Capítulo 23: Padre e Hijo...

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Justo cuando Antartis va a disparar mi padre levanta su brazo derecho al cielo y creando una gran runa negra y púrpura dice...

Miguel Ángel: Gran serpiente del abismo, rey sobre las tinieblas, aparece, dame tu fuerza. ¡Abadón, Basilisco rey del abismo!

Al instante una gran serpiente del mismo tamaño que Antartis, negra y purpura, llena de espinas y una cresta de dragón por todo el cuerpo sale disparada hacia él, agarrándolo por el cuello y cortando su disparo.

Alex: ¡Antartis! -digo asombrado-.

Nuria no daba crédito, ¿padre e hijo con el mismo poder?

Rufus: Fiiiiuuuuuu -silba-. Vaya tela con esos dos bichos ¿no?

Ambas bestias forcejeaban en el cielo intercambiando mordiscos, coletazos, alientos de sombra y hielo, rugidos...

Miguel Ángel: Me gustaría seguir con éste gran espectáculo pero tenemos cosas que hacer... -interrumpe el momento-.

Alex: ¡NI SE TE OCURRA HUIR! -digo saliendo de mi asombro-.

Miguel Ángel: Tranquilo... Habrá mas tiempo para vernos hijito...

Alex: ¡VEN AQUÍ!

Entonces me abalanzo sobre ellos con gran fuerza, mi padre invoca dos arlequines y yo en contramedida invoco dos tigres que interceptan a estos dos seres. Tras eso y estando a punto de llegar a ellos, la tierra empieza a temblar muy violentamente y alguien surge de debajo de ella creando un muro de roca que me obliga a detenerme en seco.

Miguel Ángel: Cuídate hijo, hasta que volvamos a vernos... -dice sonriendo con malicia-.

Mi vista queda fija en la persona que ha salido de la tierra, su olor, ese mechón negro y rizado que pude atisbar al sobresalirle de la capucha...
Juraría que es... ¿Será posible?
Pero rápido algo me saca de mi trance, la chica golpea la tierra de nuevo y esta vez dos grandes piedras se abalanzan sobre nosotros, Nuria explota una con sus flechas y Rufus me sostiene otra con el viento mientras yo la corto en trozos con la guadaña. Al desaparecer estas placas, ellos ya no están.
Abadón también desaparece y Antartis queda solo en el cielo rugiendo.

Alex: No... -susurro lleno de frustración-. ¡¡NOOOOOOOOOOOO!! -grito-.

Mi pulso se acelera, la marca palpita y Assiel me susurra

Assiel: Eso es... Déjate llevar, más y más y más rabia. Dame toda la que tengas y te daré el poder que necesitas para acabar con esos simples...

La marca empieza a crecer en mi piel y a brillar mas, mi mirada también cambia.

Nuria: ¡Alex! Para, cálmate, es una trampa...

Pero mi rabia solo crece... Los tenía delante, justo delante y se me han escapado en mis narices... Si hubiese sido mas fuerte...

Assiel: Dame más rabia... No dejes que te pisoteen, se han reído de ti, secuestrado a tu madre, matado gente... Hay que detenerlos.

Alex: ¡AHHHHHHHHHHH! -grito consumido por el odio-.

En ese momento empiezo a soltar vapor frío, y mi mirada cambia, se vuelve salvaje e intimidante, como la de Assiel, he perdido el control y es Assiel ahora quien maneja mi cuerpo. Yo me dispongo a salir disparado en busca de esos tres cuando Rufus se pone delante.

Alex: ¡Tu no te metas humano! -dice Assiel habiendo tomado el control-.

Rufus: Suéltalo Assiel... Jugar con tu usuario así esta muy feo.

Alex: Esto es solo el principio... Me vengaré de Azazel y sus peones...

Yo me abalanzo sobre Rufus pero Nuria rápido me dispara una flecha que explota haciéndome perder la concentración, entonces Rufus aparece en un segundo sobre mi y con un golpe de aire me deja inconsciente. De pronto el dragón de hielo gigante se desvanece y el clima y la temperatura vuelven a la normalidad.

Guerra De Sombras: La Estrella CaidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora