CAPÍTULO NUEVE

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Kimberly estaba dispuesta a pasar todo el domingo encerrada en su habitación durmiendo y parecía que lo estaba logrando. Pasaban de las dos de la tarde y sus sueños fueron interrumpidos cuando su celular sonó. Dejó que la llamada se perdiera y nuevamente comenzó a sonar. Tal vez era una emergencia, así que decidió atender la llamada.

― ¿Hola? –respondió con una voz ronca tratando de abrir sus ojos.

― ¿Te desperté? –Julius parecía sorprendido de que fueran más de las dos de la tarde y ella aún estuviera dormida.

― Claro que no, estaba leyendo un libro ¿Qué sucede? –se levantó de la cama y se miró al espejo. Ahogó un grito de espanto al ver su rostro hinchado de tanto dormir.

―Si, claro... Disculpa por interrumpir tu... lectura a esta hora de la tarde –dijo sarcásticamente-. Es que la otra vez que te visite tenía algo importante que decirte y con tantas emociones ya no pude hacerlo. Me ofrecieron un acenso en la jefatura y...

― ¿En serio? –interrumpió emocionada-. Ya era hora. En verdad me alegro mucho por ti, Julius debemos festejar, un ascenso no se debe dejar pasar y mas cuando era lo que venias buscando hace años...

―Lo rechacé –interrumpió antes de que su amiga siguiera.

― ¿Qué? ¿Pero por qué? –La emoción se había esfumado.

―He pensado muchas cosas estos últimos días y necesito un cambio. Necesito un nuevo trabajo, nueva casa, nuevas metas, nuevos retos, nueva ciudad o quizás un nuevo país.

―Pero ¿qué estás diciendo? ¿Cómo que un nuevo país? No estoy entendiendo nada.

―Así como lo oyes. Necesito encontrar mi camino. La verdad es que aquí no tengo nada que me ate. Bueno sí... pero llego el momento de preocuparme más por mí que por la persona a la que amo. Necesito pensar más en mí que en los demás. Entendí que lo mejor es alejarme. Ella es feliz y yo también quiero ser feliz. La semana que viene me voy a Italia.

―No.

―Ese sería el único motivo por el cual que me quedaría, pero sé que nunca pasará –la voz se le entrecorto-. Podemos hacer una última fiesta antes de que me vaya, los cuatro juntos.

― ¿Por qué ultima? ¿No piensas regresar?

―No en mucho tiempo. Mi historia aquí ha terminado.

Wyatt bajaba apresurado las escaleras de madera de la casa de su hermano Devin.

― Te escuché cuando llegaste. Eran las tres de la mañana ¿estás haciendo algo en específico? –Devin sorprendió a Wyatt.

Wyatt se sentó en la sala; en un sofá diferente frente a Devin. Aclaró su garganta antes de responder.

―Define "algo en específico" –Wyatt sonrió descaradamente-. Estoy bromeando. Sí estaba haciendo algo y déjame decirte que era algo muy estúpido, así que después de decirte puedes reírte en mi cara.

―No entiendo lo que me quieres decir –frunció el cejo.

―Estos últimos días he estado buscando a la chica que... que descontroló mi vida entera. Fui a todos los centros nocturnos que hay en la ciudad.

― ¿La encontraste? –Se acomodó en el sofá.

― ¿Crees que si la hubiera encontrado estaría platicando ahora contigo? –Wyatt se imaginó lo que estaría haciendo con la chica misteriosa en estos momentos. Tal vez pudieran estar mirando las estrellas en alguna playa mientras se conocen.

―Pues creo que lo que haces si es algo estúpido, pero no es para reírse –Devin dijo con seriedad-. El amor no es un chiste, el amor es algo que se debe tomar con seriedad ya que no es para todos. El amor sólo es para las personas valientes. Pienso que tú estás siendo muy valiente y definitivamente estás hecho para el amor. Sabes... Muchos en tu lugar hubieran continuado con sus vidas como si nada, en vez de arriesgarse. Ojalá pronto encuentres a mi... cuñada –sonrió ligeramente.

―Es lo que más deseo en esta y en todas las vidas que me faltan por vivir.

LA CASA DE LOS PLACERES [PRIMERA PARTE] *PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora