Capítulo 3

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Capítulo tres


Alex


Era Dean.


Cuando apreté el botón para contestar no tuve oportunidad de comenzar a hablar. Él dijo dos palabras que me dejaron completamente en shock sin saber que decir. Y bueno, no había necesidad de decir nada porque él me cortó inmediatamente.


Las palabras eran:


-- Encontré a mi compañera.


Le pedí a Amanda que me dejara en mi casa con Damián después de matricularme. Necesitábamos hablar con urgencia. Había demorado poco en entregar mis documentos y estar oficialmente inscrita a la educación superior.

Me sentí segura que en unos años sería una gran futura psicóloga. Sentí la necesidad de ayudar a las demás personas, pero en esos momentos sabía que la única que estaba teniendo problemas con la relación con las demás personas era Damián y yo.

Cuando ella detuvo en automóvil en el camino que pasa junto a mi casa después de agradecerle por dejar que me quedara con ella, en su casa, y por llevarme a la universidad y de vuelta, le di un beso en la mejilla al despedirme y bajé cerrando la puerta suavemente. Antes de entrar a nuestra casa vi como ella se alejaba de mi y desaparecía en una curva.

Me acerqué a la puerta usando la llave que manteníamos bajo la maceta con unas flores de diferentes colores abrí la puerta principal. No sabía si en esos momentos Damián se encontraba en acá, pero estaba segura que si lo estaba no demoraría mas de un minuto en presentarse.

Como un hombre lobo me había acostumbrado a que él siempre supiera cuando me encontraba cerca. Tal vez hace un tiempo hubiera sido un poco incómodo saber que él podía "olerme" y saber donde había estado por esto. Pero debía admitir que a veces era útil ya que no debía describir mi ubicación cuando necesitaba que me encontrara.

Y como ya había adivinado solo unos segundos después de estar dentro escuché pasos pesados corriendo por la escalera. Me sentí un poco insegura sobre como enfrentar esto: Nunca habíamos tenido tantos problemas. Me encontraba de espaldas a la escalera negándome rotundamente a girar y verlo.

Casi inmediatamente después de que los pasos terminaron de recorrer la escaleras unos brazos se envolvieron alrededor de mi cuerpo acercándome a un ancho y duro pecho. Inmediatamente las chispas delataron quien era la persona que me abrazaba. Él apoyó su barbilla sobre mi cabeza y yo envolví mis manos alrededor de sus brazos a mi alrededor.

Por un momento había pensado que al verme acá lo primero que pasaría seguir discutiendo, tal vez incluso con gritos, pero estar entre sus brazos solo me dejaba saber lo mucho que había extrañado que él se encontrara a mi lado.

-- Lo hiciste de todas maneras, ¿Verdad? -- Murmuró él contra mi cabello sin separarse de mi -- No tienes una jodida idea de todo lo que te extrañé.

-- Yo... lo siento -- Me limité a responder mientras disfrutaba la sensación de estar en brazos de él. Sentía calma al encontrarme tan cerca de él -- Pero en serio no dejaré esta oportunidad pasar. Estoy segura que encontraremos alguna solución para esto.

-- Eso espero -- Su actitud cambió notablemente en ese momento, su parte cariñosa rápidamente se fue y me pude dar cuenta que se encontraba molesto en ese momento -- ¿Arreglar las cosas escapando de casa? ¿Evitándome a toda costa? ¡Casi no dormí en cada noche que no te encontraste conmigo!

Alpha DamiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora