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Prólogo

¡Hola! Hoy les platicaré un poco de mi vida... es común desde cierto punto de vista. Mi nombre es Cielo, bueno ese es mi nombre artístico mi verdadero nombre es Chaerin.

Desde hace 1 año inicié en este trabajo, éramos 4 chicas: Esmeralda, Cielo, Sol y Rosa, cursi ¿no? Pero a nuestro jefe le gustaba así que no podíamos hacer mucho. Hace una semana me dieron la noticia de que ahora sería sólo yo la que sostendría el negocio ya que al parecer las demás chicas no tenían la misma cantidad de clientes que yo y para el jefe eso era una pérdida de dinero, así que decidió trasladarlas a otras ciudades. Se preguntarán que clase de trabajo hago ¿verdad? Bueno les diré...

Soy una escort privada para idols, es decir, una acompañante de clase alta que sólo se relaciona con idols y que por la naturaleza de sus clientes... vive en la clandestinidad. Nuestros encuentros son en la mansión donde vivo, aunque se supone que debería de acompañarlos a eventos... eso es imposible; así que ellos me visitan y estoy con ellos en la comodidad de su habitación... si tenemos sexo, algunos vienen solo por eso así que en ocasiones ya ni sé cómo definirme. ¡Si! ¡Lo sé! Soy una puta en pocas palabras pero el titulo no yo lo elegí.

Mi lista de clientes habituales era de 10, sin embargo con la salida Esmeralda, Sol y Rosa, sus clientes pasaron a ser míos. Tengo que complacer a 20 ídolos, es frustrante hasta cierto punto, porque cada uno me pide jugar un rol diferente, no usamos disfraces ni nada por el estilo, sólo mi comportamiento cambia. Puedo ser yo la que lleve el control del acto o ellos. Cada uno de ellos tiene sus propios gustos en todo, posiciones, palabras, actos, nombres, características del ambiente, etc. Es por ello que cada uno tiene su propia habitación. ¿Cómo funciona eso? Les diré.

Vivo en una mansión antigua de más de 30 habitaciones, cada cliente tiene un código con el cual los distinguimos. El código se conforma de la siguiente manera: la única letra es la primera letra de su apellido, los siguientes dos dígitos son el orden de prioridad que les damos, y los últimos dos dígitos son el año de nacimiento del cliente, ese dato lo uso para prepararme psicológicamente, algunos idols son mucho más jóvenes que yo y eso significa una cosa... sexo salvaje y largo.

Como ya mencioné cada uno tiene su propia habitación y sólo ellos tienen la llave; la habitación está de acuerdo a sus gustos, varían en colores, luminosidad, muebles, ropa de cama, etc. Literalmente es su habitación donde solo soy una invitada por 4 horas, ese es el tiempo que pagan por mi servicio y durante dicho tiempo ellos tienen que respetar ciertas reglas... aunque siendo sinceros, este es un negocio donde los dos tenemos mucho que perder así que ambos respetamos las reglas por nuestro propio bien.

Tengo derecho a 2 días a la semana de descanso, normalmente son lunes y miércoles a menos que algún cliente necesite con urgencia verme. Esos dos días los uso para: ir al médico y salir a divertirme.

Al parecer el jefe pensó muy bien en todas las comodidades que necesita un idol, hablando del jefe les contaré un secreto: no lo conozco. Llevo un año en esto y no tengo ni la más mínima idea de cómo es, como se llama, o ¡cómo diablos se le ocurrió hacer esto!

Lo que les voy a contar no es sólo por morbo. Quiero que conozcan la realidad de sus idols, porque siempre sale su verdadero yo en la cama, y no hablo sólo del acto sexual, hablo de sus pensamientos, sentimientos, frustraciones, preocupaciones, proyectos y demás, porque cuando están relajados es cuando más hablan. Más que la puta personal de los idols yo lo veo como si fuera la novia de cada uno de ellos, los trato de esa forma, creo que por eso mi lista de clientes fue creciendo poco a poco.

Estoy segura que alguno de tus idols está en mi lista, ¿cómo lo sé? Porque dos de mis clientes ¡son MIS idols! Así que la verdad cuando tengo cita con ellos... ¡lo disfruto al máximo! Es decir, quien se iba a imaginar que tendría a mis idols favoritos en la cama, haciéndome suya una y otra vez, dándome no solo su cuerpo, también su mente y corazón. Esos días puedo asegurar que AMO MI TRABAJO.

Bienvenidos a mi mundo... donde tengo más identidades que cualquier enfermo mental.