6. El caza recompensas.

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Johanna y Franz quedaron estáticos, parecían estatuas. Esta vez Franz logro ver miedo en el rostro de ella.

Los demoledores simplemente estaban ahí parados. Ellos carecen de ojos, pero sabían de su presencia gracias a sus oídos. Ellos provocan un infrasonido, imperceptible para el oído humano, que les permitía "ver" todo a su alrededor.

Las bestias solo se quedaban ahí sin inmutarse.

-¿Pero que hacen? Susurro Johanna.

-¿Qué sucede? Le respondió Franz.

-Este no es un comportamiento habitual de los demoledores, ellos por lo general atacan a todo lo que se mueve.

- ¿Qué hacemos?

-Sigamos con el plan, mientras no nos ataquen todo estará bien.

Iban a salir del lugar rumbo al comedor cuando los demoledores comenzaron a caminar, los seis que estaban en frente de ellos pasaron, después otros dos, y por último paso uno que llevaba en sus hombros a un tipo vestido con una capucha negra, era un sujeto misterioso, parecía que él guiaba a los demoledores. Cuando pasó enfrente de los dos voltio su rostro hacia ellos, tenía una máscara azul inexpresiva. El solo los ignoró y siguió adelante.

-¿Quien es ese? Preguntó Franz

- No tengo idea, pero parece que nos traerá problemas. Vamos a seguirlo. Dijo Johanna.

-¿¡Qué!? ¿Estás loca?

-No hay opción, debemos saber cuál es su propósito aquí. Vamos.

Franz no tuvo más remedio que seguirla.

Lo siguieron a una distancia prudente por el pasillo, pero ante de llegar al patio el tipo hizo una señal y los demoledores iniciaron el ataque, pero se bajo del demoledor que estaba montando y tomó otro camino lejos del patio.

-Vamos al parecer nuestro amigo tiene otro plan más que un simple ataque. Exclamó Johanna.

El tipo se movía demasiado rápido, parecía inhumano. Por suerte se detenía en cada habitación para revisar.

-Es muy rápido ese sujeto. Dijo Franz.

-¿Que demonios busca? Se preguntó Johanna.

De repente el sujeto se encontraba en frente de la oficina principal, allí se guardaba información importante, que si llegase a caer en malas manos significaría la perdición.

El extraño entró allí y Johanna sin pensarlo dos veces entró. Franz la siguió asustado.

-¡Demonios! Harás que nos maten. Dijo Franz.

El tipo estaba esculcando los cajones de unos archivadores y en su mano tenía lo que parecía ser unos mapas.

-¡Dime que buscas! Grito Johanna.

-(...) El sujeto no respondió.

-!Responde¡

-Seguía sin responder.

Johanna se acercó a un escritorio y tomó una pistola que había allí y le apuntó.

-Que respondas. Insistió Johanna.

-No soy muy hablador. Respondió el sujeto. Era una voz suave, plana muy inexpresiva.

-Ya lo noté. Ahora responde qué haces aquí o te dispararé.

-Solo hago mi trabajo.

-¿Y cual es tu trabajo?

-Solo vine por algo de información.

-¿Información para quien?

-No puedo decirte eso. De hecho creo que ya he hablado demasiado.

-No tienes otra opción. Habla o disparo.

El sujeto no respondió y Johanna disparó, pero el dió un salto esquivando el disparo y quedando justo detrás de franz.

-¿Cómo demonios hizo eso? Dijo Franz.

Él tomó a franz por el cuello con su brazo.

-Mira chica yo no soy el tipo malo, solo soy un caza recompensas. Dijo mientras sacaba a Franz de la oficina.

-Suéltame. Forcejeaba Franz.

-Suéltalo. Le exigió Johanna.

-Lo haré cuando esté en un lugar seguro.

El sujeto salió corriendo a gran velocidad hacia el patio. Allí había una batalla. Richard notó que ese sujeto tenía a Franz.

-¡Hey tu! Suéltalo. ¿Quien eres? Le gritó Richard.

-¡Ayuda!. Grito Franz.

Ya solo quedaba vivo un demoledor, el resto ya había sido eliminado gracias a las torretas que habían sido ajustadas a tiempo. El sujeto dio un chiflido indicando al último demoledor que hiciera un agujero en el muro. Aquel extraño se escaparía y se iba a llevar a Franz.

Todos allí apuntaban al sujeto.

-Nadie dispare, pueden lastimar al chico. Gritó Richard.

-No te saldrás con la tuya maldito monstruo. Exclamó Franz.

Franz tomó con sus manos el brazo del extraño que rodeaba su brazo y con una hábil maniobra logró zafarse, y lo lanzó hacia un muro, con tal fuerza que logró dejarlo incrustado en el.

Todos lo rodearon y le apuntaban. Franz se acercó para observar. lo que había hecho.

- Parece ser que no soy el único monstruo aquí. Dijo y cayó inconsciente.  

Franz. Cronicas Del FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora