(Narras Tú)
Algo impactada, viste como el extraño personaje se inclinaba levemente, con la espalda totalmente rígida, haciendo una pequeña y elegante reverencia a modo de saludo. Mitad de su rostro permanecía en la penumbra, pero la otra mitad, iluminado por una antorcha a pocos metros de vosotros hacía que sus ojos (bueno, el único que la luz te permitía ver) cobrasen un tono cobrizo claro, de chocolate derritiéndose, lo cual te llamó mucho la atención. Intentaste recobrar la compostura y devolviste la reverencia situando una pierna cruzada por detrás de la derecha y doblando un poco las rodillas y el cuello. Mirando al extraño de arriba abajo, como una reverencia así te permitía, pudiste admirar su gran estatura. Miraste en busca de ayuda al señor Miller, que permanecía allí, contemplando la incómoda escena de silencio que se había producido.
-Nuestro querido señor Malik es hijo de un poderoso y reciente vecino que esperamos nos visite pronto. Hasta entonces, hemos acogido a su hijo entre nosotros...- por los gestos que hacía con sus manos, retorciéndolas frenéticamente, y su tono tembloroso y nervioso, supusiste que seguramente lo acogían porque se habían visto forzados.- Los señores Malik se han asentado por motivos de numerosos negocios de gran relevancia en el sur.
Le miraste a los ojos de nuevo. Sobre su rostro forastero se dibujó una media sonrisa lentamente. Parecía que iba a decir algo, pero Geraldine apareció de pronto desde la puerta acristalada de la entrada al jardín.
-¡(TN)! ¿Un momento? ¡Me has tenido un siglo esperándote...! Oh, vaya, estás con... ¿Quién es?- dijo cuando se dio cuenta de que estabas con el señor Miller y el nuevo, esta última pregunta te la hizo a ti susurrándote, agarrándote del brazo izquierdo.
-Pues... Es un nuevo vecino, el señor Malik...
Geraldine se soltó e hizo una reverencia, a lo que el señor Malik contestó de igual forma que a la tuya. Cuando tu amiga levantaba la vista, viste el mismo gesto en su cara que el que tú supusiste que habías puesto cuando te diste cuenta de que...era más moreno. Retrocedió un poco y volvió a cogerte del brazo, con un poco más de fuerza.
-Me ha parecido que nuestros padres nos buscaban. Ha sido una fiesta magnífica, señor Miller, esplédida... Muy buenas noches, espero verle pronto... Y a usted, señor Dalik...
-Malik- contestó rápidamente el anfitrión.
El señor Malik sonrió un poco más y asintió. Tu amiga se precipitó casi con urgencia hacia la puerta, mientras la observabas paralizada. Tú te quedaste sola un momento, desconcertada, sin saber qué hacer. Te diste la vuelta y te pusiste de frente al señor Miller, y torpemente, tu voz comenzó a temblar mientras atropelladas palabras salían de tu boca:
-Emmm, bueno... Supongo que... Sí, debo irme, me buscan... -reías nerviosamente, mientras diste un par de pasos hacia atrás, señalando la puerta con la cabeza un poco, inclinándola.- Muchas gracias... Por invitarme... Y celebro haberle conocido, señor Malik... Bueno, no, o sea, no hemos hablado ni nada... Espero verle más adelante, o que tenga una buena estancia, o... Bueno, mejor me voy, tengan una buena velada, señores.
Muy nerviosa diste una reverencia rápida, pero la urgencia de seguir a Geraldine, que te apremiaba con gestos desde la puerta, hizo que al incorporarte con la pierna un poco cruzada por detrás de la otra para el cordial saludo no estuviera en su sitio a tiempo, y casi caíste al suelo, pero lograste recuperar el equilibrio a tiempo y prácticamente trotaste un poco hacia la salida. Geraldine y tú os cogisteis de la mano para no perderos entre tanta gente, aún era temprano para marcharse, pero supusiste que tu padre (intolerante de estos actos) ya se habría cansado. Montaste en tu carruaje con tu familia mientras veías cómo la familia de tu amiga entraba en el suyo, convenciendo a duras penas al borracho Brandon para que entrara también sin montar escándalo, y en seguida comenzó el traqueteo del viaje de vuelta. Ya que tú siempre te sentabas a contramarcha (pues tu estómago se mareaba con menos facilidad que el de los mayores) podías observar el hermoso castillo iluminado con el fuego de las antorchas ir desapareciendo en la noche profunda y negra pero con millones de estrellas, aunque antes de haberlo perdido totalmente de vista distinguiste el perfil del forastero recortado sobre el fuego ardiente, con su característico modo de peinárselo como en cresta.
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Imagina...(de Ana Norwegain)
Teen FictionQuiero escribir una especie de novela larga, pero quiero calentar un poco antes con algunos "Imaginas"... Así que me serían de mucha ayuda ideas, comentarios y críticas. ¡¡Muchas gracias por leer!! Espero que os gusten de veras. Ah, por cierto, sed...