PROLOGO

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Arkania había existido siempre para mí como un cuento que papá me inventaba cada noche durante mis primeros 5 años de infancia para dormir, según mi abuela materna.

Hoy Arkania se levanta con su belleza ante mis pies, impotente, silenciosa, majestuosa, ahora comprendo el significado de su nombre, ahora comprendo porque tanto misterio, ahora comprendo porque papá no pudo alejarse de ella, no pudo dejar de protegerla hasta el último suspiro de su vida.

Hoy después de un año de enterarme que mi padre no era un doctor que ayudaba a las personas con escasos recursos en una pequeña isla al norte de Europa, si no un miembro de la realeza europea, El Rey III del hermoso reino de Arkania, escondido en dicha isla; me siento orgullosa de por fin pisar tierras Arkanas para la coronación del 4° Rey de Arkania, mi hermano mayor: Aki-Ayrton Evander.

La noticia me había caído como un ice bucket challange. Ya no era solo Velia Ahinoa Evander, la líder del club de cinéfilos de mi preparatoria. Ahora todos comenzaban a llamarme Princesa por aquí y por allá, la chica que a sus 18 años tuvo que dejar todo lo que conocía para ser llevada a rastras a mitad de la madrugada a una escuela para la realeza en medio de la nada.

Pero no todo fue malo, no tuve que dejarlo todo en si. Solo a mi escuela, a los 20 chicos por los que tenía un crush, a Esmeralda, una de mis mejores amigas y a mi abuelita, quien siempre estuvo para mí en lugar de mi madre, quien falleció cuando me dio a luz.

En el centro de educación para la alta cuna gané muchas cosas, además de la educación adecuada que al principio me costó muchísimo aprender, gané nuevos amigos y amigas, un pequeño amor no correspondió y un prometido odiosamente encantador.

Todo eso no fue en absoluto para prepararme y tomar la corona del reino que legítimamente me pertenece, porque algún desalmado ansiado de poder quiera gobernarlo terriblemente, si no porque era mi tiempo de ser quien en verdad debo ser, para conocer Arkania desde ahora y aprender a amar y valorar la tierra que me vio crecer, para así defenderla con mi vida de ser necesario.

Asi que antes de eso tuve que aprender a vivir entre príncipes y princesas.






Entre príncipes y princesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora