Tras la confesión que me dió Daniel nos quedamos un rato más en la azotea. Después nos dirigimos a nuestra habitación.
Cuando quedamos profundamente dormidos empece a soñar un lago, un sol brillante y un hada que volaba hacia mí, un tanto familiar.
-¿Lilia?- pregunté en alto.
-En persona, mi querida Anastasia...-dijo ella.
-¿Es solo un sueño?
-Claro que no, me he introducido en tus pensamientos para saber si estabas bien -dijo sonriendo- porque veo que pronto te marcharas, y no pediste ningún deseo...nadie hizo tal cosa...eres extraña o mejor dicho diferente- dijo la hada cruzandose de brazos.
-Jajaja- sonreí -al parecer todo fue bien, y no tuve que molestarte.
-Aún así cuando vuelvas, si me necesitas, solo llamame- dijo mientras se daba la vuelta dandome a ver sus brillantes alas -¡aaa sí! Una cosas más...muchas gracias de nuevo por encontrar mí collar, mi madre se puso contenta por no haberlo perdido y de tener una amiga -dijo muy feliz.
-A mí también me encanto conocerte aquel día- dije sonriendo. Dicho esto vi a Lilia volar y yo a ver borroso...me estaba despertando.
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-¿Habéis descansado bien?- preguntó el rey.
-Muy bien, gracias- dijimos Daniel y yo.
-Bufff, la mejor cama en la que he dormido en toda mí vida- dijo dramáticamente Marcos.
-Esta vez mi amigo tiene razón- dijo Lucas mientras tomo la taza de té.
-Jajaja-reímos todos.
-Pero... -empezó Marcos- cuando volvamos a nuestro mundo...¿qué debemos hacer?- preguntó él haciendo un silencio en el comedor.
-Lo que habéis pasado aquí entre el mundo humano han sido 2 años, podéis volver con vuestras familias, pero con una buena excua- se lamentó el rey.
-No! No podemos... -dijo serio Lucas al interrumpirme - si volvemos haran demasiadas preguntas y no sabriamos responderlas, ni a la policia, ni al mundo.
-Lo que quiere decir Lucas- dijo Marcos para hacer que la sala estuviera más relajada -es que lo mejor es que empecemos de nuevo en el mundo humano.
-¡Pues esta decidido!- dijo el rey para que aquella conversación terminara.
Todo acabamos de desayunar y de recoger nuestras cosas. Como el rey prometió, nos condujo a un pasadizo subterráneo debajo de los calabozos.
Estaba amplio y bien hecho, solo que tuvimos que llevar antorchas o velas.
-¿Cuándo empezaste este camino?-pregunto Daniel, que estaba detrás del rey.
-Mucho antes de que aparecieras- dijo.
Al llegar al final hubo una puerta de madera, con pequeños detalles de estrellas.
El rey sacó la llave, la introdujo y giró.
Al abrir las puertas no pude creermelo.
Estábamos totalmente rodeados por muchos colores y luces, que tenían estrellas, galaxias y hasta un planeta frente a nosotros, enorme y deslumbrante.
-Es demasiado perfecto- dijo el rey sin apartar la vista de aquel planeta.
-¿Cómo has..?- preguntó Daniel y fue interrumpido.
-Algún día te contaré, esto y tu futuro como rey- dijo.
Todo nos quedamos con los ojos abiertos mirando a Daniel, ¿rey?, eso era antes, pero ahora... ¿no tendríamos una vida en el mundo humano?
Daniel asintió con la cabeza en señal de entenderlo todo.
El rey se puso un poco más al frente de aquel planeta, y sacó de la nada un teclado, marcando la ubicación... me pregunto... ¿ese teclado podía mandar a alguien a algún lugar o planeta que no fuera la Tierra o este mundo? era bastante curioso...
-Parece que aquí nos despedimos, hasta entonces... ¡a si! Cuando volvais al reino, por la puerta secreta de la casa de Anastasia, directamente seréis teletransportados al bosque del reino, mucho mas cerca- dijo el rey.
-Gracias por todo- dijeron Marcos y Lucas.
-Nos veremos pronto- dijo Daniel.
-Yo...quisiera decir que...me encanto conocer a tú madre- el rey abrió de par en par sus ojos -en un momento de nuestro enfrentamiento ella se mostró ante mí...-
-Vaya, parece que aún sigue su presencia- dijo cerrando sus ojos y sonrió nostálgico.
El rey pulsó una de las teclas y mirandonos vió como cada vez eramos menos visibles, finalmente marchandonos.
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