Agridulce [Fanfic YAOI+18 ShuxYuma]

Las normas

En la mansión Sakamaki, al día siguiente de la feria fue un día normal y corriente, hasta la hora de la cena, todos se sentaron en la mesa a cenar como de costumbre todo era silencioso, hasta cierto punto. 

- Shu, que tal te fue con Yuma? - preguntó el castaño del sombrero. 

- He? si estuviste todo el rato con nosotros. 

- No todo. 

- Aún así ya sabes. 

- ¿Pero en la noria? - dijo rechistando, esa pregunta hizo sonrojar al rubio. 

- E-eso no es de tu interés. 

- Cuéntanos Shu ¿Que pasó? - preguntó el de gafas mirándolo de reojo. 

- Tsk... No tenéis por que saberlo. 

- Fuf... seguro que cosas guarras - prosiguió Laito. 

- Cosas guarras... - dijo Reiji subiéndose las gafas. 

- He? Mi hermano hace esas cosas? Yo tampoco decía eso Teddy - Dijo el renacuajo pelimorado hablando con su osito de peluche como de costumbre. 

- ¡Pero si Yuma es un asqueroso Mukami! - se quejó en voz fuerte Subaru, a la vez que le daba un golpe a la puerta. 

- Callate, tu no puedes quejarte - Le contestó el que quedaba por hablar. 

- Ayato, ¿A que te refieres? 

- Estuviste preguntando ayer por Kou. 

- ¡Eso es mentira! 

- ¡Callaros todos! - mandó Reiji - Subaru puede preguntar por quien quiera, pero Shu - al nombrarle lo miró fijamente clavando le la mirada- No puedes salir con un hombre, y aún menos con un Mukami, es una orden, ¿Entendido? 

- No puedes decir eso Reiji-kun - se quejó Laito - Los vemos en clase, a parte de que tampoco puedes separar a dos enamorado. 

- No somos ni pareja, cierra la boca pervertido -dijo levantándose para dirigirse a la puerta.

- ¡No te dirijas a mi así, encima que te apoyo! - dijo algo enfadado. 

- Shu, ¿Entendido? - dijo Reiji secamente. 

Shu no quiso ni mirar a su hermano menor de pura sangre, simplemente guardó silencio y se fue. 

- Yo creo que aún así... esa norma es cruel - dijo Subaru mirando rojo a un lado. 

- Son las normas, los Mukami son un clan enemigo, no podemos arriesgarnos. 

- Pero después de todo... siguen siendo vampiros y algunos... - prosiguió Ayato. 

- Pero son otro clan - insistió Reiji. 

- Algunos Mukamis son insoportables... y antes eran humanos, pero... aun así no se merece eso, no crees Teddy. 

- Tsk... Son las normas y ya esta. 

- Pues yo no las acepto - dijo Laito seriamente, era la primera vez que el estaba tan serio - las reglas están para romperlas - dijo levantándose y se fue a su cuarto. 

- Esto es un asco - dijo Ayato marchándose de la sala. 

- Si ellos se van yo también, Teddy y yo tenemos mucho de que hablar - se marchó dejando al peliblanco y al de gafas solos. 

- ¿Algo que decir? 

- Yo... ¡Es que Reiji, siempre tienes que poner normas absurdas que nos impidan hacer lo que queremos, esta casa se pudre poco a poco al paso de los siglos! - seguidamente se fue enfadado dejando a Reiji solo. 

- Tsk... yo solo os protejo idiotas. 

- Vaya, vaya, por aquí hace mucha calor... -dijo una voz misteriosa y conocida acercándose a Reiji. 

- Te dije que nos veríamos en privado en la esquina de siempre. 

- Me enteré que a Yuma le gusta Shu y quise saber como eran las cosas aquí. 

- Ya lo has visto. 

- Esta peor. 

- Si... y si te ven todo empeorará, Ruki. 

- ¿Seguro que quieres seguir ocultándolo? 

- Después de poner esta norma no me lo perdonarían. 

- Eso es por que no saben lo que es sufrir por esto... 

-¿Has mirado de que Karl no te vigilara? 

- Si, y por lo visto tampoco de ninguno de tus hermanos.

- Que sucio eres. 

- No tanto como tu, mi cuatro ojos.