Carta 4.

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Diciembre 4, 2015.

12:05 pm

Hoy he despertado tarde, me miré al espejo y recordé que el día anterior habíamos salido juntos, siempre lo hacíamos pero esta vez había sido distinto, sentía calma interior y un gran sentimiento de tranquilidad. Decidí recostarme un rato pero terminé tomando mi laptop, me senté sobre las almohadas para recargarme en la pared, busqué videos y me puse a verlos. A los veinte minutos recibí una llamada tuya, contesté tranquila aunque mi corazón palpitaba a mil por hora.

"Hay que vernos hoy en el café de siempre" comenzaste la plática.

"Sí, hola, me agrada saludarte" contesté con sarcasmo.

"No seas ridícula" sonreí.

"¿Quieres que le hable a Scarlet para que nos veamos?" pregunté con calma.

"No, sólo tú y yo" volví a sonreír.

"Claro, a la 1:00 puedo salir"

"Paso por ti"

"Vale"

"Nos vemos"

Sí, recuerdo la conversación porque fue hace tan sólo un par de minutos, recuerda que te voy a escribir todo. TODO lo que nos pase juntos.

12:52 pm

Estoy lista desde hace cinco minutos, te espero con ansias, incluso me he puesto el perfume que tanto te gusta, el que me regalaste hace un par de meses en mi cumpleaños. No quiero que sea un mal día, y quiero aclarar mis dudas, primero ¿qué te hizo lastimarme hace casi dos semanas? Y segundo, ¿qué fue lo que hice para que me despreciaras de un segundo a otro? Pero bien, lo importante es pasarla genial contigo, como siempre, como mejores amigos (por más que yo quiera ser la chica que amas), pero no puedo evitar pensar en que las cosas podrían salir mal, tengo una sensación extraña en mi estómago, no sé si es porque tengo miedo de que algo salga terrible o es felicidad y emoción, supongo que es más como una combinación de emociones contradictorias que me harán explotar.

Bueno, el timbre ha sonado, supongo que eres tú, te sigo escribiendo más al rato.

11: 03 pm

¡No lo puedo creer! ¿Tú puedes creerlo? Te contaré el día de hoy, solamente porque quiero recordarte lo feliz que me haces sentir.

Llegaste por mí un par de minutos antes de la 1:00, nos subimos a tu auto y luego nos dirigimos al café, en el camino yo simplemente te iba contando lo que me había dicho Scarlet y lo confusa que me había hecho sentir, tú me pediste dejar de hablar sobre ella y no me negué, recordar su forma de hablarme me causaba desilusión y tristeza. Llegamos en eso de 10 minutos y nos sentamos en la mesa de siempre, una mesa de dos, cuando veníamos los tres solíamos hacer carreras para ver quienes llegaban antes y el último tenía que pedir una silla prestada para poder sentarse, era un juego tonto que llevábamos diez años haciendo ¿recuerdas?

De pronto recordé miles de ocasiones que venimos y todas las historias que contamos aquí, los juegos y las peleas que tuvimos, las lágrimas y las risas. Todo eso lo recordé y lo dejé notar con una leve sonrisa.

Esperamos un rato y la señora Roberts (la mesera y una de mis personas favoritas) nos trajo lo que siempre pedíamos: un café latte para ti y un frappé de cookies and cream para mí (mi favorito). Platicamos un rato sobre tonterías y después corté la conversación para abordar el tema de "Louis dejó de hablarme una semana y no sé por qué". Cuando te pregunté eso te quedaste perplejo, supongo que pensaste que lo olvidaría pero no fue así, yo jamás olvidaría eso, me dolió, me lastimaste, algo en mí murió un poco cuando me rechazaste.

Cartas Nunca Dadas (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora