6. the stranger wants to kill me

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Michael sabía que estaba ahí, todo estaba tal y como lo había dejado, porque antes de estar ahí, había dejado la casa preparada para su llegada, una habitación, nada, dos habitaciones, nada.

Cuarenta minutos restaban para el amanecer, a Michael se le estaba acabando el tiempo. Algo callendose le indicó al teñido donde se ubicaba Luke, se dirigió a esta, y con sumo cuidado entró a esta. Con pasos inseguros se adentraba a ella, pisadas se escucharon y como acto de reflejo se volteó, encontrándose con un rubio con intenciones de golpearle con un jarrón, pero fue lo suficientemente rápido para detenerlo.

— No, no, no, rubio malo.

Luke terminó estampado contra la pared, sintiendo un dolor en su brazo derecho, el cual estaba siendo doblado, ¿Este sería su fin?

— No hagas ningún movimiento si no quieres que sea una muerte dolorosa.

Luke no dijo nada ni se movió, se estaba resignando, y se preparaba mentalmente para lo que se venía, pero, ¿él realmente no iba a hacer nada al respecto? Vió como Ashton dió todo de sí por él, no obtuvo resultados pero lo intentó, no murió sin haber hecho algo por salvar su vida. Y él haría lo mismo.

El rubio trató de ver a si alrededor, tratando de encontrar algo para defenderse, pero no había nada, trataría de quitarle a ese asesino lo que traía, daría todo de sí, por sus amigos.

Treinta y cinco minutos. El tiempo corría y Michael aún no hacía nada. Este acercó el arma filosa a la mejilla del rubio, y lentamente iba haciendo un corte, con todo el dolor que estaba sintiendo, el rubio vió eso como una oportunidad.

En un movimiento rápido y algo torpe tomó de la muñeca al teñido, ambos forcejeaban por el objeto, ninguno se percató de la dirección que este estaba tomado, y fue enterrado en uno de los dos. Ambos abrieron los ojos, un líquido rojo corría por sus manos, ninguno se atrevía a mirar abajo.

Dos pares de ojos, unos azules y otros verdes, miraron abajo, el aire del rubio comenzó a faltar, estaba enterrado en él. Algo en Michael hizo click, y sin piedad lo sacó de su interior, con intenciones de clavarlo de nuevo pero ahora con mucha más fuerza, pero algo detuvo sus planes, el sonido de una sirena. Michael miró al oji-azul, el cual le sonreía, sentía que iba a morir pero sonreía.

— Yo mismo me encargué de llamar, ¿Qué tan idiota crees que soy? Tuve mucho tiempo de sobra para pedir ayuda.

Michael sabía que esto podía pasar, él estaba preparado para esto, porque ningún crimen es perfecto, así que no se preocupó por terminar su trabajo, salió por la ventana, y Luke no supo a donde se dirigía, pero rogaba porque lo capturaran.

Escuchaba pasos en la planta baja, como los policías encontraban los cuerpos de sus amigos y revisaban el resto de las habitaciones tratando de hayar más personas. Los pasos iban acercándose, Luke luchaba por mantenerse despierto, pero finalmente las oscuridad lo alcanzó.

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