una puertecita en la pared, y vieron...
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Victoria & Friends: El Misterio del Halcón de Oro
AbenteuerEsta historia va de un grupo de amig@s, llamados Victoria, Violeta, Martí, y Marc, que hacen aventuras. Los padres de Victoria, la "líder" del grupo, siempre están de viaje, y nunca pueden estar con su hija. A veces los padres mandan hacer misiones...