"Vamos a limpiarte, ¿vale?" Prometo.
Hay un mechón de pelo que se sale de la goma, rizándose en su hombro y rozando su cuello. Él lo aparta y me mira de nuevo, dándome una clara vista de su ojo perjudicado y una expresión de pena de sí mismo. El cansancio le pesa tanto en los huesos que lo lleva al suelo. Si Harry se lo permitiera, probablemente dormiría durante semanas y seguiría cansado.
"Los combates no son buenos para ti, no quiero que te vuelvan a hacer daño." Admito mientras rozo con mis dedos el moratón que le está saliendo en la mejilla.
Una bolsa con hielo está presionada cuidadosamente contra el área inflamada, esperando suavizar el colorido bulto. A pesar de su gesto de dolor, todavía le aliento a que lo mantenga cerca. El siseo que sale de sus dientes me llena de culpa.
"Creo que deberíamos hablar con Mack, puede conocer a alguien con quien puedes contactar. Puede que puedas entrenar otra vez."
Me inclino con él contra la mesa, mi brazo roza el suyo.
"¿Como qué? Perdí mi trabajo en el gimnasio, por eso estoy aquí."
Harry niega con la cabeza como si toda la esperanza estuviera perdida.
"Lo se, pero debe haber otro lugar. Eres habilidoso, tiene que haber algo que puedas hacer y que no te ponga en peligro todo el tiempo." Digo mis pensamientos con el ceño fruncido.
La bolsa de hielo desciende al suelo y estoy un poco de piedra cuando Harry agarra mi mano con la suya. Su expresión es de súplica y casi me espero que se ponga de rodillas rendido.
"Quiero salir, Bo." Presiona Harry.
"Lo entiendo-"
"No, no creo que lo hagas. Necesito salir de esto," dice con los ojos tensos. "No puedo hacerlo más. No quiero que esto sea todo lo que soy. Vengo aquí, peleo y me voy a casa con nadie. Luego vuelvo y empiezo otra vez."
Me voy a casa con nadie.
"Me niego a creer que esto es donde debas estar." Le digo.
Porque pensé que siempre estarías conmigo.
"¿Dónde entonces?"
Me mira buscando todas las respuestas y me entristece no poder satisfacer sus deseos al instante.
"Encuentra un lugar para ser feliz. Donde puedas cuidarte," le animo antes de agacharme para recoger la bolsa derretida. Se la tiendo. "Puede que podamos cuidar de ti juntos." Sonrío, golpeándole gentilmente en el hombro.
Harry parece relajarse, liberando la tensión confinada y exhalando profundamente. La tensión de sus músculos parece relajarse cuando me da un simple asentimiento.
"Me gustaría eso."
Recupero la rechazada bolsa de hielo y se la tiendo. Él va a tirarla a la mesa pero le detengo.
"Uh, ah. Póntela de nuevo."
"Duele." Se queja con un puchero.
"Te han pegado en la cara, claro que duele."
Bufa una risa antes de quejarse por mi petición. Y se nos permiten unos míseros minutos de conversación antes de que desviemos nuestra atención a la puerta. Hay un barullo emanando del fondo del pasillo y la riña va ascendiendo. El sonido de numerosos pares de pies le siguen, retumbando en el camino. No pasa mucho hasta que el problema se presenta ante nosotros en la forma de dos hombres corpulentos. Me tenso tras reconocer a uno de ellos como el perdedor de la pelea de Harry. Tiene más ropa puesta ahora y antes de que se acerque, una gran mano presiona en su hombro.