Lo Que Pasó Después

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En una habitación de Corporación Cápsula, se encontraban dos Saiyajines con sus cuerpos enredados en el otro. Vegeta gemía mientras Goku daba enérgicas estocadas en su apretado trasero. Sentía como su interior se llenaba con su gruesa masculinidad abriéndose paso cada vez más profundo.
Los sonidos de penetración y choque cuerpo contra cuerpo se escuchaban por toda la alcoba, El príncipe se desesperaba cada vez mas en los brazos de su amante. Quien a su vez empezó a tallar el miembro de Vegeta con sus manos con suaves estímulos que se deslizaban hacia arriba y hacia abajo por su longitud. Goku estaba admirado de su tamaño como siempre lo hacia cuando tenia el gusto de tocarlo, aunque hicieran el amor un millón de veces jamás se cansaría de sentirlo y de asombrarse, era adictivo. Dos estocadas profundas mas simultáneamente con las caricias a su miembro y el príncipe alcanza el orgasmo, derramando su semen sobre las azuladas sabanas de la cama que compartían. El placer de su príncipe al máximo fue el toque final para que Goku explotara de deseo llenando con su cálido liquido blanquecino el interior de el. Marcándolo como suyo, era algo así como una señal tacita de posesión que aunque no se decia en voz alta ellos lo entendían de esa forma. Goku sale de Vegeta y lo toma por los brazos con la fuerza característica de un Saiyajin, se besan salvajemente, el principe retira sus labios de los de el. -Ahora es mi turno, Kakarotto.- El interpelado lo mira con picardía y ya un ardiente deseo abriéndose paso desde su interior, ya sabia a lo que su amado se refería. Esta vez sería suyo. -¿Por donde quieres que empiece?- pregunta Vegeta, mientras deja un camino de besos por los muy marcados abdominales de Goku, su condición física era algo que embobaba al príncipe que disfrutaba el sabor de su piel, pasando su húmeda lengua sobre el una y otra vez, su sabor salado debido al sudor por horas seguidas de sexo hacia que su miembro se hinchara debido al éxtasis. -Por donde tu lo desees, mi príncipe- le responde Goku, ya con la respiración agitada y un ronroneo bajo desde su garganta. vegeta no lo duda dos veces y se acomoda entre las piernas del de cabellos de Palmera, separándolas al máximo mientras lo hace para dejar su miembro totalmente expuesto a su boca, que quería deleitarse con su grosor. El príncipe toma entre sus manos la longitud de Goku y sin previo aviso la introduce en su boca succionando y jugando con el falo, acariciando lentamente mientras su boca hacia un muy buen trabajo, Goku se retorcía y de forma involuntaria cerraba sus piernas, el príncipe haciendo uso de su fuerza fijó sus piernas a cada lado de su cabeza para continuar con su deliciosa tortura. Goku empezó a gritar debido a la inmovilización de su cuerpo, el príncipe cada vez se volvía mas atrevido y sujetaba a su amante de tal forma que a este solo le quedaba su boca para expresar su placer, sin dejar de chupar ávidamente Vegeta introdujo un dedo en la cavidad anal de Goku, este pego mas las caderas a la boca de su amante al sentir la intrusión de su intimidad. -Oh, Vegeta!- Lo estaba volviendo totalmente loco, se encontraba embriagado de placer y amor hacia el Saiyajin Mayor, este solo sonreía maliciosamente disfrutando del despliegue de expresiones que pasaban por el rostro de su Kakarotto mientras el continuaba con el largo y placentero estímulo. Decidido a no aguantar más Goku levitó sobre la cama levantando a su príncipe con solo la fuerza de sus piernas. Este solo su agarre por la sorpresa y Goku aprovecho para zafarse de su sumisión y colocarse en cuatro apoyos para que Vegeta por fin lo penetrara y lo sacara de su agonía. -Eres malo, Kakarotto. Pero voy a castigarte duro- Sabiendo que había provocado su lado salvaje, Goku empezó a sonreír por la victoria y sin mas preparación el príncipe invadió su interior llenándolo por completo. Aunque a Goku le dolía por la brusquedad el placer era mas fuerte. Aunque sabía que probablemente después debería pedirle a Bulma que le diseñara una silla de Ruedas o pedirle al Maestro Karim una semilla del Ermitaño para compensar el ardor y dolor en las caderas que iba a experimentar no le importaba, para el simplemente existía el presente y el ahora con El duro trozo de carne de Vegeta saliendo y entrando de su estrechez una y otra vez. Los Saiyajines hacían el amor como si no hubiera un mañana. Sabiendo que pronto dirían ante un juez "acepto".

"****"
Mirai Trunks se encontraba en el pico de una montaña admirando el paisaje, mientras una espesa cortina de lluvia nublaba su visión y oscurecía un tono sus cabellos color lila. Aunque su cuerpo físicamente se encontraba ahí, su mente se encontraba en otra época, una época que lo marcó para siempre, una más feliz y llena de esperanza era la época donde estaba su amado Gohan. Ese lugar se había convertido en su santuario de auto compasión, todos los días desde que destruyó la máquina del tiempo iba a ese pico a preguntarse que sería de Gohan ahora que la realidad del espacio - tiempo es otra, me extraña? Me recuerda? O aun peor, tiene a alguien más? Se torturaba una y otra vez con preguntas de ese tipo, preguntas que no tenían respuesta alguna. No había nadie que le diera respuestas, nadie que aliviara su dolor. Solo era el y nadie mas.
-Gohan, Mi Gohan... Donde estas? Solo el recuerdo de la luz de tu mirar es el que me mantiene de pie, me das fuerzas para continuar aunque sea sin ti. Se que es lo que tu querrías.- susurraba Mirai Trunks a la nada... O era lo que el creía.
-Tienes razón, es lo que querría.- susurró de vuelta una persona que se encontraba a solo dos metros de Trunks del Futuro.
Este dio la vuelta con repentino asombro, ess voz... Que le daba vueltas a su cabeza, esa voz que reconocería en cualquier lugar del planeta incluso en otros planetas. Sintió como su pecho dejo de latir, para luego reanudar su acelerado ritmo mientras una sonrisa se dibujaba lentamente en su rostro que ya estaba surcado de lágrimas.

El Amor es Difícil 2: Líos de Una BodaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora