Carta 11.

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Diciembre 11, 2015.


8:44 pm

Hoy ha sido un buen día, terminé de arreglar algunas cosas de mi habitación, desayuné una manzana, me cepillé los diente, me arreglé y salí a toda prisa de casa. Me dirigí a una estética y la mujer que me cortaría el cabello me lo cortó unos cinco centímetros, luego hizo unos cortes más para que quedara en capas y le pedí que me hiciera unas luces. Salí satisfecha y tranquila, me sentía distinta ya que no me habían hecho un corte desde hace más de un par de años, definitivamente sería un gran cambio para el lunes.

Después de eso me dirigí a las tiendas de ropa y terminé comprando dos blusas, tres pantalones nuevos, unos Converse y tres sudaderas (me encantan las sudaderas, suéteres o chamarras). Cuando llegué a casa me encontré con Max afuera.

"Te estaba esperando" soltó de pronto.

Le sonreí y le pedí que me esperara, lo invité a pasar y lo dejé en la cocina un momento. Subí todas las bolsas y escuché a mi madre entrar.

"Maggie, soy yo o hay un chico muy lindo en mi cocina" me reí y le dije a manera de juego que era mío, me sonrió y salió sin antes enarcar una ceja y decir "te estaré vigilando, jovencita".

Bajé las escaleras y me reuní con Max, entonces me invitó a un café que según él habían abierto hace un par de días, acepté y nos dirigimos ahí.

Nos tomamos unos capuchinos y luego nos quedamos charlando, lo conocí mejor.

Tiene 18 años casi recién cumplidos (hace dos semanas), tiene una hermana menor de siete años y otra mayor de 26 años. Se llevan por bastante. Quiere estudiar psiquiatría (igual que tú) y le gusta jugar fútbol. Además de otras cosas que no te han de interesar. En fin, lo malo comenzó cuando llegamos a mi casa, antes de despedirse de mí se tomó la libertad de abrazarme, atraerme hacia él y darme un delicado beso en los labios, al principio me resistí pero pronto correspondí a su beso y le rodeé el cuello con mis manos.

Entonces escuché tu voz, estabas enojado y la ira se oía en tu tono.

"Margaret, ¿qué demonios estás haciendo?" gritaste iracundo.

En ese momento no sabía ni qué decir ni qué pensar, pero primero que nada ¿qué hacías en mi casa? Me miraste con el ceño fruncido y una mueca en el rostro, pero le soltaste un puñetazo a Max, por suerte te detuvo antes de que llegará a su cara y te hizo caer al suelo con un movimiento "¡hey! ¡Tranquilo! ¡Ella no te pertenece para que vengas a checarla y preguntarle "qué demonios está haciendo"!"

Me quedé muda y quieta, no podía hacer nada, tú solamente te agitaste y dijiste que Max te soltara, lo hizo y se puso a mi lado, entonces cuando creímos que ya te ibas decidiste darle un golpe a mi amigo en el rostro.

Abrí los ojos de golpe y me acerqué a ti, te di una bofetada y me viste con ira pero pronto tus ojos se llenaron de lágrimas.

"¿En verdad me odias?" no te contesté.

"Maggie, yo te quiero, no puedes odiarme" te vi con el ceño fruncido.

"No juegues conmigo, eres novio de Scarlet, así que no, Louis, no me quieres" di media vuelta y entré a la casa con Max.


10:25 pm

Max se fue hace unos minutos, mientras mamá lo curaba y le limpiaba la herida yo decidí escribirte un poco, para avisarte que ya no necesito esto. No es necesario escribirle algo a quien no se lo merece.

Así que sí. Le escribiré a alguien más, a alguien que no parece querer lastimarme.

Pero eso no importa, Max se fue con un moretón en el ojo derecho pero va bien, nos despedimos y volvió a besarme, claro que, fuera de la casa, al salir hemos pisado por accidente un paquetito, ah sí, las notas y apuntes de hoy, gracias. Al menos eres útil para algo.


11:42 pm

¿A quién engaño? No puedo dejar de escribirte, no es como que te vaya a superar de un segundo a otro. Eres difícil de superar, quizás quiera a alguien más, o alguien más me quiera, pero no puedo dejar de escribirte, eres mi mejor amigo, siempre lo serás.


Con algo de rencor pero a final de cuentas con cariño: Maggie.







Cartas Nunca Dadas (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora