La Arena

159 10 3
                                    

Ya estábamos en el aerodeslizador para ir a la arena cuando nos inyectaron unos dispositivos de seguimiento bajo la piel.

A mi alrededor se encontraban todos los tributos con los que lucharía a muerte para salir de allí con vida. No estaba nerviosa, ni asustada, ni con ganas de nada, solo estaba allí; y no sabía que coño iba a hacer cuando empezaran los Juegos.

La arena del año anterior fue un desierto, no creo (y espero) que no hagan lo mismo, los juegos duraron muy poco tiempo, pues no había donde esconderse, por lo que los profesionales siempre anotaban muertes, y los que conseguían no ser atrapados por ellos, murieron de deshidratación. Finalmente ganó el tributo masculino del distrito uno.

Al aterrizar nos condujeron hasta unas habitaciones en las que ponían el distrito al que representaban, una vez dentro había otras dos puertas, una en la que ponía: tributo femenino, y otra en la que ponía: tributo masculino. Al entrar, me sorprendió encontrar a Trajana en la habitación.

-Estas guapísima— comenzó hablando Trajana — seguramente la arena de este año sea una cordillera, tu traje es bastante abrigado.

-Gracias, por todo—dije yo— te echaré de menos.

-Te veo al salir de Los Juegos.

-"TRIBUTOS EN LAS CÁPSULAS" "TRIBUTOS EN LAS CÁPSULAS"

Me despedí de mi estilista, e hice lo que la voz me pidió. Una vez en esta, empezó a ascender, hasta que todos los tributos nos vimos en la nueva arena que el vigilante había creado. Como bien había dicho Trajana, la arena era una cordillera.

Comenzó la cuenta atrás, y al llegar al último segundo sonó:
-"FELICES JUEGOS DEL HAMBRE, Y QUE LA SUERTE ESTÉ SIEMPRE DE VUESTRA PARTE"— dijo Claudius Templesmith; el comentador oficial de los juegos (junto a Caesar Flickerman).

Todo ocurrió muy rápido, en la cornucopia, había todo tipo de armas esperando a que un tributo lo suficientemente valiente (o tonto) las cogieran. Uno de esos tontos, fui yo. Mientras muchos tributos se alejaban de la cornucopia lo más rápido posible, yo me llenaba la mochila, de útiles y comida; hasta que una flecha rozó mi pelo.  Al girarme, la cara de un profesional sediento de sangre se cruzó con la mía, en ese momento decidí correr lo más rápido posible.

Al alejarme los metros que yo creía necesarios, me instalé en una pequeña cueva y decidí abrir mi mochila para ver que contenía; comida y agua, mucha agua, y unos cuantos cuchillos que lanzados con fuerza, podrían ser letales. En ese momento me alegré de haber practicado con ellos en el centro, y de haberme fijado en la técnica de los profesionales.

No comí ni bebí nada, debía suministrarme bien y, hoy, no lo necesitaba.

Estuve alerta ante cualquier ruido, y se me pasó el tiempo volando, llegó la noche y el homenaje a los tributos caídos. Conté siete muertes, y por suerte, no apareció Bake en el homenaje. No pude dormir, y es normal, iba a tener que pasar por unas semanas ajetreadas.

______________________________________

Me hace mucha ilusión que comentéis, así que si podéis (y queréis), hacédlo.

Gracias.😉

Los Juegos de Johanna MasonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora