CAPÍTULO 8

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- ¿Estás seguro qué debemos levantarnos? Porque realmente no quiero dejar esta cama... Y menos si te encuentras en ella. -murmuró el pelinegro con una sonrisa dotada de diversión dibujada en sus labios mientras continuaba el reguero de besos sobre la piel morena de la espalda de HakYeon, vaya que de había vuelto adicto a esa piel demasiado rápido. Este al escucharlo no pudo hacer otra cosa más que sonreír ampliamente mientras disfrutaba de aquellas dulces atenciones sobre su piel, el moreno no podía negarlo, estar de aquella manera finalmente le encantaba en sobremanera.

Después de despertar y tener ese pequeño momento de incomodidad, felicidad e incredulidad; habían repetido lo que la noche anterior los había unido haciendo que todo rastro de incomodidad pareciera una burla, pronto se habían acoplado ambos a aquella situación y ahora se encontraban ambos desnudos sobre un amasijo de cobijas... Sudados, exhaustos y hambrientos, tanto por algo de comer como por seguir explorándose el uno al otro, por no mencionar que uno de ellos se encontraba adolorido de una zona que no sabía que podía doler tan placenteramente.

- Sabes que tenemos que hacerlo, no hemos comido absolutamente nada y no podemos pasar todo el día aquí metidos. -susurró el moreno mientras trataba de alejarse sin mucha gana de los brazos ajenos, la verdad dejar aquellos brazos era lo menos que quería hacer ¿quién en su sano juicio querría alejarse de aquel hombre tan exquisito? Definitivamente él no, pero su estómago y el rugir de este estaban haciendo ahínco en la responsabilidad de ponerse de pie e ir a por algo de comer.

- Sí podemos estar aquí todo el día... Si queremos podemos hacerlo, y créeme que ahora es lo que más quiero hacer. -fue la respuesta del pelinegro mientras sus labios descendían peligrosamente por la espalda del mayor.

- Bueno, pero en verdad necesito comer... Muero de ha-hambre... ¿puedes... Quedarte quieto un momento? -un estremecimiento le recorrió por completo gracias a las acciones recibidas sobre su cuerpo, si el contrario seguía de aquella forma, nunca podría saciar su hambre de alimento y menos iba a poder salir de aquella cama.

- Pero yo te quiero comer a ti, HakYeon. -sonrió con picardía mientras recorría el muslo ajeno con la yema de sus dedos, a pesar de que no llevaban ni veinticuatro horas juntos, WonSik no había perdido ni un minuto sin tocar la piel del moreno.

- Ya, tengo hambre. -finalmente el moreno reunió fuerzas para poder alejarse de su compañero aún si eso resultaba en contra de su voluntad además de las protestas de WonSik al respecto.

No había avanzado más que un par de pasos cuando sintió su espalda chocar contra el pecho de su menor además de los brazos de este rodeándolo formando un abrazo, dicho acto le arranco una enorme sonrisa, si eso era un sueño no quería que nadie nunca lo despertará.

- No quiero alejarme de ti, no quiero hacerlo ni por un minuto... -susurró cerca del oído del moreno- aún me parece irreal el poder tenerte de esta manera, tanto que tengo miedo de que sea un sueño y tenga que volver a la realidad en cualquier momento... -finalizó dándole varios besos en el hombro y cuello, disfrutando de aquella cercanía que ahora compartían.

-WonSik... -las palabras del ajeno le conmovieron grandemente, podía entenderlo perfectamente ya que eso mismo sentía él, ¿cómo podía tener y sentir aquella dicha de un momento a otro?- es real, es real y no voy a dejarte. No sabes cuanto soñé con esto y de haber sabido que era correspondido, yo mismo me habría lanzado a ti desde hace mucho tiempo.

- Te amo Cha HakYeon, te amo y en este momento soy el hombre más feliz sobre la tierra. -dicho esto le dio la vuelta al mayor dejándolo de frente a él, con una sonrisa en sus labios y el corazón palpitando rápidamente, tomó el rostro ajeno entre sus manos y con sumo cuidado lo atrajo para unir nuevamente sus labios en un beso lento.

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⏰ Última actualización: Mar 17, 2017 ⏰

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