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III



La alarma volvió a sonar en mi buró, no la recordaba tan aguda y elegante, pero sonaba. Abrí lentamente los ojos y vi el elegante despertador rojo.

—Buenos días, bella durmiente. —pude escuchar la voz de Zorel, mi mejor amiga llamarme.

—¿Zol? —me senté en la cama, aunque aquella no era mi habitación, ni la de ella.

—Hola Vel —sonrió. Sus bellos ojos miel me inundaron, era realmente como un Sol.

—No creerás esto. Soñé que mi papá era Rey de Arkania, el lugar de los cuentos que te conté y que yo era una pr..

—Princesa, si —terminó. La miré confundida. —No era un sueño, Vel. Es verdad. Estas aquí

—¿Qué? —miré a mi alrededor y era verdad, era la misma habitación que me habían asignado esa madrugada ¿Qué hora se suponía que era? Yo tenía mucho sueño, en casa seguiría durmiendo.

—Estamos en la EIHB.

—No era un sueño —chillé y me volví a meter bajo las sabanas. Gruñí. Zol se rió.

—Anda, tenemos que alistarte para ir a la capilla y a desayunar.

—¿Qué? —quité las sabanas. —No, tu odias la religión y no eres mi sirvienta, eres mi amiga —fruncí el ceño.

—Lo sé. Quiero que sepas algo. —Me tomó de la mano. —Llevo esperando esto mucho tiempo atrás.

—¿A qué te refieres, Zol? —me extrañé de su tono meloso.

—Yo...—vaciló — sabia quien eras desde que te conocí en la escuela.

Y de nuevo ahí estaba, esa sensación de dolor y decepción. ¿A caso medio mundo sabía que era una dichosa princesa? Nadie se atrevía a decírmelo ¿Por qué? ¿Qué había en juego? Las dudas flotaban por mi mente.

—¿De qué estás hablando? —Me levanté de la cama.

—¡Que estaba destinada a ser tu dama de compañía desde los 5 años! —me gritó poniéndose de pie frente a mí.

Me sentí mal. Yo la quería, incluso amaba como a una hermana. No quería que fuera mi amiga por obligación. Me sentía engañada ¿nuestra amistad solo era por compromiso?

—Vete, Zol —le dije con dolor. Los ojos de Zol se abrieron de golpe, parecía sorprendida. Y es que eso quizá era mi culpa, siempre me sentí menos que las demás personas y sobre todo, siempre sentí que molestaba a las personas, a mis amigos más cercanos, si era un princesa de verdad entonces era, la princesa más acomplejada de la historia.

—Velia yo...—trató de tomarme una mano.

Jamás creí que algo así me pasaría, Zorel era mi mejor amiga, pero yo nunca fui su mejor amiga, ese lugar lo ocupaba Esmeralda, porque ellas ya se conocían desde antes y eso a mí no me lastimaba y lo respetaba, pero esto era distinto, siempre creí que la que lastimaría antes seria yo con mi odiante actitud.

—Te quiero demasiado, pero no quiero que estés aquí, no quiero que seas mi amiga porque te lo ordenaron desde pequeña —le día la espalda, las lagrimas comenzaron a brotar. —Quiero que seas mi amiga de verdad y quiero verte feliz, no sirviéndome.

—Eso se puede arreglar fácilmente. —Se puso de nuevo frente a mi atravesando mi mirada— Puedo dejar que hagas tus cosas, te vistas, etc. Sola. Además...—se mordió el labio— Tengo derecho a estudiar aquí como Condesa de Arkania...

Entre príncipes y princesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora