Sonaba la alarma despertadora, eran las 6:00 a.m. y ese día Franz se levantaba con muy buen ánimo, ya que aquel día era su favorito. Era el último día de escuela.
Franz es un chico sencillo y descomplicado de 15 años que cursa el último año de secundaria, en la secundaria pública de Bacatá. Su ciudad natal. El es como cualquier otro chico, con gustos simples, como los videojuegos, el ánime y leer. Pero lo que lo hace realmente especial es su astucia y su valentía. Cualidades que aún no conoce.
El es un muchacho inteligente, no es de los que destacan en clase , pero tampoco es de aquellos que les va mal, y si no destaca es porque prefiere tomarse las cosas de la escuela con calma. El empieza clase a las 8:00 a.m., pero a él le gusta levantarse muy temprano porque le gusta tomarse tiempo para leer el diario y ver el noticiero matutino, le interesa mucho lo que sucede en el mundo, además le interesa porque su país está involucrado en un duro conflicto con otros países. Y es que la situación está tan difícil que dicen que pronto estallará una guerra sin precedentes.
Después de haber tomado un baño y haberse arreglado, se sentó a la mesa con sus padres a ver las noticias mientras desayunaban.
-"Una vez más el espacio aéreo del país ha sido violado por aviones que se creen son de la coalición enemiga". Anunció la presentadora del noticiero.
-¿¡Otra vez!?. Ya son dos veces en la semana. Exclamó el padre de Franz.
-Tranquilízate cariño. No hay nada de qué preocuparse. Tal vez son errores en la ruta de vuelo. Además no duran mucho tiempo en nuestro territorio. Respondió con serenidad la madre de Franz.
Franz no era muy optimista. El cree que muy pronto habrá guerra.
-Deberíamos prepararnos. Ya mucha gente está comprando comida para abastecerse y muy pronto no habrá nada. Dijo Franz preocupado.
-Deja esa actitud Franz. No hay nada de qué preocuparse. Deja de asustarnos a todos. Respondió su madre.
-Pero mamá seamos realistas la situación cada día es peor. Cada día hay mas ejercito en la ciudad y es así en todo el país. Dijo Franz enojado.
-¡No Franz. Deja la paranoia!. Gritó su mamá.
-Y tu deja tu ingenuidad. Por tu culpa moriremos. Respondió.
Tomo unas galletas y su maleta y se fue a la escuela.
Franz estaba muy enojado. El temía por la seguridad de su familia. Lo único que él podía hacer era aguardar y esperar lo mejor.
Mientras caminaba, le llamó la atención unos posters que se encontraban por toda la calle. Eran posters de desaparecido. Se acercó a mirar. Había desaparecido una chica de su clase. Era Johanna Kinkel, una chica estudiosa y bonita, la más popular de su escuela.
-Solo lleva un día de desaparecida. Leyó.
-Debe estar con alguno de sus novios y ya por esto hacen que alboroto. Que locura. Dijo y continuó su camino despreocupado.
El día transcurría normalmente, aunque no faltaban los comentarios sobre Johanna. Estaban las amigas preocupadas, el grupo de chismosas y bueno, a Franz solo le importaba que se acabara el día, ya quería irse.
Tan solo una hora lo separaba de las vacaciones y es que el ya estaba harto de la escuela. El solo quería terminar terminar las clases para poder dedicarle tiempo a las cosas que en verdad le interesaban, como los vídeo juegos, leer sus mangas o simplemente acostarse en el césped del patio de su casa a divagar o imaginar cosas, pues la imaginación, era algo que le brotaba por montones.
-Una hora, solo una hora. Pensaba Franz, mientras miraba por la ventana de su salón y se perdía en sus pensamientos.
De repente mientras observaba aquel hermoso día soleado que hacía a fuera del aula, vio que entre unos arbustos la luz del sol se reflejaba en algo.
-Alguien ha debido perder algo valioso. Tal vez sea solo la lata de una botella de soda o un simple centavo, o tal vez sea Johanna jejeje. Iré a investigar ya no quiero estar más acá dentro, además es una buena excusa para matar el tiempo. Pensó.
-¿Maestra puedo ir al baño?. Dijo a su maestra.
-Jumm. Esta bien. Respondió.
Franz salió y sintió como si hubiera escapado de una prisión.
-Por fin fuera. Dijo aliviado.
-Me he ahorrado una hora. Presumió como si hubiera sido la gran cosa.
-Bueno ahora iré al patio a ver si encuentro a Johanna. Dijo riéndose.
Se dirigió a la salida de la escuela que da al patio, cuando sintió un escalofrío y esa extraña sensación que te da cuando te sientes observado. De pronto algo sonó dentro del armario donde colocan los utensilios de aseo y casualmente la puerta se encontraba sospechosamente entre abierta.
-Creo que alguien me está jugando una mala broma. Dijo con inseguridad mientras se acercaba al armario.
No tenía miedo solo se sentía algo nervioso, pues creyó que su plan para salir de la escuela no había sido tan efectivo, y pues a pesar que era el último día de clases, el hecho de escapar de el salón era una falta grave al reglamento y no quería pasar sus vacaciones castigado.
Se acercaba cada vez más al armario con pasos sigilosos y ya estaba por abrir la puerta y descubrir quién estaba allí, pero cuando estaba a punto de tomar la perilla, un gran haz de luz entró por debajo de la puerta que dirigía al patio. Ya no eran solo nervios lo que sentía tenía miedo, pero era más fuerte la curiosidad que tenía por saber de donde provenía esa cegadora luz.
Pronto se olvidó del armario y se dirigió rápidamente al patio, y de un gran empujón abrió la puerta. Miró hacia todos lados para encontrar origen de aquella luz, y allí entre aquellos arbustos que lo habían motivado a salir se veía la fuente de aquella luz.
Caminó hacia aquel lugar. Tenía nervios y miedo, estaban pasando cosas raras. Ya estaba a un paso de de los arbustos y aun se veía la luz al fondo. Pasaron 3 aviones a toda velocidad seguidos de 2 helicópteros mientras caminaba, Franz los vio pero no les dio importancia, tomó impulso y se abrió camino entre los arbustos. No podía creer lo que veía. Había lo que parecía un túnel de luz que no se le veía fondo. Franz impactado quiso acercarse pero sintió como si el agujero lo absorbía, entonces dio un brinco y se puso a una distancia prudente.
Pasaron más aviones, y Franz estaba más nervioso que nunca.
El ejército pasaba en tanques y Franz solo pensaba en irse lo más rápido posible.
Franz dio media vuelta, pero en ese momento hubo una gran explosión en la ciudad, seguida de una luz incandescente. Al parecer la guerra ya había iniciado.
Cegado, Franz dio dos pasos hacia atrás y por poco cae en aquel túnel, pero rápidamente logró mantenerse fuera de él, fue entonces cuando una silueta se acercó velozmente hacia él. Era una persona, se podía notar, pero la incandescencia de la explosión no le dejó distinguir quién era.
Aquel sujeto le dio un golpe tan fuerte que lo envió dentro del túnel.
Franz se encontraba dentro del vórtice y sentía como si estuviera en una súper licuadora y como si encima tuviera uno 1000 elefantes. Era una sensación horrible.
De repente todo estuvo en calma y Franz se encontraba desorientado. Mientras su vista se despejaba, notó que ya no estaba en su escuela. Estaba solo en un lugar desolado, donde solo había ruinas y reinaba un silencio frío y tenebroso.
Franz parecía ser el único sujeto en aquel lugar.
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Franz. Cronicas Del Futuro
Science FictionFranz es un chico normal que vive en un mundo conflictivo. Un día estalla una gran guerra y por cosas del destino el viaja 100 años en el futuro para ayudar a la gente de la época y conocer la forma de sobrevivir al presente.