Capítulo 10

21 3 0
                                    

Ya paso un mes desde que sucedió el accidente y me acaban de quitar el yeso de la pierna, y para celebrarlo Charles me invita a desayunar a un pequeño local que conoce que se encuentra cerca del centro.
Él dice que así evitamos que le agregue otro, condimento, fruta, semilla, etcétera a lo que pueda ser alérgica
-¿Cuanto tiempo falta?
-Depende de cuanto tiempo quieras que falte.
-Ya, lo digo en serio. - me dice Charles fastidiado.
-Yo también lo digo en serio. ¿A casó no siempre me dices que eres todo poderoso? Siempre estas alardeando de lo que podrías llegar a ser, que un hombre -hago comillas con mis dedos y puntualizó en la palabra "hombre" -en tu posición y con las influencias que tienes tú y tu padre podrías hacer lo que quisieras, bueno,¿entonces por qué no puedes adelantar el tiempo?
-Oye, podría si quisiera.
-¿Y que estas esperando?
-¡Ja! ¿bromeas? ¿Y perder ese tiempo sin estar a tu lado? Sigue soñando mi damisela herida
-Okay Cronos, desperdicia tu tiempo esperando tu desayuno con migo. Y deja de decirme así. Ya me quitaron el yeso, así que no hay razón para llamarme de esa forma
-Lo que digas,—dice resignado
-¿A qué hora abren el supermercado? -Preguntó
-A las 9,eso creo. -Charles arruga la frente pensando. -No puedo creer que nunca has ido a acampar
-Pues cree lo.
-No, bueno. No puedo creer que tus padres jamás te llevarán a observar las estrellas al aire libre.
Bajo la mirada a mi recién traído desayuno
-Ups, lo siento -dice Charles, dándose cuenta de su error.
-No te preocupes, no pasa nada.
Yo pedí unos ricos y deliciosos Wafles y él unos huevos estrellados, lo acompañamos con un jugo de naranja, sabía todo muy delicioso y no me sorprendió que terminaremos nuestro desayuno en silencio y muy rápido.
No había probado algo tan delicioso como cuando era pequeña, este me trae muy bueno recuerdos de aquella época tan feliz que tenía.

Después de que Charles paga la cuenta, nos dirigimos al estacionamiento para podernos ir y disfrutar del día.
-¿Podemos ir al supermercado? -Le digo
-Claro, ¿que quieres comprar?
-Pues ¿Que es lo que necesito para acampar?
-Pues dependiendo como quieras dormir -Me dirige una mirada sucia.
-Ya, basta. -le doy un pequeño empujón con el hombro y me subo a su coche. -No seas pervertido.

-No soy pervertido- se acomoda en su asiento y conduce con dirección al supermercado. -Es cierto lo que te digo. Casi todo depende de eso. Por ejemplo, si quieres dormir viendo las estrellas, que te molesten los mosquitos, que quieras estar en contacto con la naturaleza, y sip eso significa pasar frío, y ni se diga con si nos encontramos con alguna tormenta, lo cual no creo, para eso necesitas comprar un saco de dormir. Si quieres evitar tanto el frío como los mosquitos y los pervertidos que miran cuando te quieras cambiar, yo te recomendaría comprar una casa de campaña. Pero tampoco es que digamos que quiera que te la compres por....  Olvídalo, creo que si soy un pervertidos.
—Te lo dije— Respondo, con un tono de ironía
—Soy un pervertidos honesto —levanta una ceja y me mira de reojo mientras sigue manejando.
-Entonces que sea la casa, por que de ninguna manera voy a dejar que me veas cambiarme.
-¡¡¿¿Que???!! Oh, vamos, no pienses que soy uno de esos chicos. Ya te dije que yo soy honesto.
-No pienso, lo sé y no tiene nada que ver con que seas un pervertido honesto. Eso solo dice que no te da vergüenza admitir que eres un pervertido.
-Solo por que todos los chicos que ves en tu series de TV son así, no quiere decir que nosotros los guapos y sensuales somos así.
-¿Y quien dice que no lo son? -le retó
—Pues los hombres como yo que no somos la mentira de los cines.
—Éso ya lo veremos.
Llegamos al estacionamiento del supermercado y me bajo del coche para me dirigirme  dentro hacia el pasillo de jardinería y acampada. 
—Te olvidaste de mi y del carrito
—Lo siento, estoy un poco emocionada por esta viaje. Que no quiero olvidarme de nada.
—Esta bien.  Lo pasare por alto solo por ser tú .
Empiezo a llenar el carrito con una casa de campaña para 4 personas,  un saco de dormir(ya que quiero estar calentita) dos cobertores una pequeña almohada de color naranja chillón. 
—¿Por que llevas una casa para 4 personas? ¿A casó planeas que me duerma contigo? No quiero dejarte en ridículo, pero si solo somos tu y yo en todo caso seríamos dos, no cuatro. Creo que no sabes contar bien, damisela herida.
—Claro que se contar,  y quien dijo que dormirás conmigo,  llevo una casa para 4 por que quiero tener espacio para moverme sin sentirme aplastada o chiquita en una casa para una persona.
—Vale, yo solo decía. —comenta, derrotado.
Corro hacia el pasillo de los alimentos mientras Charles dirige el carro y lo lleva detrás  de mí.
Acomodo dentro del carro del supermercado una botella de agua de un litro, bombones, sopa enlatada, una bebida energizante, y unas  frituras.
Miro el carro y siento que no es suficiente. 
A todo esto solo Charles me mira divertido,  esperando a que este lista para ir a pagar por todo ello.
Como no se que mas llevar y quiero llenar ese vacío de la sensación de que algo falta empiezo a caminar por todos los pasillos de la tienda y  arrojó dentro del carro lo que creo podría necesitar.
Lo primero que vi fueron unas toallas húmedas, un antibacterial, y un botiquín. Me pare un segundo para leer su contenido el cual incluían alcohol, algodón, agua oxigenada, curitas, paracetamol-con lo cual solté un bufido ya que no se puede vivir sin el,  o al menos eso es lo que parecen concordar los médicos -
Después me pase a otro pasillo e incluí a mis compras unos cerillos a lo que también decidí llevar un encendedor - por si acaso,-  ropa cómoda como una sudadera muy abrigadora una playera de manga larga un pans y unos tenis,  y finalmente una enorme mochila especial para excursiones, que es un poco fea, con su color tan café y verde opaco, pero eso es lo que me encanta .
Poder sentirse ordinario y normal, cuando todos o por lo menos tus amigos te saludan cuando los ves pasar, o que te guarden un asiento en la cafetería.  Eso es lo que nunca eh sentido y es lo que siempre eh querido, pero no se puede si ni siquiera tienes amigos, y mucho menos conocidos.
—¿En que piensas?
—En nada, —contesto mientras sigo mirando la común mochila.
Es ridículo que me ponga tan triste por una simple mochila. Así que me doy la vuelta para comprobar lo que llevaba, y con esto, llenar ese vacío de falta. 
Me sorprendí al ver que el carro estaba a rebozar de cosas y Charles apenas y podía mover el carro sin que se cayera alguna cosa.
A todo esto pienso que también debe de estar muy pesado para mover lo pero ni se notaba el esfuerzo que ponía Charles.
—¿Estas lista? —preguntó.
—Creo que si. ¿crees que me falte alguna cosa?
—¿Bromeas? Llevas todo lo esencial, aunque no creo que haga falta esa sopa enlatada ya que creó que nos darán comida que la escuela llevará para nosotros.
—Si pero uno nunca sabe lo que podría pasar. Que tal si algo de esa comida tiene nueces.  ¡¡Olvídate!!
—Cierto. Oh espera,  ya se que es lo que te falta.
—¡¿Que?!
—Un chico muy sensual
—¡¡¡¡Es cierto!!!!,  lastima que no pueda comprar y llevarme a Josh.
—¿Otra vez  con eso?  Yo hablaba de mí
Me río de el.  —Claro que sé que hablabas de ti,  es solo que no quiero aumentar tu ego. A parte, tu vas a ir, no necesito llevarte.
—Sí pero, vamos, admite lo,  tú amas mi ego
—Nop,  pero admito que eres un egocéntrico.
—Bueno, dejare pasar ese comentario por alto y fingiré que amas mi ego.
—Sí, chico egocéntrico,  mejor vamos a pagar todo esto. —señaló todo lo que escogí para comprar.
—Pues vamos.
Nos dirigimos a la caja, que,  afortunadamente solo hay una persona adelante de nosotros. Es un chico, es un poco más bajo que yo, con un ligero bronceado, tiene cabello negro oscuro con un corte de modo como el de esas bandas de chicos del momento, viste un pans verde fuerte, con una camiseta negra sin mangas, con unos tenis negros que me parecen que son para excursiones.
¡¡¡Mierda !!!  Eso me hace recordar que no llevo tenis.
Examinó las compras que lleva para ver si a mi no me falto nada. Y solo hasta ahora me doy cuenta que lleva demasiada comida enlatada, y agua embotellada, que raro.  Es como si se estuviera preparando para una invasión extraterrestres, o tal vez una invasión zombi, o una guerra que durará años en acabarse. Que ridículo. En que cosas estoy pensando. 
Tal vez piensa llevarlas a un orfanato o a algunas personas pobres,  y yo aquí pensando en estupideces como una invasión extraterrestre o zombi
Él se da vuelta y me mira, y yo lo miro, tiene  ojos cafés,y es muy guapo pero tengo la rara sensación de que ya lo eh visto. 
No sé, tal vez él asista a mi escuela y es un chico del montón que apenas empieza a notar me.
Él abre la boca, parece que va a decirme algo, en eso Charles coloca su mano en mi hombro y el chico parece reparar en su presencia, lo mira, o más bien lo examina con la mirada a fondo, y, con eso, decide darse la vuelta para pagarle a la señorita que lo atiende, toma sus compras, las introduce en el cabrito de compras y se marcha.
—Que raro. —comentó

Después de pagar, e ir al coche de Charles para guardar todo, me lleva a casa.
En la sala de mi casa, me ayuda a sacar las compras para que yo pueda acomodarlo todo.
—Charles...
—Ya te dije que me digas Charlie 
—Charlie, ése chico, el del supermercado ¿lo conoces?
—No—contesta demasiado rápido,  con eso creo que me miente.
—¿Entonces por que te miro así? —trato de sacarle más información.
—Por que el pensaba que yo estoy contigo.
—No creo eso.
—Bueno, ese es tu problema.
—Ay, que enojo.
—Lo siento, es que tengo muchas cosas que hacer.  Será mejor que me vaya de una vez.
—Mmmmm claro. ¿te veo mañana?
—Claro, paso por ti y tus cosas.
—Esta bien, adiós
—Adiós.
Sale de la sala y se va.
Escucho a su carro irse.
Pero que malhumorado me salio. Yo solo quería saber por qué lo miro así ese chico.
Termino de guardar todas mis cosas y acomodo mis cosas.
Solo espero que todo salga muy bien mañana en el campamento.
Estoy muy emocionada, nunca antes había salido en una excursión, de seguro saldrá de lo mejor, será la salida más maravillosa, no puedo esperar a que llegue el día.
Me llevo la mano hacia mi colgante de la piedra de colores que me regalo mi padre y le ruego por que este viaje cambie mi forma de socializar, quiero hacer más amigo como Charles, y creo que esta es mi oportunidad.

Mi Secreto DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora