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¿Lo digo? ¿Y si prohíben que vuelva a verlo? ¿Y si lo matan? ¿Quién son ellas para prohibirme algo?

—El...El es un... Un... Elemento, Oscuro.—Dije finalmente.

—¿Karis estás loca? —Pregunto Sabrina.

—Algo... —Respondí sarcástica.

—Sabes que puede ser solo una mentira para luego matarnos a todas y a todos o algo más macabro aún. —Agregó Eider dramática.

—Yo, yo todavía no sé si confío en el... Pero empiezo a confiar y además me salvó matando a uno de sus compañeros.

—Solo...Ten mucho cuidado.

—Lo tendré. El, no puede unirse porque podrían matarlo a él...

—Entiendo... Pero deberías presentármelo para confiar en el... —Dijo fría Eider.

—Seguro...

—¿Y... Es lindo? —Preguntó Sabrina divertida y despreocupada.

Tarde en contestar... Yo, no lo sé... ¿Qué si está escuchando? Estamos en medio de una guerra y me preocupa un chico... Soy una persona terrible.

—Em... No, no se. —Les dije.

Las chicas se burlaban de mí cara y hacían caras de enamoradas y chicas desmayándose.

—Chicas, volveré en un rato—Dije alejándome.

Solo quería alejarme de ahí... A sentarme en soledad a pensar, a extrañar, a soñar.

Me senté colocando mi espalda contra un árbol alto y de tronco ancho. Tome mi collar y visualice los momentos con mis padres y mi pequeño hermanito.

—Los llevo siempre conmigo, no muy cerca pero siempre conmigo van a estar. —Susurre a mis padres como si me escucharan.

Lagrimas recorrieron mis mejillas. Mi cabeza entre mi rodillas descansaba. Sentí algo caerse sobre mi. Mi corazón se aceleraba. ¿Que es esto? Me giré asustada para encontrarme con un chico caído a mi lado. Sus ojos marrones y rojos me miraban pidiéndome ayuda. Lo levante rápidamente y vi venir un elemento Neblina. La niebla negra se acercaba hacia nosotros velozmente. Sople un viento haciendo que la niebla retrocediera y que el elemento oscuro caiga en su propia trampa.

—Sujétate. —Pase su brazo por mi espalda y lo lleve hasta mi cueva. Tanta fue la suerte que tuve que las chicas no se encontraban ahí.

El chico tirado en el suelo comenzaba a cerrar su ojos lentamente, pero su pulso estaba bien. Corrí hacia el lago mojando un pequeño trapo que encontré en mi mochila. Tenía varios cortes en su cara. Limpie el profundo corte que tenía en su frente con el trapo húmedo. Sonreí. ¿Sonreí? ¿Porque sonreí?

*Sonreíste porque amas ayudar a la gente y ver que haz logrado salvar a alguien te hace feliz...

¿Yo pensé eso? ¿Ni siquiera lo pensé? Fue como si ya supiera la respuesta o alguien hubiera susurrado en mi oído.

—Gracias. —Musitó el chico que reposaba en el piso y sus ojos volvían a su color normal, marrón.

—¿Quieres descansar? ¿Comer algo? ¿Tomar agua? —Sonaba como mi madre cuando mis amigas venían a casa. Viejos tiempos...

—Si podría tomar algo estaría bien, De verdad Gracias. —Dijo el chico incorporándose.

—No es nada, todo está bien... —Le respondí entregándole mi termo con agua.

—Kenneth.

—¿Que?

—Kenneth. Me llamo Kenneth. —Aclaró el chico.

—Encantada... Karis. —Extendí mi mano para estrecharla con la suya.

—Karis, de verdad te agradezco... Dos personas antes que tu tuvieron la oportunidad de ayudarme y cuando me vieron salieron corriendo... Eres valiente y en serio me alegra haberte conocido.

—Claro, para eso estamos... Nos cuidamos unos a otros como un Grupo... —Le respondí con una sonrisa cálida.

Me di vuelta para encontrarme con Maike, Eider y Sabrina aproximándose.

—¿Eres tú Thaddeus? —Pregunto Maike directa.

—No, no es el. —Respondí por Kenneth. —Se llama Kenneth.

—Un gusto, Sabrina. —Dijo extendiendo su mano hacia a el. Acto seguido Maike y Eider la imitaron.

—¿Y pues como se conocieron? —Pregunto Sabrina. Creo que ella sabía cómo o lo presentía...

—Pues, me ha salvado... —Hablo Kenneth.

Mi mirada se dirigió a Sabrina quien su expresión estaba clavada en mi...

—Yo...

—No te disculpes Karis, sabía que lo volverías a intentarlo... Ya te lo he dicho... Sos demasiado buena para poder abandonar a alguien...

Reí por lo bajo.

—¿Qué elemento eres? —Pregunto Maike.

Kenneth hizo que sus ojos volvieran a tornarse rojo demostrándole que era fuego.

—¡Genial! Puedes armar una pequeña fogata así yo podré cocinar unos pesacados. —Respondió Maike.

—¿Entonces almorzaremos Pescado?

—Definitivamente. —Dijo Maike levantándose para ir a pescar.

—Voy contigo.

Una vez en el lago observe como Maike con sus estupendos poderes juntaba pescados y los iba soltando cerca mío. Sinceramente amaba el poder agua. Podían levitar arriba del agua, podían nadar sin tener que salir a tomar aire, nadaban a una velocidad increíble y podían crear olas, remolinonos o tranquilizar el agua. Era Increíble.

—Es increíble todo lo que puedes hacer. —Dije asombrada. —Ojalá yo pudiera hacer esas cosas.

—Tus poderes son increíbles también Karis, todos somos especiales con nuestros poderes... Tú puedes volar por donde quieras a diferencia mía que puedo nadar...

—Lo sé... ¿Cómo crees que la Reina Elmental se siente teniendo los 4 elementos? Yo creo que sería sensacional.

—Yo igual. —Respondió Maike a mi pregunta.

Llegamos a donde nuestro pequeño campamento se encontraba y Kenneth encendió una fogata con sus poderes haciendo que mi cara se iluminará de color amarilla y mis ojos adopten el reflejo de un color rojo cobrizo.

Maike hizo los pescados y al rato ya estábamos todos satisfechos con el increíble almuerzo y entregamos el resto a los demás que se acercaba a pedir un poco de comida, dejándonos con un único pescado.
Tome el pescado y busque a Thaddeus cerca de donde Sebastián descansaba.

—Thaddues... ¿Dónde estás que no te veo? —Pero nadie respondió.

—¿Thaddues estas aquí?

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Capítulo editado.

Elementary War (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora