¿Sabías acaso que un disparo es la puerta de tu destino?
Como el Yin y el Yang.
El bien o el mal.
En tus manos está, Lucy, tu ansiado destino.
¡Pero al diablo con eso! Decías.
Sin embargo, ¿No te daba pena caer tan bajo por un poco de aquel polvo que te saciaba el dolor?¿No te daba pena acaso el matar a una pobre anciana por unos pocos billete?
¿Qué te ha pasado, Lucy?
Apuntando con temor estabas.
A punto de cometer un gran error.Pero no podías.
No podías hacer más daño.
No querías que otras personas sufrieran lo que a ti te hicieron.
Soltaste el mortal arma y caíste sobre tus rodillas,
Llorando y gritando al destino.
Culpando al Dios en que alguna vez creíste.Culpándote a ti misma.
Hasta que la oscuridad te obligó a olvidarte de todo y dejar de lado por momentos al dolor que te encadena a una vida llena de desperdicios para ti.