Me senté con él mientras comía, un poco decepcionada al ver que se había dejado la mitad del sándwich sin tocar, pero por lo menos era algo. El color había vuelto a sus mejillas y no estoy segura si era porque se sentía mejor o porque no puedo controlar mi adoración por él. Echo un vistazo a mi móvil mientras Harry lleva el plato al fregadero. Es la 1:24 de la mañana y estoy empezando a sentir un pesado cansancio en mis extremidades. Hay un mensaje de texto de James y uno de Tiff, ambos sin contestar.
"Puedes quedarte la cama."
"No seas tonto, necesitas dormir bien." Le digo negando la cabeza. "Dormiré en el sofá."
Sin mediar palabra, Harry desaparece en su habitación. Le doy privacidad para cambiarse y coloco los cojines en el sofá lo mejor que puedo. Me sorprende que su mandíbula no se haya desencajado por los bostezos excesivos; está tan cansado que probablemente no importe donde duerma. Un carraspeo me hace girarme.
"¿Quieres-" Asiente hacia la puerta.
Le doy una suave sonrisa, siguiéndole hacia su habitación. El edredón está estirado, ha recogido la ropa del suelo y la ventana está abierta para airear el estancado olor a humo. Harry se queda a un lado como si esperara mi aprobación. La facilidad con la que una vez funcionamos se ha dificultado y ahora todo parece un poco forzado. Va a tener que ser reconstruido y no estoy segura de si tengo la fuerza para hacerlo.
"¿Quieres algo de ropa?"
Es solo ahí cuando noté que se había cambiado de ropa; ya no llevaba vaqueros sino unos suaves pantalones de chándal en sus caderas. Harry mueve inquietamente el cuello de su camiseta porque se que está incómodo. Le he visto en su punto más bajo. Yo le apoyé en ese momento.
"No, está bien. Solo- Dormiré con esto."
Se queda de pie en su puesto en la puerta, observando como me meto en su cama. Las sábanas son oscuras, grises, arrugadas y suaves.
"Puedes cogerla, no me importa."
La oferta es amable pero no creo que sea lo correcto. No quiero abrirme a este tipo de emoción condescendiente. No quiero acurrucarme en su cama para que él apague la luz y se vaya. Incluso si Harry se quedara conmigo, no soportaría el pensamiento de dormir en las mismas sábanas en las que él se ha tumbado desnudo con otras mujeres. No es un camino por el que quiera viajar y cuanto más tarde en contestar, más tiempo estará en la mente de Harry y en la mía.
"Está bien." Declino.
Doblo mi chaqueta y la coloco bajo mi cabeza, doblando mis piernas contra mi cuerpo. Es suficiente para hacerme sentir insignificante en el gran colchón. Intercambiamos unos parpadeos e incluso un par de respiraciones antes de que Harry se hunde en el suelo. Observo cómo su cabeza se mueve contra la pared.
"No deberías seguir peleando."
Mi opinión eleva su cabeza, la longitud de su pelo hace que se rice alrededor de sus orejas.
"No puedo ver, eso no me hace un lisiado." Frunce el ceño ligeramente.
Ignoro el amargo trasfondo, moviéndome un poco para estar cómoda. Apreciaría una goma del pelo pero no tengo tras mirar mis muñecas.
"¿Lo saben? ¿Sabe Mack que estás cie-"
"¿Qué crees que atrae a la muchedumbre a las peleas nocturnas?" Sonríe engreído. "Medio ciego de un ojo y todavía puede patear el cuelo de alguien en el bordillo. A la gente le gusta que lleve las de perder."
Su pequeña explicación me deja sin comentarios, porque se que aunque no lo quiera oir, la gente del club no está preocupada por eso, a menos que él les gane dinero para llenar sus borracheras. Él no les importa.
"¿Estás en la universidad?"
Pasa su pulgar por sus nudillos mientras me siento. No era consciente de que podía ser el centro de nuestra sesión de preguntas y respuestas así que es raro cuando me mira para tener una respuesta.
"Si, está en la costa; Sussex."
Harry asiente y eleva sus rodillas. La pequeña luz al lado de la cama es tenue, creando sombras particulares en las paredes. Sus ojos brillan con la atención de la lámpara, el dañado parece más tenue, algo como un recordatorio que llevar consigo.
"¿Estudias literatura?"
"No, Desarrollo y Relaciones Internacionales." La cara de Harry se tuerce con repulsión. Es cómico de ver. "No es tan complicado como suena."
"¿Te gusta estar ahí?"
Es una pregunta simple, podría considerarse una pequeña charla pero se lo que me está preguntando realmente: ¿eres feliz?"
"Es divertido, he hecho amigos. Es algo diferente."
Seguimos hablando informalmente con el rumbo de la conversación inclinándose hacia mi vida, la nueva vida que me había creado. Es con genuino interés y un leve disgusto cómo Harry escucha historias poco inconexas sobre entregas de ensayos y las dificultades de compartir una fina pared con el chico que disfruta enormemente salir de noche, y su apego a continuar la diversión en su habitación. No le cuento sobre James, o que nos hemos estado viendo durante casi dos meses. No es algo que crea que ninguno de los dos nos alegremos de que lo comparta.
Se acercan las 2:15 de la mañana y Harry está luchando contra las garras del sueño. A las 2:17 estamos separados por una puerta en su pequeño piso.
No hace frío particularmente, pero no puedo dormir. Parece la primera noche en los dormitorios del campus- un colchón nuevo y una habitación desconocida. Solo puedo girarme muchas veces antes de admitir que no me gusta lo que sugiere el humo, o el hecho de que esta no es la habitación de Harry; es un lugar donde duerme, o lo intenta. Los hombros rechinan cuando intento moverme en un intento de relajar mi cuerpo encorvado. Incluso con mi relajada respiración llenando la habitación, sigo oyendo la de Harry desde esta tarde. Es tonto, pero quiero comprobar que está bien.
La puerta es obedientemente silenciosa cuando la abro, navegando en un espacio desconocido mientras intento argumentar mentalmente dónde están los muebles. Las imágenes se mueven mudas en la pantalla de la televisión, el silencio muestra comodidad para alguien que no desea dormir en la oscuridad.
"¿Te vas?" dice Harry.
Una vez estirado en el sofá, Harry se incorpora y frota sus ojos.
"No, no podía dormir." Admito.
"Yo tampoco."
Me siento a su lado sin permiso y nos quedamos ahí un momento con el sonido de nuestras respiraciones y el sonido de fondo. Hay movimiento en el pasillo tras la puerta principal de Harry pero el murmullo pasa rápidamente y quedamos solos. Él bosteza.
"Vamos." Le animo.
Colocando un cojín en mi regazo, le dejo claro que puede apoyar su cabeza. Siempre apreciaba los gestos amables, así que toco su pelo para calmar los pensamientos que le impiden dormir. Me mira con una somnolienta mirada y mi pulgar traza suavemente la cicatriz que marca su cara.
"Eres un ángel," Murmura Harry pesadamente con sueño. "¿has venido a salvarme?"
Está abrumado con la promesa de un refugio para descansar mientras coloco la manta y no le contesto. Las lágrimas cosquillean las esquinas de mi visión cuando me doy cuenta de que es todo lo que quiero hacer. Quiero sacarle de aquí, liberarle de la vida en la que se siente atrapado, quererle.
"Creo que me gustaría eso." Se gira, casi presionando su cara contra mi estómago. "Me refiero a ser rescatado. Estaría bien."
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