Abril.

¿Se dará cuenta?

-Oye, Abril. ¿Por qué estás tan rara? Desde que leíste esa carta estás rara, te pusiste a llorar y todo, anda, cuéntame
-Oh, lo siento, sólo viejos recuerdos regresaron a mi mente, eso es todo.–sonreí falsamente.
-Mm ok...–dudó.

*Llamada entrante de 👐🏻AADEA👐🏻*
-Hoy a las 9 en el mismo lugar.
-Ok, muchas gracias por esta linda llamada, hace mucho no escuchaba tu voz, nos vemos luego.–mentí.
*Fin de la llamada*

-¿Quién era?
-Ah, nadie...sólo una vieja amiga de la escuela, sólo eso.–me toqué la nuca ya que no sabía que inventarle a Josh.–Ahm, sigamos.

Me encuentro sola en casa, no entiendo porque mi madre no llega, pero bueno me alistaré para ir.
Estaba demasiado estresada y la verdad no tengo idea de porqué; sólo necesito un baño con agua caliente.
Entré al baño me hice una cola para no mojar mi cabello y me metí a la bañera, sentía como me transformaba en otra persona completamente, recuerdos, pensamientos que hacían sentirme feliz pasaban por mi mente una y otra vez. Sentía como ardían mis heridas al deslizar el jabón por mis brazos, era como salir de mi cuerpo y desconectarme de la sociedad, era como si tan sólo por 10 minutos estuviera muerta, sin problemas ni complicaciones, simplemente, muerta, ese momento en el que a nadie le importa como vistes, como comes, tu color de piel, tu contextura, tu color de ojos, es tan sólo un lugar tranquilo sin nada de maldad ni violencia, todo el mundo se acepta como es, por esa razón deseo tanto no vivir; pero como todo principio tiene su fin, lamentablemente ya necesitaba volver a la realidad. Salí de la bañera y me puse unos jeans ajustados color azul con una sudadera color blanco y mis típicas vans color negro.
Todavía me quedaba media hora para salir de casa, así que decidí irme a caminar y escuchar música tranquilamente.
-Hey, pss.
Escuché algo, pero seguí caminando.
-¡Abril!–susurró.
¿¡Acaso era Josh!? Debo estar alucinando.
-¡Josh! ¿Qué haces aquí?
-Sólo caminaba un rato. ¿Para donde vas?
-Oh, ahm...–¿qué tenía que decirle?–voy para donde mi hermana, me dijo que le llevara su comida ya que hoy sale tarde de trabajar.
-Ah ok. ¿Te acompaño?
-De ninguna manera, ya me voy, adiós.
Apresuré mi paso, nadie se puede dar cuenta...
*Día siguiente*
Desperté y vi el reloj, eran las 6:30 a.m
No recuerdo nada de lo que pasó ayer...oh no, esperen, ayer yo iba para aquel lugar, y ahora aparecí aquí, mi madre no se puede dar cuenta. Bajé al comedor a ver si mi madre estaba.
-Hola, Abril.
-Hola, madre.
-¿Qué hacías en ese lugar?–preguntó seria.