Parte 4

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  ¿Qué le estaba pasando? Se sentía atrapada y quería dar un fuerte grito, pero su cuerpo no reaccionaba a lo que ella quería. ¡Qué le pasa! ¿Cómo grita? ¿Cómo hacer un sonido? ¡Cómo!


Escuchaba los sonidos que los demás hacían, pero su mente estaba en negro. Quería moverse, pero no podía, ¡Esto no puede ser! ¿Cómo actuar? Como no sentirse atrapada, como llorar, como querer estar con su hijo.


—Hija—escuchó a su madre y la sintió cerca—Los doctores han dicho que estás en coma


Entendió todo.


En coma, sin poder hablar, moverse, hacer una señal, ¡Pero estaba viva! Y quería moverse decirle a su madre que podía escucharla, que lamentaba tanto no poder estar ahí.


—El bebé no pudo vivir hija— escuchó a su madre entre llanto—tu hijo murió

¡Cómo! ¡Qué estás diciendo madre! ¿Mi hijo? ¡Mi hijo! ¡No! ¡No! Mi hijo no puede ser. Lo esperaba, lo quería tener entre mis brazos, lo quería ver crecer, lo quería ver estudiar. Quería que mi hijo viviese, que tuviera novias, que me pidiera permisos para salir, que fuere al cine, que fuera a comer, que me llevara a comprar ropa. Quería ver a mis nietos, verlos crecer al igual que a él. Yo quería a mi hijo ¡Vivo! ¡Lo quiero vivo ahora! ¡Esto no puede estar pasando!

Hijo mío, tantos meses tuve la duda del nombre que te pondría. Soñé tantas veces en abrazar tu pequeño cuerpo, en sentir los latidos de tu corazón, en ver tu sonrisa. Escuchar tus primeras palabras, escuchar que me dijeras Mamá. Quería verte dar tus primeros pasos, vestirte, bañarte, enseñarte de la vida, llevarte a la escuela, ayudarte en las tareas. ¿Y ahora? ¡Te quiero de vuelta! Quiero que vuelvas a estar dentro de mí y volver a sentir tus pataditas. Quiero que nada de esto hubiese pasado. Pero te perdí hijo mío, ahora no sé qué será de mi vida.


—Tienes que vivir Martina, por ti, por tus padres, tus amigos, por tu hijo—dijo—. Por qué estoy segura que ese bebé habría querido que vivieses. Vas a despertar, tienes que poner de tu parte hija mía, lo vas a lograr...


¡Pero como madre! Esto ya no tiene sentido sin mi hijo. Lo perdí a él al igual que a Jorge, porque él se fue ¡Y Dios me quito a los dos! Se fue Jorge y fue como si luego se lo llevara a él. ¡Porque ahora ya no tengo a ninguno de los dos! ¿Por qué debo de vivir? Si lo único que me quedaba era mi hijo, era lo único que me hacía recordar que el amor entre Jorge y yo había sido verdadero.

Quiero hablarte ¡Madre hazme caso! ¿Qué no me escuchas? ¡No quiero vivir! Es to ya no tiene sentido. ¡Diles que me desconecten! ¿Por qué no lo haces? Ya no llores madre mía, por favor, no quiero escuchar tu llanto. No quiero sentir el dolor que sentirás en mi partida.

¡Por Dios! ¿Te has ido madre? ¡Por que no puedo verte, solo puedo escucharte! ¡Madre! Necesito que me digas una cosa ¿En verdad me amaste? Porque si fue así... ¡Siempre te alejaste! Nunca me dijiste un cariño, nunca me diste amor, dame una sola razón para quedarme.
—Siempre te amé Martina, fuiste la mejor hija del mundo— Le escuchó decir

Al parecer su madre estaba conectada con ella. Aunque la mujer no podía escucharle, salió de su corazón el decirle a su hija que era lo mejor que le había pasado en el mundo


—Almendra se fue a Europa, Jorge  le ha llamado, ella regresará en una semana—su madre le seguía hablando— ¿Sabes? Tus primos de Australia vendrán a verte, siéntete alegre hija, muchas personas te quieren...

Almendra se fue, quiere decir que ¿Jorge está en peligro? Nadie puede responderme, no sé porque lo sigo intentando, esto es imposible, nadie lo hará. Según la medicina estoy muerta, soy como un vegetal, estoy en estado de vegetación ¡Y no puedo hacer nada al respecto!


***


—¿Martina? Siempre me cuestione en por que una chica de preparatoria estaría los sábados de descanso en la escuela..

—¿Sabes? Nunca debí darle mi nombre a un desconocido—le respondí siguiendo mi camino


—¿Así que un desconocido? —Arqueó una ceja y luego estrecho su mano—Soy Jorge Blanco, estudio tercer grado

—Me alegra, que magnifico—sonreí con sarcasmo mientras seguía caminando

—Eres demasiado grosera al no tomar mi mano ¿Sabes? Pero no importa, tu estudias primer grado ¿No es así?

—¡Cómo lo sabes! — Me detuve

—No sé muchas cosas—respondió—. Soy nuevo en la escuela

—Así que nuevo y de dos grados más elevado al mío, que hermoso—Sonreí con sarcasmo

—Más hermoso es ver tu sonrisa, que aunque sarcástica, sigue siendo la más hermosa de toda la escuela

Ese día supe que me enamoraría de él. No era el típico chico al que le gustaba tener la atención de las demás, solo era él, único e irrepetible, sencillo y amigable, no le hacía falta nada, era solo él.

—Debo irme hija—le dijo la madre. Miró al doctor y este asintió

—Su hija estará bien—Dijo el médico

¿Qué quiere decir con que estaré bien? ¿De verdad? ¡Está hablando enserio! A dónde me llevan, ¿Por qué me cambian de sitio? Siento que voy entre nubes ¿sabes?

—Hola Martina, estás en las mejores manos. Solo tienes que poner de tu parte—un enfermero le habló


—¿Quién eres tú? ¿un médico? No quiero poner de mi parte, ya lo he dicho, no quiero.  


La fuerza del destino "Jortini"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora