5. De Cara al Miedo

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Que alegría verte Franz. Ha pasado mucho tiempo. Le dijo Johanna.

¿Que? ¿Mucho tiempo? Dijo Franz.

Hey chicos estén atentos. Interrumpió Richard.

!Atención a todos! Se acerca una manada de demoledores. De alguna manera lograron seguir nuestro rastro. Todos a sus posiciones defensivas. Retumbó una voz por unas bocinas que se encontraban allí.

¿Que tengo que hacer? Preguntó Franz a Richard.

Tranquilo chico. Tu no estás en condiciones para pelear. Le respondió.

Johanna. Tu te encargarás de él,llevalo a la enfermería y quédense ahí. Y tengan cuidado. Le indicó Richard a Johanna.

Tu también cuidate. Dijo ella.

Bueno váyanse ya. Los apuró Richard.

Los dos salieron corriendo de allí hacia la enfermería, tal como Richard les había indicado.

¡Atentos todos. Ya están cerca! Sonaron las bocinas de nuevo.

Richard tomó un arma y espero en el patio.

El lugar se quedó en silencio. Se sentía un ambiente tenso.

De repente una roca enorme impacto el muro frontal del lugar. Las torretas empezaron a disparar una poderosa ráfaga de balas.

-¡Alto al fuego! Sonaron las bocinas.

-No hay nada allí afuera. Dijo un operario de una torreta.

-¡Demonios! Estén muy atentos. Dijo el tipo de las bocinas.

Franz y Johanna estaban en la enfermería y desde allí escucharon los disparos de las torretas.

-Tengo miedo. Dijo Franz

Johanna le tomó la mano y la sostuvo fuertemente

Aún se escucha el fuego de las torretas y de repente un gran estallido se escuchó en la habitación del lado.

-Atravesaron el muro. Dijo Johanna.

-Todos creen que fue un ataque frontal. Tenemos que avisarles. Las torretas están ubicadas hacia afuera y no están preparados para esto. Le dijo a Franz con cara de preocupación.

-¿Dime que hacemos? Preguntó Franz.

-Tenemos que salir de aquí y correr al patio. Pero la única forma de llegar es por el pasillo por donde llegamos aquí y deben haber demoledores ahí.

-Estamos perdidos. Exclamó Franz

-Ya se. Dos cuartos más allá, en dirección contraria al patio está la cocina. Allí hay una bocina que se usa para llamar a comer. La podemos usar pero aún así debemos salir al pasillo. Dijo Johanna

-Necesitamos hacer un plan. Pensó Franz.

Franz se acercó a la puerta y tomó la perilla.

-¿Que haces? Le reclamó Johanna.

-No te preocupes. Sólo quiero ver cuantas cosas de esas hay ahí afuera. Le respondió.

Franz entreabrió la puerta y se asomó con sigilo.

-Hay uno en frente de la puerta y otros cinco van más adelante hacia el patio. Por suerte no hay ninguno hacia la cocina.

-Hay uno en frente y cinco ya van camino hacia el patio. El camino está despejado. Le informó a Johanna.

-Tendremos que distraer a uno y correr hacia la cocina. Tengo una idea. Dijo Johanna.

Johanna tomó un biombo que había allí y lo colocó a un lado de la puerta.

-Mira. Nos responderemos detrás del biombo que coloque al lado de la puerta. Desde ahí abriré la puerta y con suerte el demoledor entrará a ver que pasa. Cuando esté dentro y nos esté dando la espalda salimos corriendo hacia la cocina sin hacer ruido. ¿Entendiste? Le dijo Johanna.

-En...entendido.Tartamudio Franz.

Estaba asustado Franz, por lo general el no era tan osado.

-Prepárate. Dijo ella.

Se metieron detrás del biombo. Y Johanna abrió de un golpe la puerta. El demoledor se alertó de inmediato y se acercó al umbral de la puerta, pero no pasaba de allí. Lo tenían al lado y sentían su aliento encima de ellos.

Franz estaba muy asustado, e intentó retroceder pero sin darse cuenta tropezó e hizo caer una lata al suelo que rodó por la habitación.

Franz quedó paralizado. Los iba a descubrir, miro a Johanna y ella se veía calmada. Como podía permanecer así de tranquila, pensó.

El demoledor entró a la habitación. El sonido de la lata rodando lo motivo a entrar y aún no notaba la presencia de ellos. Entró hasta el otro lado de la habitación y estaba totalmente desprevenido.

-Ahora. Le susurró Johanna.

Pero Franz estaba petrificado.

Lo tomó del brazo y lo sacó de ahí.

A unos metros estaban los otros cinco. Perono se dieron cuenta de ellos. Parecía que esperaban algo, pero no había tiempo de analizar la situación.

Corrieron hasta la entrada de la cocina y lograron entrar.

-Maldita sea Franz casi nos matas. ¿En que estabas pensando?. Le gritó Johanna.

-Perdón tuve miedo. Le respondió Franz con la voz entrecortada.

-Franz este ya no es el mundo que conocíamos. No hay tiempo de tener miedo. Tienes que crecer.

Para Franz era increíble que una chica como Johanna le dijera esas palabras, pues Johanna era de esas chicas delicadas que no mataba una mosca. No podía imaginar que había pasado para llegar a tener ese pensamiento.

-¡Los demoledores están dentro del edificio. Repito, están dentro del edificio, por el pasillo que da a la cocina! Advirtió Johanna por la bocina.

-¡Demonios!

-Esa era Jhoanna.

-Espero que ella y Franz estén bien. Pensó Richard.

-Atentos todos. Quiero 2 torretas apuntando a fuera y el resto a dentro. Los apoyos de tierra. Apunten al pasillo.

-Lo logramos Franz. Ahora hay que escondernos. Dijo Johanna suspirando.

-Ven vamos al comedor, por allí podemos salir y llegar al cuarto de armas. Le indicó a Franz.

Johanna abrió la puerta y allí en frente de ella pasaban 6 demoledores que se les quedaron "mirando".

Franz. Cronicas Del FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora