CAPITULO X

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SIEMPRE ESTAR PREPARADA

Llegue a casa algo apurada por qué no quería que papá viera la cortada que me hizo ese chupa sangre en la mejilla.

- ¡Hola papá ya llegue, me iré a dormir llegue muy cansada!

- ¡Está bien cariño que duermas!- exclamó desde su habitación y yo me apure a ir a mi habitación, ir al baño y sacar el botiquín de primeros auxilios.
Tome alcohol, algodón, cremas y una curita  para ponérmela en la mañana.

Vertí el alcohol en el algodón y palpe la herida- la cual no era grande- para sacar el exceso de sangre y desinfectarla, tuve que apretar una toalla para no soltar un gemido de dolor, pero entre más rápido lo hacía más rápido dejaría de doler.

Cuando termine dejando mi mejilla ardiendo, tome una pomada especial con yerba buena menta y algo de mariguana, lo cual de momento calmo el ardor y me entró un alivio existencial. Suspire. Me lave las manos, me puse mi pijama, destendí mi cama y me dispuse a dormir pensando en Kai; tratando de averiguar el echo del por qué siempre está ahí, en el preciso momento.

••••••

Era el día jueves y estaba ansiosa por el día de mañana. No solo por qué iba a salir con Kai, sino por el echo de que tenía muchas cosas que saber; y donde podía encontrar todo eso era en aquel libro que vi en la biblioteca el martes.

Ya había presentado los exámenes- los cuales gane-, toda esta semana, trate de esforzarme más y hacer lo posible para sacar buenas notas. No quería estar distrayéndome con todo lo que estaba pasando y ahora con todo esto me estaba involucrado demasiado. Me estaba metiendo en algo que no era de mi mundo, algo que no es para mí, pero a la vez me sentía alivia por saber todas estas cosas, ahora sabía que no debía de temer a la sombras por qué reconocía  lo que se ocultan en ellas, sabía los secretos que los humanos ya no tienen la posibilidad de conocer, ahora lo sabia, ahora ya lo conocía y estaba dispuesta a enfrentarme con aquellas bestias.

Por otro lado, muchos me han preguntado qué es lo que había pasado en mi mejilla, a lo que yo contestaba con: "es que estaba corriendo por el bosque haciendo ejercicio, no vi una rama, esta me golpeó en la mejilla, pero nada del otro mundo."
Jen al principio no me creía, pero ella sabía perfectamente que el único ejerció que hago es correr o trotar, así que eso me salvó de muchas cosas.

Kai por otro lado de la historia, solo me habla en algunos cambios de clase nos echamos miradas, o de vez en cuando algún mensaje de Texto en las tardes cuando ya estamos en casa.

No nos contamos cosas en especial, solo de vez en cuando le preguntaba cosas sobre su familia o que le gustaba hacer aparte de ser una criatura sobrenatural.

Solo eran cosas bobas y algunos saludos de buenas noches o de buenos días. No era nada del otro mundo aunque significará mucho para mí.

Pero una noche, me puse a pesar en todo lo que ha estado pasando, me puse a pensar en el primer día que lo conocí, en las cosas que me decía, en las cosas que yo le decía y que cada que pensaba en él, siempre notaba esa extraña sensación en mi pecho que me recorría de pies a cabeza y esa aceleración de mi corazón cada que lo veía a los ojos, o cuando me sonrojaba por verlo desnudo después de convertirse en un lobo. Cuando me hace poner nerviosa y su sonrisa ladina que nunca abandona su rostro. Creo que todo eso tiene una explicación y es que él me gusta. Ya, lo dije, Malakai me gusta, a pesar de que sea un...hombre lobo.

Estaba almorzando con Jen, solo que hoy en las gradas con mis otras amigas.

- estos días me he tomado la molestia de investigar sobre Robbie Stilles y Laila,  definitivamente están teniendo problemas, creo que van a tener una ruptura.- dijo Arizona 

Al borde de la curiosidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora