CAPÍTULO DIEZ

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―Joyce quiere hablar contigo. Dice que lleves tus avances –Marion le dijo a Kim desde la puerta de su oficina con una sonrisa sínica.

Kim dejó de hacer lo que sea que estaba haciendo en la computadora y sintió un balde de agua fría recorrerle la cabeza. No tenía casi nada avanzado y su jefa estaba encima de ella.

―Que estúpida soy, que estúpida soy –repetía en susurros de enojo mientras guardaba los avances- Voy enseguida –respondió con frialdad al mismo tiempo que tragaba saliva de golpe.

―Tic toc, tic toc ¡adios! ¿jefa? Tu tiempo aquí está contado es una lástima porque me encantaba hacerte la vida miserable –Marion se carcajeó y salió de la oficina.

Kimberly entró a la oficina de Joyce sabiendo que algo realmente malo estaba a punto de suceder. En esos momentos sentía un gran odio hacia Gorka y Barbara "¿Cómo pude confiar en ellos?" Se sentía tan estúpida en creer que un cambio de imagen y salir a divertirse todos los fines de semana le iban a devolver a su musa. Pero ahora, debía afrontar las consecuencias de su estupidez. Tal vez, ese día, ella se iba a quedar sin trabajo.


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Wyatt salió de su auto rojo deportivo y miró el enorme edificio frente a él. "No se ve mal", pensó. Después de no haber encontrado a la chica de sus sueños el fin de semana pasado, ese día había despertado con muchas ideas para su negocio. Y lo primero que tenía que hacer era un cambio en el logotipo de Punto Ciego, para comenzar con la publicidad. Tenía la ambición de expandir el club y tal vez abrir otra sucursal en New York o Las Vegas. Se dirigió al elevador mientras buscaba el nombre de la persona con quien debía dirigirse. La puerta del ascensor se abrió en el piso siete. Todo parecía normal y se dirigió a la recepcionista.

― Buen día, señorita. busco a la Licenciada Joyce –Wyatt le dijo amablemente a Barbara.

― ¿Quién la busca? –Barbara era muy amable y profesional en su trabajo.

― Wyatt, Wyatt Halliwell de Punto Ciego.

Barbara pasó saliva al escuchar el nombre del club que frecuentaba. Marion se acercó. Parecía que estaba a punto de atrapar a su presa.

―Hola, que tal. Soy Marion Vodianova. Yo puedo llevarte a la oficina de Joyce. Sólo que tendrás que esperar un poco ya que ella... está... bueno... Está un poco ocupada con un asunto que espero termine pronto –su mirada parecía clavarse en los ojos de Wyatt.

―Claro, muy amable, señorita Vodianova. Yo la sigo –Parecía que Marion tenía todo para ser una de las amantes de Wyatt, pero éste no estaba interesado en otra mujer que no fuera la chica misteriosa que lo había hipnotizado desde su único encuentro.

Wyatt tomó asiento en la sala de espera hasta que pudieran atenderlo cuando de repente se escucharon unos gritos provenientes de la oficina que le habían dicho que era de Joyce.

―No puede ser sólo esto el avance. Has tenido más de una semana para trabajar en el logotipo ¿qué está sucediendo contigo? Te escogí a ti porque eres la mejor en tu área. –Joyce se escuchaba realmente furiosa.

―Pero... es que...

―Pero nada, Kimberly. Nada justifica esto. Has sido una excelente diseñadora gráfica, nunca había tenido problemas contigo y ahora que te necesito más que nunca sólo decides abandonarme. Esto es injustificable. Estoy muy decepcionada de ti.

―Prometo que tendré algo nuevo la próxima vez, sólo necesito esta semana. Por favor, se lo suplico...

― ¿Estás bromeando, niña? No tendrás una semana –Joyce golpeó el escritorio con su puño-. Tienes hasta el viernes para traerme algo de calidad. Si no tienes nada, no te molestes en seguir viniendo. Tendrás tu liquidación el lunes.

LA CASA DE LOS PLACERES [PRIMERA PARTE] *PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora