La vida es una hermosa canción triste

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01/12/15

Te odio, te detesto; me eres insoportable.

Me contaminas, destruyes mis esperanzas y jamás dices nada.

Juegas, no sé por qué es tan divertido, pero juegas. Pareces herido, pero jamás...dices...nada.

Provocas mi rabia y desdén, tú tú tú. Y no puedo hacer más que extrañarte; solicito tu nombre al frío de diciembre, me anclo al recuerdo de tu voz que no es voz. Repudio necesitarte cada minuto para sentirme real, para creer que en medio de tanta basura sigo siendo yo.

La enamorada de un imposible.

Hazme sentir que soy yo, con todos mis poemas de amor desesperado, con todas tus reacciones irracionales y los momentos tiernos que no puedo olvidar. Quiéreme con tu silencio a gritos, tu extraña forma de querer... quiéreme así como yo te he odiado. Déjame un poco menos sola, con tu punto exacto de compañía etérea; sólo un poco menos sola.

No puedo soportar que existas, mi corazón duele. Odio tu respiración que no puedo sentir, odio tu risa que no puedo escuchar. Duele saber que tú existes. No te puedo tener, pero me quedo con los trozos de palabras, las frases que se clavaron en mi memoria, la irritante maldición de tus ojos... Ojos que dibujaría cada día por lo que me queda de vida, sea mucho, sea tan poco como un instante.

Porque tu amor está hecho de instantes que ahora unidos te han vuelto imborrable.

Todavía no sé qué soy yo sin ti, todavía no...


Poesía erranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora