Tardamos dos días en salir del laberinto. No vimos más criaturas en nuestro camino, solo trampas.
Daniel tenía un esguince en su mano izquierda, pero no había problemas, usaba la espada con la otra desde siempre.
Y yo tenía la pierna algo quemada, ese día fue el más doloroso de mi vida, físicamente. Era una trampa de fuego que activé.-------------○--------------
Nos encontrabamos más cerca del castillo, en el bosque donde había visto por primera y última vez a la dama del agua, quién me ayudo.
-Es un lago muy hermoso,más que como me lo contaste- dijo Daniel.
-Si que lo es.
Nos quedamos a comer la fruta de pan bajo un gran árbol que brillaba.
-¿Crees que hoy podemos recoger a Lucas y Marcos y volver al mundo humano?- pregunté.
-Si los vemos en el pueblo, sí- dijo con una sonrisa.
Tenía muchas ganas de verlos.
Pero cuando seguimos emprendiendo el viaje hasta el pueblo y el dueño de la bodega nos dijo que fueron encerrados en palacio, nuestras esperanzas de volver antes se acabaron.-Entonces, debemos ir a palacio- dijo Daniel- aunque dudo que seamos bienvenidos.
-Tendré que verle la cara a ese enjendro- dije refiriendome al rey.
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Subimos la colina para ir a palacio. Al llegar los guardias no nos dejaron entrar, pero al escuchar el nombre de Daniel llamaron al rey.
Nos dejaron entrar y fuimos directos a la sala del trono. Andando por el pasillo todos se sorprendieron al vernos y empezaban a murmurar entre ellos.
----Abrimos la puerta...----
-Vaya vaya vaya...por fin veo al principito que escapó. Y a mí princesa, la que se fue para buscar a su amor y dejarme tirado el día de la boda.
-Es lo más justo, ¿no?- dije yo enarcando una ceja.
-Sabes porque hemos vuelto- dijo Daniel.
-Por supuesto que sabía que volveriais a por vuestros amigos- dijo levantandose.
-¿Y a que esperas?- pregunté. Al parecer el rey se acercaba más a mi.
-Espero a que te cases conmigo- dijo el rey.
-¡Ni de broma! Olvida ya esta tontería- dije yo al ver la reacción de Daniel.
-Mira, dejaré que vuelvan al mundo humano Daniel y tus amigos, si tú te casas conmigo- sugirió.
Daniel y yo pensabamos lo mismo, ésto era una locura. Primero por la boda y segundo, que no me quedaria en este mundo otra vez para abandonarlo todo.
-¿Si o no?- preguntó el rey sentandose de nuevo en su trono.
-No podemos hacer eso- dijo Daniel poniendose al lado mía y cogiendome de la mano.
-Pues volver a vuestro mundo sin vuestros amigos, esa pierna quemada habra sido para nada- dijo como un caradura el rey.
-Maldito- susurre y agaché mi cabeza mirando al suelo- De acuerdo,me casaré contigo- dije en alto y mirando al frente esta vez.
Daniel se quedó sin palabras.
-Genial, sera en una semana, os dare una habitabión para vosotros dos-dicho esto salió de la sala.
-Anastasia, dime que tienes un plan, porque has aceptado- dijo él mirandome.
-Claro que sí tengo uno, no acepta3ria así como si nada- dije con una sonrisa arogante.
Fuimos juntos a nuestra habitación, al parecer era la que Daniel tenía cuando nos fuimos.
-No me puedo creer que tuvieras una cama más grande que la mía- dije tirandome a la cama. Él también se tiró.
-Y yo no me puedo creer que me haya enamorado de una chica testaruda-dijo cogiendome las mejillas.
-Por lo de testaruda te refieres a nuestra aventura, ¿verdad?- dije sonriendo.
-¿Y tú que crees princesa?- y dicho esto unio nuestros labios al compás.
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