HakYeon fue directo a su oficina luego del pequeño percance con WonSik, aquellas palabras que el pelinegro había dicho con tanto enojo aun se repetían incansablemente en la mente del moreno, jamás en su vida, bueno, desde que ambos se habían conocido, WonSik le había levantado la voz de aquella manera y menos tratarlo con palabras tan duras e hirientes para con su persona, nunca se imagino que algo como aquello podía pasar y menos por algo como eso, solo se preocupaba por él, pero siempre se había preocupado por él, era algo normal ¿acaso había algo de malo en eso? Si, se preocupaba porque eran amigos desde hace muchísimos años, pero también estaba ese algo más que sentía por el pelinegro mezclado entre esa preocupación. HakYeon siempre había tenido ese instinto de madre en lo que se refería a cuidar e inclusive decirle a Ravi lo que no debía hacer o decir hasta como debía comportarse a veces, siempre le había reñido como una madre a su hijo pero eso nunca había presentado problema alguno, ya que era parte fundamental en su amistad desde que se habían conocido, creía que eso no podía ser un problema o más bien nunca había parecido molestar a WonSik ¿tal vez todo ese tiempo vivió engañado? Pero eso no lo creía, conocía muy bien a su amigo y podía saber cuando este mentía e inclusive podía leer su estado de animo con sólo verle a los ojos, aunque ahora gracias a lo sucedido dudaba conocer a su amigo como creía, quizá nunca lo había conocido realmente, pero aun con esos pensamientos se negaba a creer algo como eso, no podía ser posible que esa amistad resultará tener tantas mentiras.
Sin poder soportarlo más un primer sollozo salió, un sollozo que se escucho por toda aquella amplia estancia, le dolía, HakYeon sentía su pecho comprimirse hasta el punto que le era difícil respirar con normalidad; camino con desgana además de ir ahogando sus sollozos con su mano hasta el baño, tratando de no tropezar a su paso ya que sus ojos se encontraban llenos de lágrimas las cuales salían una tras otra haciendo que su vista no fuera perfectamente clara. Al llegar a la pequeña habitación cerro la puerta tras de sí luego de entrar y se dejo caer contra la fría madera que conformaba la puerta, recargándose en esta un par de segundos ya que luego se deslizó hasta quedar sentado sobre el piso, atrajo sus piernas abrazándose a estas y luego escondió su rostro entre sus rodillas, en esta posición el moreno se entrego al llanto, un llanto que exteriorizaba todos lo que sentía, muchos sentimientos a la vez, de los cuales varios habían estado y siguen estando ocultos, ¿cómo la persona que podía hacerlo feliz fácilmente con una sola sonrisa también podía destruirlo con la misma facilidad? Tal vez había sido mejor que pasara todo aquello antes de que se atreviera a preguntar lo que desde un principio le llevo a aquella oficina, todo lo que había pasado le había dado a entender que el pelinegro no podía sentir lo mismo que él sentía, que humillante hubiera sido si hubiera hablado de más.
- Eres un tonto... -susurró para sí mismo en medio de sus sollozos- a él ni siquiera... l-le gustan los hombres... -siguió hablando para sí, haciendo que la tristeza y desilusión fueran en aumento.
Tras decir aquello una nueva oleada de lágrimas se presento, sin saber cuán equivocado podía estar al afirmar cuales eran los sentimientos que el pelinegro sentía por él. Tras varios minutos HakYeon aun seguía llorando pero ahora no se podía escuchar sollozo alguno como los que anteriormente se oían sin cesar, sus lágrimas salían en silencio de sus ahora enrojecidos e hinchados ojos, bajaban mojando sus mejillas, se había quedado con la vista fija en un punto invisible sumido en sus pensamientos por ello ya ni se molestaba en limpiar aquellas gotas cristalinas y las dejaba correr libremente, pero aquel silencio fue llevado a su fin cuando un ruido proveniente de la puerta de su oficina al ser abierta lo alerto, sin hacer ruido alguno el moreno se seco las pocas lágrimas que seguían brotando y luego pego su oreja a la puerta tratando de escuchar algo o a alguien más bien.
- ¿N? HakYeon, necesito hablar contigo. -aquella era la voz de WonSik, una voz que el moreno no esperaba escuchar, pero de alguna manera le había legrado oír, le tranquilizo aquello, sí, y aunque un impulso de salir y lanzarse sobre el pelinegro para decirle que olvidaran lo ocurrido se presentó, lo ignoro y no se movió de donde se encontraba, su orgullo no podía permitirselo, solo sentía su corazón latir rápidamente, ¿acaso se había arrepentido de los gritos y lo que había dicho? Si ese era el caso no hacía mucha diferencia ya que el moreno aun sentía esa opresión en el pecho, aunque WonSik se disculpará nada podría borrar ese trago amargo y HakYeon a veces podría resultar siendo muy orgulloso, más ahora que había sido herido sin motivo aparente.
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Mi Riesgo es Amarte
RandomLa vida puede llevarte por muchos caminos, infinidad de probabilidades existen tras un sola decisión, aunque no siempre es la correcta y el camino que deseas seguir puede errar, pero eso no quiere decir que un error pueda acabar con todo, simplement...