Mi Riesgo es Amarte

CAPÍTULO 7

~5:53 a.m.~

Una silueta.

La silueta de un cuerpo sobre la cama iluminada solamente por unos tenues rayos de sol que se colaban por las cortinas, esa silueta o más bien al dueño de esta era lo que HakYeon observaba con entera fascinación, incredulidad y felicidad, tantas emociones mezcladas a la vez; aún no podía creer lo que había vivido hace apenas unas cuantas horas, aún parecía irreal ese hecho vivido, como si sólo se tratara de un sublime sueño del cuál no quería despertar, pero no era así para su dicha... un ligero dolor en su espalda baja le recordaba su feliz verdad, su realidad, había hecho el amor con el hombre que amaba, el hombre con el que constantemente soñaba y con sólo verlo era feliz, WonSik.

Se encontraba arrodillado a un lado de la cama, con los brazos cruzados sobre el colchón y su barbilla posada en estos, añadiendo que en sus labios se encontraba dibujada una amplia sonrisa; se había levantado para ir a atender una pequeña necesidad al cuarto de baño y al regresar quedo hipnotizado al vislumbrar un cuerpo familiar descansar sobre su cama, se acerco a la cama para tener una mejor vista de aquello y adopto esa posición, una posición en la cual ya llevaba mínimo un cuarto de hora sin haber movido un sólo músculo para no perturbar aquel momento. Con la sonrisa aún fija en sus labios el moreno movió finalmente una de sus manos con el único motivo de acercar esta al rostro de su amado quién dormía profundamente soltando unos cuantos ronquidos, con cuidado acarició la suave mejilla del contrario utilizando únicamente la yema de sus dedos explorando aquella piel hasta llegar a los labios, los cuales se encontraban ligeramente abiertos dejando escapar su cálido aliento. ¿Cuántas veces había fantaseado con aquel momento, con poder hacer eso? El poder despertar y ver a WonSik durmiendo frente a sí, pero no luego de una pijamada como cuando eran niños, el poder tocarlo a su manera y besar aquellos finos labios sin problema ni impedimento alguno... innumerables veces, pero ahora todo aquello podía llamarse cierto, y quería, deseaba seguir llamándolo cierto. Sus ojos se cerraron para plasmar ese momento y ese tacto en su memoria, su rostro se fue acercando con cautela al rostro de WonSik hasta poder sentir aquel cálido aliento rozar contra sus labios, se había quedado inmóvil para poder procesar lo real del momento, su corazón latía descontrolado y su respiración se había quedado atorada en sus pulmones, «WonSik... mi WonSik» fueron las palabras que en su mente se habían proyectado justo en el momento que sus labios se encontraron con los ajenos, un roce, un rápido beso que le quito la razón a pesar de ser tan corto, quería poder pasar el periodo de incredulidad en el que aún se encontraba besando a su antojo y pellizcando tal vez a su adverso para verificar que era cierto, pero no quería echar a perder ese momento. Volvió a su antigua posición y se mantuvo en esta por unos cuantos minutos más antes de incorporarse finalmente, una vez de pie rodeó la cama para así volver a entrar en esta del lado correspondiente, con sumo cuidado volvió a adentrarse bajo las sabanas en el lugar que ya se encontraba faltó de calor luego del tiempo que se había ausentado, recostó su cuerpo al lado del ajeno tratando de no hacer al colchón vibrar bajo sus movimientos. Una vez acomodado observo al pelinegro frente a sí y para su dicha una mano de este se encontraba a su costado, y como cualquier enamorado la tomó entre una de las propias, evitando el despertar a su compañero entrelazo sus dedos y cerró sus ojos con la felicidad palpitando en su pecho, ahora yacía nuevamente sobre la cama solamente esperando que el sueño le reclamara, sólo esperaba que al despertar siguiera en tan sublime fantasía con WonSik a su lado, una fantasía que ahora deseaba fuera real y eterna.

~12.19 p.m.~

Una incomodidad se hacía presente ahora sobre aquella cama, una incomodidad provocada por la temperatura la cual ya estaba demasiado elevada para su gusto y las cobijas sobre su cuerpo ahora parecían una especie de prisión sofocante, una que le impedía seguir durmiendo plácidamente. WonSik se removió con una leve desesperación pateando las cobijas a su paso buscando librarse de su prisión hasta que finalmente las cobijas abandonaron su cuerpo, una sonrisa de triunfo se formó en sus labios al haber logrado finalmente su cometido. Quiso volver a retomar su sueño y por eso buscando su comodidad trato de cambiar de posición, pero un agarre firme sobre su mano le detuvo, un agarre del cuál no había sido consciente hasta ese momento; una calidez extraña era dueña de la palma de su mano, dándole un cosquilleo agradable, sus dedos estaban aprisionados entre... ¿otros dedos? Un momento, ¿había alguien más en su cama? No recordaba haber dormido con alguien ¿o sí? El pensar aquello espantó todo rastro de sueño que aún poseía al temer lo peor, haber traicionado su más puro sentimiento.