Cliente: K1094

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– ¡No! Definitivamente NO Eddy– sus ojos me veían divertido, se quedó de pie cerca de la mesa – ¿Cómo se atreve a pedirme algo así?– bajé los cubiertos que tenía en las manos y me levanté para dirigirme a mi habitación.

–Es hombre, ¿qué querías?

–Lo entiendo, pero no aceptaré semejante propuesta– me detuve cerca de las escaleras y giré sobre mis talones para encararlo –está bien que todo el mundo me trate como una puta, pero tengo ciertos criterios que no pienso romper– él comenzó a buscar en sus bolsillos hasta encontrar un sobre blanco.

–Esto me lo entregó él, me pidió que lo leyeras antes de terminar la discusión.

Se fue sin decir una palabra más. Abrí el sobre y dentro se encontraba una carta a puño y letra –ok, esto no es normal– me senté en el segundo peldaño de la escalera para leer la carta.

Hola Tory

Si estás leyendo esto es porque no aceptaste mi propuesta. Ok, trataré de convencerte en estas líneas.

¿Por qué no quieres? Te pido me des una buena razón para no aceptar. Estoy seguro que estas pensando que es porque no quieres o no te gusta. Pero si no lo has hecho ¿cómo sabes que no te gusta?

Vamos al grano... te conozco y sé cuál es la verdadera razón: tienes miedo de ir al infierno por hacer lo que pido. Piensas que es algo que está mal y por lo tanto no lo quieres hacer. Tory... cariño... nos iremos al infierno hagamos o no... lo que propongo. Ninguno de los dos es un angelito así que estoy seguro nos encontraremos ahí. Yo propuse a Sol porque es una de las chicas con las que te sientes cómoda. Pero si no quieres que sea ella... puede ser quien quieras, claro que si me dejas elegir... hay una chica que se que te encantará. Es muy sexy y amable... pero sobre todo... no dirá nada. Sabemos cómo funciona esto Tory y ninguno de los 3 saldrá perjudicado, eso te lo prometo.

Ahora alza la vista y contesta el teléfono que Eddy te está dando.

Levanté el rostro encontrándome a Eddy con una enorme sonrisa burlona y un teléfono en la mano –es él– me extendió el teléfono y lo tomé un poco dudosa.

– ¿Si?

–Hola Tory.

–Hola.

– ¿Entonces?... ¿Lo pensarás?– suspiré pesadamente mientras mi conciencia me regañaba.

–Es que... tengo miedo– él era un buen amigo además de amante y me conocía muy bien. Siempre estuve asustada de la forma en que nos llevamos, somos como amigos con derecho o algo muy similar.

–Lo sé. Pero aun no entiendo el por qué.

–Es fácil para ti decirlo– una risa divertida se escuchaba al otro lado de la línea –me da gusto que te divierta.

–Lo siento Tory, pero es que de verdad quiero hacerlo. Déjame complacerme y a la vez... complacerte– sentí mis mejillas arder ¿Qué diablos me pasa?, suspiré una vez más pero esta vez en señal de derrota. No me dejaría tranquila hasta que aceptara.

–Está bien... acepto.

– ¡Si!– alejé un poco el teléfono, sus gritos me lastimaban. Sonreí ante la imaginación que tuve de él celebrando.

–Me vas a dejar sorda.

–Perdón– dijo rápidamente –es que no te imaginas cuanto quiero esto– claro que me lo imagino.

–Pero no será Sol. Me daría pena con ella.

– ¿Entonces?... ¿tienes a alguien en mente?

–Claro que no. No tengo muchas amigas, y tampoco quiero alguien conocido. Sería con alguien que no conozca pero por favor... alguien sana– no era agradable la idea de estar con una drogadicta alcohólica.

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