20 + 1 (CL-HOT)

Cliente: P0587

– ¡Cielo!– Eddy tocó la puerta de mi habitación.

–Adelante– grité mientras terminaba de hacer mi coleta, él abrió la puerta y se quedó ahí recargando su espalda en ella.

–P0587 ya llegó, ¿estás lista?– asentí mientras caminaba hacia él –esta de mal humor– suspiré y caminé a la habitación 05, tenía puesto un vestido de tirantes corte en A, lencería negra y estaba descalza.

Las habitaciones están de acuerdo a su prioridad, obviamente ellos no saben ese pequeño detalle de la nomenclatura, creen que fueron al azar. Este cliente es extremadamente especial, está en el último lugar de mi TOP 5 y no por ser malo, si no porque aún tiene algo que no me termina de gustar de él, aunque debo admitir que es muy sexy, su piel ligeramente morena, su cabello revuelto y teñido, su ancha espalda, sus musculosos brazos, sus gruesos y sexys labios, su cara un poco alargada, su perfecto torso marcando perfectamente cada abdominal en él, sus pectorales duros y llenos de tinta donde sobre sale un león, sus largos dedos, ese hombre es delicioso a la vista... me vuelvo estúpida cuando lo veo sonreír. Es que el maldito es sexy y lo peor es que ¡lo sabe! Así que me tortura cada visita con su cuerpo y sonrisa. Llegué a la puerta y entre sin tocar, con él esa era su regla, odiaba escuchar el sonido de la puerta siendo golpeada, según él rompe el momento de lo que estés haciendo así que entré y cerré la puerta, no necesito ponerle seguro; absolutamente nadie que valore su vida entraría a una habitación en horario laboral. Las paredes están pintadas de rojo con negro, tiene unos espejos a los lados de la cama, la peluda alfombra oscura hacía cosquillas en mis pies descalzos, la ducha no tiene puerta por lo cual note que estaba mojada, cerca de la ventana hay un sillón individual de cuero en color negro, giré hacia la mesa del centro donde coloca lo que usaremos en la cita, encontré un tazón con fresas y un bote de chocolate líquido. Los tomé y los coloqué cerca de la cama en la mesita de un lado.

Estaba acostado boca abajo y sin camisa sobre la enorme cama, me subí y me senté a horcajadas sobre él quedando encima de su trasero; mis manos comenzaron a recorrer desde la espalda baja hasta sus hombros haciendo un poco de presión en ellos.

– ¿Me extrañaste Tati?– con él mi nombre es Tati, le gusta que tenga el cabello amarrado en una coleta para que luego él me la quite, le gustan los masajes, los dulces y decirle cuan sexy y bueno es.

–Mucho– dije mientras masajeaba sus hombros duros de tanta tensión – ¿qué te tiene tan estresado?– dije cerca de oreja en casi un suspiro.

–El trabajo Tati... y no verte– se quedo quieto disfrutando el masaje que le estaba dando –mmm– escuchaba decir a cada rato.

– ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?–

–Si– dijo tomando mis manos que se encontraban en su espalda bajo –levántate un poco Tati– seguí su orden y lo vi cambiarse de posición –siéntate– obedecí otra vez, ahora estaba sentada sobre su miembro –ayúdame a relajarme– dijo con una sonrisa lasciva –tú eres la que mejor sabe cómo hacerlo– extendió su mano dirigiéndola hacia mi coleta, agache un poco mi cuerpo para que pudiera quitarla, entendí el mensaje, este hombre no venía solo a platicar y fue muy claro cuando iniciamos los encuentros, quería portarse mal, así que me quite el vestido y el sostén quedando solo en braguitas, acerque mi cuerpo a su pecho y comencé a morder su oreja –¡Tati!– gruñó cuando me apoderé de su lóbulo, sentí el despertar de su compañero, sus manos acariciaban mi espalda y bajaban hacia mi trasero donde apretó fuertemente mis nalgas.

–¡Ah!– grité de sorpresa y luego reí ante lo que acababa de hacer, esto es lo divertido de mi trabajo, me comporto como su novia sin tener que preocuparme de serlo, sin la inseguridad, me trata como a su pareja y me importa un bledo si me ama o no, es mi trabajo hacerlo feliz.