Al borde de la curiosidad.

CAPITULO V

HOLMES JOURNAL.

NINGUNO DE LOS HOMICIDIOS HA SIDO IDENTIFICADO.
~forenses hacen hasta lo imposible~

El equipo de forenses de la central de policía del condado de Holmes, declara que no ha encontrado nada sobre los asesinatos de estas tres personas que fueron víctimas del mismo agresor por la concordancia de sus heridas.
Ellos hacen lo mejor que pueden para encontrar las pistas.

" tratamos de tener paciencia para tratar de encontrar lo que necesitamos. Es un proceso que lleva tiempo pero esperamos que sea rápido porqué el pueblo está en alerta y no podemos dejar suelto a nuestro asesino" dijo el Sheriff Michel Cristof.

Esto era algo que se le estaba saliendo de las manos a mi papá y lo tenía cabeceando día tras día y me daba pena verlo de ese modo, se sentía tan exasperado por no encontrar lo que buscaba.

- esto se sale de las manos de cualquiera ¿no?- me dijo Gaby
Yo solo pude asentir.

No tenía que hablar mucho con Gaby para darme cuanta que él y yo pensábamos igual, podía yo ser más joven que él, pero ambos compartíamos la misma mente.

Mire a Gaby, ese hombre de 28 años con cabello castaño, ojos almendrados y un cuerpo de ejercicio, que era el dueño de la cafetería y quien limpiaba la barra y se encargaba de que sus empleados cumplieran con sus tareas. Ese era él, un trabajador y un buen consejero que me a ayudado en malas ocaciones y que tengo que admitir que cuando yo tenía mis diez años, era el único chico que me atraía a pesar de que él en aquel entonces tenía 21 años y solo trabajaba como mesero por qué su padre se encargaba de la barra.
Pero ahora parecía que había un chico más en mi mente, uno más joven que se apareció en mi habitación cuando solo me cubría una bata de baño. Ese joven que oculta un secreto que quiero averiguar, pero él no me interesaba de la forma de gustar, sino que me interesaba por sus enigmas y sus ojos azules que parecían ocultar cualquier ápice de emociones.

Mire mi reloj, faltaban cinco para el primer timbre.

- ¡adiós Gaby nos vemos mañana!-

- ¡adiós Madelain!- se despidió con una sonrisa.

Era muy extraño todo lo que había pasado en mi casa antes de que llegara mi papá.
No sabía cómo justificar todo lo que pasó en esos 15 minutos con Malakai, creo que en cierto modo me sentía sucia y apenada.
La verdad es que no sé como será de ahora en adelante el comportamiento entre nosotros después de lo que pasó, pero una cosa tenía clara y era que ya no podía verlo a los ojos y sentir esa seguridad conmigo misma por qué estaba segura que recordaría aquella escena cuando sus ojos miraban los míos a muy pocos centímetros de distancia, seguro ya no podía volverlo a ver a los ojos que una vez casi me ven desnuda y no creo que sea capaz de decirle alguna palabra, pero el enigma que él tanto guardaba me desconcertaba, no podía dejar de pensar en él y lo misterioso de sus asuntos.

Llegue hace un par de segundos y yo ya estaba caminado directo a mi salón de clase, guardando la esperanza de que Jen pudiera venir a mi encuentro sin la necesidad de esperar  afuera.

No sabía cómo sentirme, creo que estaba en uno de esos dilemas donde tenias que ignorar una cosas o seguir adelante con otras  y en eso estaba con Malakai, me estába debatiendo si ignorar el enigma que lo acechaba por la espalda, o si volver a mirarlo a los ojos con recelo y retomarme a mi búsqueda por saber quién era él.

Suspire y deje a un lado todo haciendo que los engranajes de mi cabeza se detuvieran por unos segundos. Deje mi mente en blanco.

- ¡Hey Mady! ¿Que haces aquí?