Capítulo 41: Reminiscencias De La Batalla...

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El canto claro y agradable de los pájaros entraba por la ventana, la brisa rozaba mi rostro. Era tan calmado y agradable...
Pero unos llantos rompían el silencio.

Nuria: Dios... Van tres días ya de la batalla y ¿aun no despierta? -dijo secándose las lágrimas-.

Violeta: Lo siento chicos, no puedo hacer más, estamos intentando averiguar que efecto le ha provocado usar "Zero Absoluto" en su cuerpo. (Cogió una muestra de sangre)
Me llevaré esta muestra a ver que averiguo...

Antonio: ¡Maldita sea! ¿Por qué tenía que hacer eso? -golpeó la mesa auxiliar de la habitación-.

Yo oía todas esas voces de fondo, como con eco, no pude responder, mis ojos no se abrían, mi cuerpo no se movía.

Uriel: Nuria, para empezar esa ley te hace usar tanta energía, que probablemente Alex tenga el "síndrome de la deficiencia energética". Es decir que su cuerpo presenta una falta peligrosa de energía vital...

Nuria: Alex... (Me miró mientras lloraba) despierta por favor... -dijo apoyando la cabeza en la cama a mi lado mientras agarraba mi mano-.

Habían pasado tres días ya desde la batalla y por lo visto no desperté.

[En la habitación de al lado]

Rufus ya se había recuperado, pero seguía sin su brazo.

Rufus: Pues esta prótesis es genial Víctor, te la has currado crack -sonreía-.

Víctor: Es una prótesis de nanorobots y fibra de carbono con láminas de titanio y oro, metales que le confieren resistencia. -dijo triste-.

Rufus: Ey tío, ¿que pasa? -contestó poniendole la mano en el hombro-.

Víctor: (agachando la cabeza) perdiste el brazo porque no supe hacer las cosas mejor, por incompetente y débil... -susurró apretando el puño-.

Pero Rufus le dio un abrazo y le dijo:

Rufus: Perdi el brazo porque no quedaba otra, la frase correcta es, conservé mi vida gracias a ti tío....

Víctor apretó el abrazo y sollozó.

Las reminiscencias de esta batalla habían sido dolor, y crecimiento personal a partes iguales. Muñecos rotos que se levantaban de nuevo tras un nuevo amanecer dispuestos a reconstruir sus corazones y sus vidas.

[Al día siguiente]

Abrí los ojos poco a poco, la luz me deslumbraba y todo estaba borroso. Tras aclararme los ojos me incorporé lentamente y con esfuerzo. Nuria estaba a mi lado dormida en la silla con mi mano agarrada. Sonreí y en ese momento se abrió la puerta de forma delicada, Antonio entraba a hacer el relevo.
Cuando nuestras miradas se cruzaron su tridente se cayó al suelo despertando a Nuria de un sobresalto.

Antonio: ¡¡ALEX!! -gritó alegre mientras corría hacia la cama-.

Me dio un gran abrazo, yo simplemente estaba confuso. Nuria me miro al apartarse Antonio, y de pronto empezó a llorar y me abrazó muy fuerte.

Nuria: ¡¡IDIOTA, ERES IDIOTA!! ¿¡LO SABES NO!? -gritó llorando-.

Alex: Vaya, yo también te quiero... -apreté el abrazo mientras ironizaba-.

Nuria: ¡Nos has dado un susto de muerte! Dios, no despertabas y Assiel no respondía y... -su llanto no la dejó hablar más-.

Alex: Ey vamos... Perdoname cielo, sabes que nunca quiero hacer algo que te duela... -acaricié su cabello-.

Guerra De Sombras: La Estrella CaidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora