PRÓLOGO

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Era una mañana bastante fría, demasiado fría que hacía bastante improbable el pasar el tiempo sin abrigo alguno que pudiera proteger del viento helado, pero en aquel patio de escuela durante el recreo se encontraba a pesar del frío un niño de tez morena abrazándose a sí mismo sentado bajo un árbol para resguardarse de aquel frío, dicho niño llamo la atención de un niño de cabellos negros pero lo qué más llamaba la atención de aquel pequeño no era el hecho de que aquel niño de piel morena estuviera aguantando aquel espantoso frío, sino que eran sus lágrimas, gruesas lágrimas se deslizaban por sus mejillas, pero a pesar de que se limpiaba estas con regularidad utilizando el dorso de su mano aquellas mejillas pronto se humedecían con nuevas lágrimas, aquella escena despertó un repentino interés en el niño de cabellos negros, no entendía que podía pasarle a aquel niño pero si sabía que podía enfermar al estar sin abrigo bajo aquellas condiciones del clima, además de que estaba seguro de haberlo visto momentos antes con un abrigo cuando habían llegado a la escuela, recordaba haberlo visto en su salón, pero ahora estaba solo mientras los demás niños jugaban.

El pequeño de cabellos negros se acerco lentamente y sin decir palabra alguna se sentó a un lado del moreno quien al notar la presencia de aquel niño se limpio nuevamente sus lágrimas y con voz temblorosa hablo.

- ¿q-qué quieres?

- Solo quería sentarme, ¿te pasa algo? -cuestionó el niño de cabellos negros recibiendo como respuesta una negativa por parte de su contrario- uhm entonces ¿por qué lloras?

- Por nada... -murmuro el moreno.

- ¿dónde esta tu abrigo? Hace demasiado frío como para que no lo uses. -el pelinegro observo como el niño se encogía más abrazando sus rodillas las cuales ahora podía ver estaban sucias y el pantalón estaba roto en una de las mangas dejando ver un pequeño golpe como si se hubiese caído, ahora podía entender que había pasado, seguramente algún abusivo había sido el causante de aquel golpe y la falta de abrigo de aquel chico- ya entiendo, alguien te lo quito y te lastimo ¿verdad?

- Yo... Este... S-si -dijo finalmente el moreno y escondió su rostro entre sus rodillas.

Sin decir nada el niño de cabellos negros se quito su abrigo quedándose el con un suéter que llevaba debajo, a veces a su mamá le gustaba abrigarlo de más, tomo el abrigo y se lo coloco sobre los hombros al moreno quien se sorprendió por tal gesto, vio al pelinegro con los ojos aun con lágrimas y trato de quitarse el abrigo pero el pelinegro no se lo permitió.

- No, no te lo quites, debes tener frío y yo tengo esto -señalo su suéter y sonrió- tú necesitas ese abrigo más que yo.

- Gra-gracias... -murmuro el moreno con las mejillas ligeramente rojizas.

- No agradezcas, por cierto mi nombre es Kim WonSik -dijo el pelinegro y le tendió la mano al moreno- ¿cuál es el tuyo?

- Soy... Cha HakYeon -le estrecho la mano al pelinegro quien sonrió aun más amplio.

- Mucho gusto HakYeon, espero podamos ser buenos amigos.

- El gusto es mio... Y yo espero... Uhm... Si... M-me gustaría

- ¿Sabes?, yo sé que así será y te prometo que siempre te voy a cuidar HakYeon... -dijo el niño con tono decidido, iba a proteger a aquel niño, aunque ambos eran pequeños él nunca dejaría que alguien hiciera llorar a su ahora nuevo amigo.

- Gracias WonSik... -murmuro el moreno ahora con una sonrisa adornando sus labios, aquellas palabras habían logrado alegrarlo a pesar de que apenas conocía a aquel niño creía en las palabras que este le había dicho. Posteriormente ambos niños comenzaron a hablar de cosas diversas conociéndose un poco más hasta que ambos terminaron jugando con tanta familiaridad como si se conocieran desde hace mucho tiempo.

Simples palabras de un par de niños, palabras que en un futuro iban a cumplidas, palabras que marcaban el inicio de algo maravilloso. Una amistad...

Mi Riesgo es AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora