El que juega con fuego, se quema.

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SHAWN

Anoche Ariana estaba más que decidida a hacerle la vida imposible a Sofia. Hasta me saco (literalmente) de su habitación para poder planear con precisión lo que habría que hacer; lo que sea que ella este planeando, no va a hacer nada compasivo.
¿Qué hubiera pasado si no me acostaba con ella? ¿Y si le hacia daño a Zoe? Eso no se lo hubiera permitido. Fue una decisión dura.

*Él hubiera no existe Shawn*

Ojala existiera.

*Para tu desgracia, no existe*

Baje del Jeep y busque a Ariana con la mirada mientras caminaba hacia mi aula, pero no la veía por ningún lado. Con esto del cambio de horario, a esta hora de la mañana todavía están obscuro y eso no me ayuda en mucho.
Como siempre Nick y Max ya estaban conversando (como todos) mientras el profesor llegaba; me senté en medio de ambos y los mire.
-Hice una estupidez.-les dije.

-¿Otra?-preguntaron al unisono.

-Pero, esta ya sobrepasa los límites.

-Cuentanos todo... somos tus doctores del corazón-bromeo Max.

-Solo hay una cosa que contar-dije- Me acosté con la sobrina de la directora.-les susurré para que los demás no se enteraran y se armara un alboroto en este mismo momento.
Estaba esperando las reacciones de ambos, no me enorgullezco de lo que hice.

Max se golpeo la frente con la palma de la mano y Nick negó con la cabeza, ambos estiraron la mano y me dieron un sopetón. Creo que me lo merezco.

-¿Y ahora? Se supone que nuestro código para acostarse con mujeres-comenzo a decir Nick,-es estricto, y repiteme ¿Por qué?

-Para no meternos en problemas con la escuela y madres.-concluyo Max.

-¿Estas loco?-pregunto Nick.

-¿Por qué lo hiciste?-pregunto Max al mismo tiempo.

-Amenazo con hacerle daño a Zoe. No podía permitirlo.

-¿Y no pudiste usar la cabeza?- hablo Ariana al lado mio.

La mire extrañado, ¿qué hacia en mi aula?, además... se veía horrible, peor que la profesora de Francés; mi prima parece un zombie con cerebro, si es que eso puede ser posible. Su cabello esta atado en una coleta alta, sus ojos están un poco hinchados y rojos, tiene ojeras marcadas y negras, no tiene maquillaje, tiene puesta una vieja sudadera de su hermano y unos pantalones pegados color negro con la rodilla derecha rota y sus Vans.

-¿Qué te paso?- preguntó Nick.

-No dormí en toda la noche... eso paso. Y en realidad no se cuanta cafeína tengo en mi organismo. Pero tengo un plan lo bastante bueno como para hacer sufrir a la mal nacida esa y salir casi libres de un castigo. Al menos, no ameritara la expulsión.-explico a la vez que me entregaba una hoja doblada perteneciente a uno de sus cuadernos.

-Tu solo tienes que hacer eso... yo me encargo del resto... con mis otros contactos, claro-sonrio maliciosamente. Ella daba miedo.-No lo arruines, si lo haces, el pollo frito vas a ser tú ¿entendido?

Yo asentí mirando la hoja entre mis manos.

-Ensaya bien tu parte, no hay clases en las dos primeras horas... los profesores tiene junta de no se que cosa. Y no me importa. Con que los viejos esos se queden ahí encerrados un raro, sera suficiente.
Volví a asentir y vi desaparecer su coleta pelirroja a la vez que se cerraba la puerta.

-¿Qué dice?-preguntaron los chismosos de mis amigos.

-Tengo que encerrarme con ella en el aula de música.

¿Apostamos? »s.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora