Para realizar mi aventura con Daniel, tuve que fingir una excursión de clase por dos semanas.
Y un día antes de la misión, fuí a casa de Daniel para planearlo todo.-¿Cómo entraremos al Triángulo de las Bermudas?- dije acordandome.
-Como faltan años para que haya otro encuentro, que será para otras personas... sé donde hay una entrada -dijo.
-¿¿Enserio?? ¿Donde y cuál?- pregunté sorprendida.
-En tú desván- dijo señalandome.
-¿En mí...desván?¿Y eso?
-Esta claro, todos aquellos que fueron llevados al mundo paralelo tienen un lugar escondido en su casa.
-Vaya, eso no lo sabía- dije impresionada.
-Jajaja, a nadie se le ocurre pensarlo. Pero sabes, lo malo es que no seremos teletransportados al castillo...
-Por favor, no me digas que tenemos que pasar por los portales- dije ya asustada.
-No no, estaremos en alguna otra parte del mundo paralelo...no se sabe.
-Con que en cualquier parte... ¿y sí estaremos lejos del reino?
-Tendremos una larga aventura.
-Tú siempre positivo- dije rodando los ojos.
-Jajaja, claro.
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Estuvimos preparando nuestras mochilas toda la tarde: cuerdas,a gua, algún arma... sí, por si nos atacaba alguien o algo...
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Mi familia estaba durmiendo, eran las 5:00 de la mañana, y yo me vestí lo más comoda y segura posible. Cuando vino Daniel, le ayudé a que subiera sin hacer ruido.
Subimos al desván con cuidado, y él apartó unas cajas pegadas de la parden, se veía una puerta de tamaño mediano.
-¿Preparada?- me preguntó.
-Preparada- y cogí su mano.
Él abrió la puerta y yo la empujé, mostrandonos el mar y el sol radiante.
Miramos el paisaje por unos segundos, pero repente fuimos abducidos al interior de la puerta, haciendo que ésta se cerrara y nosotros calleramos al agua a unos metros de altura.
Estaba realmente fría, pero resistiriamos.-Daniel ¿y ahora que hacemos? -dije en alto para que me escuchara.
-¡Mira, viene un barco!- dijo señalando.
Me giré para mirar y ví que era un barco pirata.
-Espero que no sean de los malos...-dije sabiendo que eso no era cierto.
-Lo dudo mucho.
----En el barco...----
-¡Hey mirar! Esos enanos necesitan de nuestra ayuda Jajaja- dijo un viejo para llamar la atención de todos.
-¡Vamos! ¡Subirlos!- dijo otro.
Dos marineros bajaron con un bote, nos subieron y nos obligaron ser sus esclavos...así de simple...
-Vaya vaya vaya...con que carne fresca Jajaja- dijo el capitán y sus marineros rieron también- pero no seamos crueles, que aquí hay una dama.
Sabía que se refiria a mí. Me recordaba al capitán Garfio...que gracia ¿no?
-Llevaros al muchacho a la cocina, que trabaje- dijo el capitán, y ví como lo llevaban cogido de la camiseta para bajarlo abajo.
-Y tú, ven conmigo- le seguí.
Solo esperaba que no le hicieran daño a Daniel.Entramos al camarote, un lugar más refinado, con una mesa llena de comida, joyas, bellas lámparas, etc.
-¿De donde sois? Es raro que dos jovenes hayan estado en medio del mar- me preguntó mientras se llenaba una copa de vino.
Sabía que era el momento de la interrogación, algunas cosas confesaría.-Somos del mundo humano- dije así de claro y él escupió el vino como sorpresa.
-Niña, no me engañes- dijo serio mientras se limpiaba la boca.
-No es broma, es más, al que acabaís de capturar como cocinero es el principe de este mundo, y yo la princesa- dije con ambas manos en mí cintura.
El capitán retrocedió varios pasos, al parecer lo había asustado. Alguien que hacía algo a los conocidos del rey, sería exterminado.
-¿Y cómo puedo saber que lo que dices es cierto?
-Si nos llevas al castillo, veras que lo que digo es cierto- dije sabiendo que esta guerra la había ganado yo.
Él estaba palido y sudando en la frente, al parecer tenía un tic en el ojo izquierdo y era señal de que estaba nervioso.
-No tengo porque creerte, no eres más que una simple niña- dijo girandose para no seguir mirandome.
-¿Qué le pasa?¿Tiene miedo de que está niña diga la verdad?
Se quedó paralizado, ahí le había pillado. Con sus mismas palabras pude asustarlo jajaja, un juego de niños.
Él volvió a mirarme de frente.-¿Qué es lo que quieres?- preguntó en modo de rendición.
-Queremos que nos lleveis al castillo del rey.
-Me temo que eso sera algo complicado, el castillo esta en el interior del reino, y es enorme. Os dejaremos en la orilla, y vosotros mismos seguireis vuestro camino-dijo.
-Trato hecho- dije con una sonrisa y estrechando su mano.