Jade despertó con un gran dolor de cabeza, totalmente desorientada. Miro asustada el lugar donde estaba, ya que no se acordaba de cómo había llegado allí. Suspiro tranquila cuando se dio cuenta de que era su departamento, pero ¿Cómo había llegado ahí?
Se reincorporó en la cama y se miro, sana y salva en su cama. Toco su chaqueta y ahí encontró sus llaves, su celular, todo. Todo estaba intacto. Se levanto despacio tomándose la cabeza con una mano. ¿Cuánto había tomado anoche?
Se tomo una pastilla para el dolor de cabeza y volvió a largar un suspiro. Un chico de ojos pardos llego a su mente.
‘’Escúchame. Me llamo James.- Dijo mirándome a los ojos.- Necesito saber cómo te llamas y donde vives. No pienso dejarte acá. ’’
James. Un chico llamado James me había dejado en mi casa. Si, lo recuerdo, James. Agradecí en mi mente.
Tome mi celular y vi todas las llamadas perdidas. 32 de Christian. 4 Mensajes nuevos de voz de mi hermano. Y 7 llamadas de mi mejor amiga, Paula. La llame, necesitaba hablar con ella ahora.
- ¡Hola!
- ¡Jade! ¡Dios! ¿Dónde estás? ¿Estás bien? Christian ha llamado desesperado ¿Qué ha pasado?
- Necesito que vengas ahora a mi casa.- Dije sin más.
Paula llego a los minutos después, no vivía tan lejos. Abrí la puerta, ella me vio y hizo una mueca, me conocía perfectamente. Me abrazo fuertemente y me largue a llorar en su hombro.
******
- Maldito infeliz. – Murmuro ella cuando le conté todo lo sucedido. –Maldito hijo de su…. – Entrecerró los ojos, enojada. –Mama.- Finalizo, yo me limpiaba las lágrimas.
- Lo sé. Ay Pau, no sé cómo pudo hacerme esto. Yo… lo amaba. ¡Lo amo! Fui tan tonta.- Ella me abrazo.
- No eres tonta. El es un idiota. –Suspiro mientras me abrazaba. No podía dejar de llorar. - ¿Cuál fue su excusa?
- Que era hombre y lo necesitaba. – Dije con evidente dolor en cada palabra.
- No puedo creerlo. –Murmuro enojada.
- Dijo que llevábamos ya dos años y nada… Pero no estoy lista, no se Pau… soy tan tonta.
- ¡No eres tonta! Ser virgen no es ser tonta, estas esperando el momento adecuado.
- Pero para él si lo era. –Suspire.
- Es un idiota. – Me dijo para tranquilizarme. - ¿Cómo has llegado a casa? – Pregunto preocupada.
- Esa es la parte extraña. –Conteste limpiando mis lágrimas. No quería seguir llorando. – Me emborrache. – Dije, Pau me miro con los ojos abiertos.
- Odias eso. –Me dijo, yo hice una mueca.
- Quería olvidarlo. Pero… me emborrache, sin importarme nada pedía y pedía tragos. Hasta que llego un chico… - Paula me miraba atenta. – James.
- ¿James? ¿James cuanto? –Pregunto curiosa. Hice una mueca.
- No lo sé. No lo sé. – Repetí. – No me acuerdo. –Paula soltó una risa que me hizo reír también. – Solo me acuerdo que se llama James.
- ¿Era guapo? – Pregunto. Volví a reír. Pau siempre me sacaba una sonrisa, hasta en los peores momentos.
- Lo era… -Susurre recordando al lindo chico de ojos pardos.
Mi teléfono sonó. Mensaje de voz.
‘’Linda. Necesito hablar contigo, por favor. Perdóname Jade.’’ Apreté mis labios para no llorar. Maldito Christian.
Dos días después…
Narra James Daltrey
Ya dos días pasaron después de lo ocurrido. Recordaba una chica preciosa llorando, destrozada por un imbécil que de seguro no la merecía. ( Jade ) Ese nombre resonaba en mis oídos desde hace dos días. Gabriel y Tyler fumaban mientras escuchábamos música, yo estaba hundido en mis pensamientos. ¿Cómo estaría ahora?
- Vamos James ¿salgamos esta noche?
- No tengo ánimos, hemos salido las dos noches seguidas.
- Tienes veinte años, recién cumplidos. Diviértete viejo. –Me molesto Tyler, yo reí.
- Vale, vale. Salgamos de nuevo ¿Dónde iremos?
- Sadler's Club. Dicen que es un buen lugar para bailar un rato.- Hizo una pequeña danza que me hizo soltar una risa.
- Ojala no te encuentres a otra chica borracha. Ya que a ella no te la has quitado de la cabeza ¿o me equivoco? –Pregunto Gabriel con una sonrisa en el rostro. Le aventé una almohada.
- Calla.
- Yo no la vi, era bonita? – Pregunto Tyler.
- Lo era. –Contesto Gabriel.
- ¿Podemos dejar de hablar del tema? – Pregunte, ellos rieron.
Narra Jade Powell.
Pau y yo saldríamos esta noche. Yo estaba sin ánimos algunos. Christian seguía llamando y mensajeando, pero no tenía el valor de venir a mi casa y hablarme a la cara. Ni yo quería verlo, ni hablarle, no quería saber nada él, por ahora. Lo amaba, lo amaba aun.
Pero tenía que disfrutar y despejarme por ahora, y dejar de pensar en él unas horas. Estaba con él desde los dieciséis, ahora tengo diecisiete y habían sido los dos años más lindos de todos. Después de venirme a vivir con mi hermano a Los Ángeles, lo segundo mejor. Ya que mis padres trabajan y trabajan en Londres, con mi hermano Matt decidimos venirnos a vivir solos a L.A, lo segundo mejor sin duda.
Pero esta noche sería divertida, sin lloriqueos ni helado, ni películas para llorar. Sin pensar en Christian. Esta noche me divertiría, yo y mi mejor amiga. Esta noche iríamos a Sadler's Club.
