Mandy se despertó y al principio no sabía donde estaba. Sentía frío, y algo burbujeaba a su alrededor. Tenía la esperanza de que fuera de día, y todo lo que había pasado no fuera más que una horrible pesadilla. Por desgracia aún era de noche, y sabía que todo aquello era de verdad. Aún no había acabado todo.
Miró a su alrededor y vio agua. No estaba en la piscina, sino en el jacuzzi. Tenía los pies y las manos atados, y recordó la muerte de Tania dentro de la bañera, cómo la había presenciado y lo mucho que le había impactado. Trató de ponerse de pie, pero no podía moverse como para eso. La habían drogado para que no pudiera escapar.
De repente recordó que había salido a buscar a Patrick al jardín, pero no era él. Cuando se acercó lo suficiente, vio que la persona que estaba allí fuera paseando con una linterna encendida era otra persona. Y oyó la voy de esa persona a sus espaldas en ese preciso instante.
-Veo que ya has despertado, Mandy. Ya era hora. - la voz se fue aproximando y Mandy vio a la persona que había visto antes: Richard. No podía creerlo. ¿Qué coño hacía Richard allí? Se suponía que estaba de viaje mientras les prestaba la casa ese fin de semana para su fiesta.
-Richard, ¿qué está pasando? ¿Qué estás haciendo aquí? Nunca me había alegrado tanto de verte. Tienes que sacarme de aquí.....- balbuceó con voz lánguida.
Él se sentó en una tumbona de plástico que había frente al jacuzzi. Tenía un cuerpo grande y atlético, aún para sus veinte años. Se inclinó hacia delante y la miró con fingida compasión.
-Pobrecita e ingenua Mandy. ¿Aún no te has dado cuenta? Yo soy el que te ha metido ahí dentro, pedazo de estúpida. -
Mandy se puso a temblar aún más dentro del jacuzzi, aunque no quería que él no notara. No entendía nada. ¿Richard era el asesino? Pero si era su amigo, dios mío. Tenía que intentar ganar tiempo. Tal vez llegara alguno de los demás y pudiera rescatarla. Si es que los demás estaban con vida, pensó afligida.
-No sé que es lo que te pasa, Richard, pero tienes que escucharme. Aún estás a tiempo. Si me sacas de aquí, no le diré nada a la policía. No le diré nada a nadie. Cuando la policía llegue a investigar las muertes de los demás, le diré que no vi la cara del asesino. Borra tus huellas y escapa, pero sácame de aquí, por favor, te lo prometo. Tienes mi palabra.
Richard se echó a reir estrepitosamente
-Mandy, me subestimas. ¿De verdad piensas que voy a tragarme eso? Eres una persona mentirosa y siempre lo has sido. Nunca has tenido reparos en mentir y dejar mal a las personas para escapar de los tinglados. ¿En serio pretendes que te crea?
-No ,Richard. Va en serio. ¡Es mi propia vida lo que me estoy jugando! ¡No sería capaz de mentir en algo así! Además tu sabes donde vivo. Si no cumpliera mi promesa, siempre podrías ir a por mi. -
Richard sonrió con cara burlona. Negó con la cabeza.
-Las cosas no funcionan así, querida. Este es mi juego. Y tú tenías que haber sido la primera en morir. Yo te quise durante muchos años. Tenías que ser mía. Incluso te lo dije. Pero cometiste el terrible error de calentarme para luego dejarme tirado por ese imbécil de Michael. Y te aseguro que a mi nadie me deja tirado. Pero por otra parte, está bien que hayas durado tanto. De este modo, has podido ver que no voy de farol. Has comprobado por ti misma de lo que soy capaz. Tus amigos eran prescindibles, unos cabeza de turco por así decirlo. Y ahora te tengo donde quería. Es curioso. Estás desnuda e indefensa dentro de un jacuzzi. Esta es una imagen en la que había soñado durante mucho tiempo, aunque en un contexto completamente distinto.....tú ya me entiendes-
Mandy trató de pensar lo más deprisa que pudo.
-Puedes acostarte conmigo si quieres. Aquí dentro, incluso. No protestaré. Por favor, pero después libérame.- Richard la miró con actitud condescendiente.
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EL JUEGO DEL ASESINO
РазноеUn grupo de adolescentes celebran una fiesta de cumpleaños sin sospechar que un regalo inesperado será la paranoia de la mente enferma de un asesino.