Capítulo 1

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Narra Alex

El verano había traído buena noticias a nosotros. Después de un periodo de tiempo en el que Damián había estado lleno de tareas por su trabajo y al mismo tiempo yo había estado atareada por el último año de liceo por fin llegó un momento de alegría para nosotros... ¡Vacaciones! 

Claro, yo nunca volvería a ir a clases o no de la manera que antes lo había hecho. Había logrado salir del liceo con altas calificaciones a pesar de que no me encontrara entre los tres mejores de la generación. Dean se encontraba del mismo buen humor y muy optimista por esto. Ambos habíamos pasado dos años esforzándonos en nuestros estudios pese a la situación que vivíamos.

¡Oficialmente ahora eramos libres! 

Nosotros habíamos dejado todo lo que conocíamos atrás. No solo habíamos abandonado el paquete de nosotros a pesar de que yo no me había alcanzado a adaptar. Para evitar problemas decidimos marcharnos a un país vecino aunque solo a unas pocas horas de nuestra anterior ubicación. Lo habíamos dejado todo atrás.

Pero este año para mi parecía tener un brillo diferente. Sentía que era el mejor año que había tenido hasta el momento. Me sentía feliz porque ahora que soy mayor de edad y he salido de la escuela no habían problemas legales con que estuviera con Damián. Ya no había riesgo de que lo llevaran detenido por salir con una chica menor y tampoco había riesgo que terminara en un hogar de menores. Podía respirar libremente.

Quedaban solo unas horas para que la jornada laborar de Damián terminara y ambos nos encontráramos en casa por tres meses de corrido. En una semana mas su papá comenzaría con sus vacaciones aunque eran de solo un mes. Nosotros eramos afortunados.

Puedo considerar a Dean como uno de mis mejores amigos. Actualmente me encontraba con él tirada en la alfombra de mi casa frente al televisor mirando una película a la cual a penas le prestaba atención. Probablemente él había sido quien peor se había tomado todo lo que había sucedido. Dean había cambiado mucho desde la primera vez que me lo topé en esa gran cocina y terminé viendo una serie de terror en su habitación a pesar de que en el fondo yo podía ver al mismo chico. Él seguía siendo un amante de los libros de ciencia ficción solo que ya no era tan tímido como antes y había aprendido a hacer amigos aunque en su mayoría eran chicas pero no del tipo que lo buscaría solo por  ser lindo. Me agradaban mucho los amigos que él había conseguido. 

Pero él también se había negado a aceptar que sus planes de escapar y entrar al mundo humano sin problemas se acabaron. Desde que cambió por primera vez solo se había transformado dos veces en dos años y solo por breves minutos para probar un punto a los demás. Él parecía ignorar lo que era y querer aparentar ser humano. Pero yo nunca quise tocar ese tema con él porque me parecía un poco delicado. 

Si él quería hablar sobre lo que pasa por su mente lo hubiera hecho. No tenía la intención de obligarlo a nada.

Cuando miraba hacia atrás lo único malo que veía en los años de escolaridad eran las etiquetas que se formaban alrededor de los muchachos. Yo había logrado conocer a personas con distintas etiquetas y logrado diferenciar que no habían muchas diferencias entre ellos. Al fin y al cabo todo eramos adolescentes y jóvenes. Había logrado hacer muchos amigos pero sentía que en mi vida solo tres personas podían durar hasta el final: Amanda, Dean y Damián.

-- Alex-- La voz de Dean interrumpió mis pensamientos. Había estado mirando fijamente una pared vacía sin mover los ojos -- Creo que tenemos que hablar sobre algo.

Dean estaba serio lo que no era demasiado extraño en él. No era demasiado alegre en algunos momentos y todos nos habíamos logrado adaptar a su humor cambiante. Pero ahora no tenía la expresión aburrida a la cual estaba acostumbrada, parecía... triste. Y eso me preocupaba.

Alpha DamiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora