Capítulo 3

33 3 0
                                    

Después de un día muy agitado- que hace mucho no tenía- me voy a la cama para descansar, si tan solo hubiera llegado Charles un poco antes a mi vida, la hubiera hecho más soportable. Fue muy agradable estar con él, de alguna forma me sentía conectada con él. Aunque no sepa de qué forma siento algo que nos mantiene unidos.

Luego de esperar un largo rato a que me llegara el sueño, me di por rendida y fui a la planta de abajo para ver alguna película que estuvieran pasando por el canal de paga. Busque en varios canales pero por fin me di por rendida con una que parecía tratar sobre unos chicos que son mejores amigos y con el paso del tiempo se van enamorando, pero temen perder su amistad porque piensan en lo que pasara si no funciona su relación.
Cuando la película está por la mitad es interrumpida por unas breves noticias sobre niños desaparecidos y otros muertos.
Cada vez hay más.
Las autoridades piensan que es una pandilla de una de las más agresivas del Estado.
El sueño se estaba apoderando de mí a lo largo de la noticia, así que apague la televisión y me fui a acostar. A los pocos minutos de haberme acomodado en mi cama para un sueño placentero, oigo llegar a mi madre, se escuchan algunos ruidos en la cocina por lo que supongo que está buscando algo para comer, después sé que encontró el plato que le deje de pasta- de la cual no comí, ya que Charles me invito una hamburguesa en el camino de vuelta a mi casa- no me importa lo que hará después, suele quedarse hasta tarde haciendo cosas sin importancia. Por lo cual me permito dejar que el sueño me derrote.

Otra vez fría, me restriego la cara con las manos. Siempre cuando despierto estoy en el suelo, y nunca me doy cuenta cuando me caigo de la cama, es como si apareciera en el suelo mágicamente.
Estoy harta de ello, la próxima vez que me vaya a dormir pondré las sabanas tan estiradas en los bordes de la cama que así no podre caerme.

Me visto para uno de los mejores días que podría tener, Charles me invito al parque después de la escuela, él se volvió una de las personas en que en verdad me dan confianza pero hay algo sobre el que no sé como tomármelo, es algo más que una simple persona, cuando estoy cerca de él siento una energía muy parecida a la mía, pero,… ¿Por qué me cuestiono tanto? ¿Por qué no lo puedo dejar de pensar?, empujó el pensamiento lejos de mí. 

Decido ponerme un collar de una piedra que me regalo mi padre cuando cumplí los 4 años de edad, es muy hermosa y tiene una forma un poco rara porque no es algo que tenga una forma en concreto, es de varios colores pero lo denominan el rojo y azul oscuros, lo que lo hace combinar con varios atuendos, para mi suerte. Me veo de pies a cabeza en el espejo de cuerpo completo, mi cabellera castaña de un color tan pálido que parece casi un rubio fuerte, me llega un poco más arriba de la cintura en varias capas, que la hace contrastar muy bien con una playera azul turquesa y unos jeans negros con sandalias del mismo color de la playera.

Desayuno el primer cereal que me encuentro a mi paso, hago una mueca ya que es el cereal de mi madre, uno que tiene nueces, lo tiro inmediatamente al fregadero, no es que no me gusten las nueces, pero el problema es que soy alérgica a ellas.

Me voy sin probar nada más y camino con mi mochila cargándola con un solo hombro. En menos de 20 minutos llego a mi salón de clases.

Al finalizar las clases, Charles y yo nos vamos directo al parque.

—¿Cómo te está pareciendo tu nueva escuela? —le pregunto

—Mientras estés tú, todo ira genial. —dice, con una sonrisa de arrogancia.

Me son rojo ante su comentario. Al llegar al parque ponemos las cosas que traía Charles para un Picnic. Me acomodo en una parte de la manta que coloque en el césped.

Charles empieza a poner la comida enfrente de mí, para después acomodarse a mi lado.

—Y bien, ¿con que quieres empezar primero?

—Mmmm ¿Qué me recomiendas?

—Por supuesto que la pasta—dice, y suelta una carcajada.

No le veo lo gracioso, pero le dedico una gran sonrisa.

Comemos en silencio hasta llegar al postre, el cual luce muy delicioso. Charles lo empieza a servir en nuestros respectivos platos. Mientras me sirve se da cuenta de mi collar que me regalo mi padre.

—¿De qué tipo de piedra es?

—Amm, no lo sé, mi padre me la regalo cuando era pequeña.

Con ese comentario, y una mirada algo pensativa vuelve a terminar de servirme el pastel

—¿De qué es? —le pregunto, señalando hacia mi plato que contiene una enorme rebanada de pastel, con el objetivo de que no se sienta mal al recordarme sobre el collar que me regalo  mi padre.

—Oh, eso es una sorpresa, amiga mía, pruébalo y tu dime de que es.

Parto un pedazo lo suficientemente grande para mi pequeña cuchara. Trato de saborearlo lo mejor posible y le digo mientras voy identificando los sabores de los ingredientes del pastel

—Tiene un toque a vainilla, tiene pedazos de fresas… también frambuesa y algo de mango, y también tiene algunas semillas, como…—Abro los ojos como plato al darme cuenta de lo que es—No me digas que esto tiene nueces.

—¡¡¡Si, adivinaste el ingrediente secreto!!!

Me levanto lo más rápido posible, corro hasta el contenedor de basura que está al otro lado de la calle, para poder vomitar ahí el bocado de pastel que tengo aun en la boca, pero cuando voy a cruzar la calle, soy embestida por algo, no sé lo que es.

Ruedo por algo de metal, creo que es el frente de un auto, no lo sé, lo siguiente que sucede es que estoy tirada en el suelo y me estoy ahogando con el pedazo de pastel que tenía en la boca. Al intentar sacarlo la vista se me nubla en la negrura más profunda que jamás eh visto antes. 

Mi Secreto DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora