Franz se recuperó por completo y echó un vistazo a su alrededor.
-¿Vaya que ha pasado? ¿Dónde estoy?. ¿Donde están todos?, ¿Y la escuela donde está?. Se preguntaba Franz.
El ambiente del lugar era extremo. Hacía mucho calor y corría un viento fuerte cargado de mucha arena, y por esto había una niebla de arena que ni dejaba ver más allá de aproximadamente unos 10 metros.
-La guerra había comenzado. Yo lo vi. ¿Sera que solo yo sobreviví?¿aquella luz me salvo?¿y quien me empujó a ella? Todo es muy confuso. Pensó en voz alta.
-Rayos, no puedo ver nada con esta estúpida niebla. Tengo que encontrar a alguien. Debo hallar mi hogar. Mis padres.
Franz camino un poco y encontró una placa.
-”Secundaria de Bacatá”. Rayos aquí se supone que queda la escuela. La explosión la ha destruido. Todos están… Franz soltó una lágrima.
-¿Por qué demonios solo yo me salvé? Grito llorando al cielo del lugar.
Franz lloró un tiempo, pero sabia que tenia que buscar ayuda. Pensaba que si él se pudo salvar, tal vez alguien más también lo haya logrado.
-Ok Franz. Vamos a analizar la situación. Lo primero que debo hacer es llegar a mi casa, y conseguir provisiones en el camino. Espero que papá y mamá estén vivos. Después buscar a las autoridades, ellos deben tener un plan para esta situación. Pensó
-¿Bueno ahora hacia donde debo ir?. La escuela está a las afueras de la ciudad sobre la salida al norte de Bacatá, como a unos 30 minutos del centro de la ciudad en auto, eso debe ser más o menos dos horas a pie al centro y 4 horas a mi casa que queda del otro lado de la ciudad. Uff, vaya camino. Calculó Franz.
Franz aún tenía su mochila colgada y en ella las galletas que tomó al salir de casa en la mañana. Comió una y dejó otras cinco para después. Se quitó la chaqueta que tenia puesta y la guardó allí. Y así comenzó su camino.
Él sabía que el camino no sería fácil. Sabía que podrían haber saqueadores que podrían hacerle daño o gente desesperada capaz a de hacer lo que sea por comida. Franz solo pudo pensar en sus padres sanos y salvos para darse el valor de caminar.
-Ok llevo diez minutos caminando en medio de la autopista y no he visto ni un solo auto o algo que me sirva de transporte. Parece que hubieran desaparecido de la faz de la tierra esto esta raro. Solo ha pasado una hora desde la explosión ¿y ya no hay nada? ¿y porque no hay más explosiones?¿ Nos ganaron con una bomba?. ¿Que carajos está pasando aquí.?
Todo parecía más confuso, y ya no sabía y si iba a encontrar a alguien. Solo sabía que contaba con cinco galletas y el peor sentimiento de soledad y desesperanza que jamás haya sentido alguien.
Ya había pasado una hora y Franz caminaba como si estuviera en automático y con la mirada al suelo, solo alzaba la vista para rectificar que aún iba por la autopista, ya que la arena había tapado parte de la autopista y era fácil desviarse. De repente ya se veían por la autopista a lo lejos dos autos. Franz no pudo notar bien si había alguien pues la niebla no lo dejaba ver. Dio un salto y salió corriendo hasta estar enfrente de los dos autos. Eran dos Chevrolet modelo 2017, ultimo modelo, Franz sabía qué clase de modelo eran porque era el auto que su padre quería comprar. Pero para sorpresa de él, los autos estaban completamente oxidados. Abrió uno de ellos y se calló la puerta y noto que les habían quitado los componentes electrónicos.
-¿Cuánto tiempo llevan estos vehículos aquí?. ¿Cuanto estuve yo en aquel vórtice?.
Franz se desplomó. Ahora si no entendía nada. Entró en llanto nuevamente ya estaba arto de esa pesadilla. De pronto el viento cesó y con el ceso la niebla de arena, dejando ver la entrada de la ciudad. Se podía ver los edificios del centro, pero estaban en muy mal estado, incluso faltaban algunos.
Camino otros diez minutos y llegó hasta una pared que bloqueaba el paso en medio de la autopista. En la pared se encontraba un mural que decía:
-Peligro. Zona Radioactiva. No pase.
-¿Que?. Ahora si todo se fue al carajo. Usaron bombas atómicas. Ya no creo que haya alguien más. Dijo Franz.
Ya empezaba a oscurecerse, y Franz decidió pasar la noche en una caseta que había justo a un lado de la autopista. Parecía ser una caseta de un guardia. Franz entró, vio un escritorio roto, un archivador oxidado y lo que parecía ser el resto de una fogata. Franz sacó su chaqueta de su mochila y se arropo con ella y se echó al suelo. Mientras iba quedando dormido pensaba en que sería de su familia, de sus compañeros y de su ciudad. Muchas más cosas pasaron por su mente hasta que por fin Franz cerró los ojos.
Tres sonidos fuertes como de disparos sonaron en ese momento, venían del otro lado del muro. Definitivamente aún no ha llegado la hora de dormir.
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Franz. Cronicas Del Futuro
Science FictionFranz es un chico normal que vive en un mundo conflictivo. Un día estalla una gran guerra y por cosas del destino el viaja 100 años en el futuro para ayudar a la gente de la época y conocer la forma de sobrevivir al presente.