Cómo conocí a Pablo Roses. Parte I.

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Las últimas notas de aquellos acordes rasgaron el silencio, miles de gritos inundaron el estadio, coreando como una sola y poderosa voz el estribillo de la canción. Los focos giraban como locos, dejando una estela luminosa, del suelo del escenario y con cada golpe de voz surgían nuevos brillantes chispas precediendo a virulentos chorros de fuego.

Sobre aquel escenario un cabello parecía brillar con luz propia, el de Pablo Rose, el vocalista. Iñigo Slash comenzó a puntear un solo alucinante, con una maestría inigualable, las notas parecían surgir de sus mismos dedos mientras estos recorrían a toda velocidad el mástil de su morada guitarra eléctrica, haciendo que esta gimiese bajo su tacto.

Todo el mundo parecía vibrar con el despliegue sonoro y vocal de los Podemos 'n' Roses. Pero sin duda, el que más temblaba era un hombre alto, de rostro parecido y una arrebatadora sonrisa pro expert. Su nombre era Pedro, era fan incondicional del grupo y esta era su primera vez en un concierto y más aún, en uno de su gran ídolo, Pablo. La voz del cantante resonó en los altavoces: Take me now to the communist city, where the weed is green and the reds are pretty, Oh, won't you please take hooome.

A él si le gustaría que un pelo pantene como aquel le llevase, aunque ahora estuviese empapado de sudor pese a ese pañuelo que lucía la hoz y el martillo sobre la frente de Pablo, y, joder. Se mordió el labio observando entre bambalinas, aquel foco favorecía mucho a su figura, la ajustada camiseta de cuadros se pegaba a la encogida figura del vocalista, rozando unos músculos que Pedro imaginaba pétreos y firmes como un bloque comunista y marcados como su eyeliner. Desde luego el grupo se estaba dejando la piel en aquella canción 'I WANT TO GO, I WANT TO KNOW, OH, WON'T YOU PLEASE TAKE HOOOOME

Pedro también quería ir, también quería saber, y entonces pegó un saltito, sin darse cuenta acababa de clavarse la punta de los lapices del ikea que albergaba en su bolsillo. ¿Que por qué llevaba lapices del ikea en el bolsillo?, fácil y sencillo, primero porque son gratis, segundo porque ¡coño, son gratis!, tercero, era un periodista pobre que con un carnet made in la impresora de su casa que se había colado en el concierto. Como lo pillasen lo freían, y no precisamente en aceite de oliva.

Entonces ocurrió, de repente se hizo silencio, y allí estaba él, como flotando, caminando iluminado por un resplandor que tan sólo emanaba de la piel de las leyendas del rock. Como en un sueño, su ídolo se detuvo frente a el. Pedro tragó saliva. Pablo abrió los labios.

— ¿Te importa? — Señaló tras Pedro. — No me dejas pasar.—

¿Es esto un adiós?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora