8. Una Larga Historia

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-¿Un año? ¿Cómo es eso posible? Pensaba Franz en voz alta.

-Se que esto es muy confuso para ti, pero para mi también lo fue. Ven, vamos a descansar, mañana te explico todo con calma. Dijo Johanna.

Franz y Johanna llegaron a una habitación con varios camarotes y allí se instalaron. La habitación estaba llena, la gente ya dormía, pero Franz estaba allí, con la mirada fija en las tablas de la cama de arriba, solo pensaba en todo lo que había dejado atrás, además no podía concebir el hecho de que Johanna llevara un año en ese lugar, era una locura. Al final franz quedó dormido, esperando que al despertar todo fuera normal.

Ya era de día, pero no se escuchaban aves, ni el murmullo de las autopistas, ni a su madre apurándole para ir a la escuela, estaba otra vez en ese horrible lugar.

Franz se sentó en la cama y notó que ya todos se habían levantado, así que se dispuso a levantarse y alistarse para iniciar el día.

- Hola Franz. ¿Como amaneciste? Lo saludo Johanna que venía entrando a la habitación.

- Hola Johanna. Pues bien. Respondió algo desanimado - Odio todo esto. Reprochó.

- Entiendo que no es nada fácil asimilar todo esto, pero ven, desayunemos y te contare todo. Dijo Johanna intentando animarlo.

Franz tomó sus botas y se levantó. Entonces fueron al comedor. Estaba vacío, solo estaba Richard en el mesón donde se sirven las raciones.

-Buenos días chicos. Los saludó con una gran sonrisa.

-Buenos días Richard. Contestó Johanna- Parece que estas de muy buen humor.

-Tu sabes que la comida me pone de buenas- Dijo mientras se servía una gran ración.

-Buenos días Franz, ¿como va todo? Saludó a Franz de manera más calmada. Había notado su desanimada.

-Buenos días Richard. Le respondo con tono desalentado.

-Disculpalo Richard. Se entrometió Johanna- Él aún no ha asimilado todo lo que le ha pasado.

- Lo imagino, pero vamos chico, estoy seguro de que todo estará mejor. Le dijo Ricard intentando animarlo- Mejor comamos, eso nos hará felices.

Richard tomó dos platos y sirvió una masa, parecía avena, pero definitivamente no lo era. Franz tomó uno y lo miró con desconfianza.

- Se que no es la comida a la que estábamos acostumbrados. Le dijo johanna mientras le entregaba una cuchara- Pero creeme que es bueno.

-Con confianza Franz. Le dijo Richard- Este es un alimento sintético con todo lo necesario para sobrevivir. Debido a la guerra la tierra es infértil y por eso se desarrolló este alimento.

Franz tomó la cuchara y juntos se sentaron una mesa que había ahí.

-Bueno Franz, mientras comemos te contaré mi historia en este lugar. Dijo Johanna.- Jumm, pero es larga.

-Me gustan las historias. Dijo Richard.

-Pero si tu ya la conoces.

-Si. Pero me gustan. Respondió Richard con la boca llena.

-Bueno todo comenzó el penúltimo día de escuela.

Ya habíamos salido de clases y como era de costumbre salí con mis amigas. Nosotras siempre tomamos el mismo metro, pero yo era la última en bajar. Bueno, ese día todo iba normal, me baje del metro y camine, pues de la estación a mi casa son como unos 20 minutos a pie, pero yo conocía un atajo. Cerca había un parque, que yo atravesaba para ahorrarme 10 minutos de caminata, además disfrutaba caminar por entre los árboles de ocobo. Ese día tomé el atajo pero a la mitad del camino, de la nada, apareció una especie portal de donde salieron tres personas.

-Justo como a mi. Dijo Franz mientras le daba vueltas a su comida- Pero no salió nadie de ahí.

- Continuo. Estas personas traían una especie de armadura y un casco que no me dejaba verles el rostro. Los sujetos salieron corriendo y se perdieron entre los árboles. Supongo que nunca me vieron, pues se fueron y dejaron allí el portal, además yo quedé detrás de ellos y nunca miraron atrás. En fin, de repente el vórtice se empezó a cerrar y empezó a absorberme con gran fuerza, no tuve de donde agarrarme y caí en el.

Recuerdo que la sensación de estar en ese portal fue la peor de mi vida. Quedé inconsciente y después desperté en una habitación de este lugar. Gustav me encontró en la ciudad y me trajo aquí. Todo eso pasó hace un año.

-Y yo te cure, no lo olvides. Exclamó Richard, que aún seguía comiendo.

-Claro que no lo olvido. Te debo mucho. Le respondió Johanna y lo beso en la mejilla.

-Al igual que tu ella se vio afectada por la radiación, pero ella no..mmm

-¿No se convirtió en un fenómeno como yo? Interrumpió Franz enojado.

- No quise decir eso. Respondió Richard apenado.

-No importa. Dijo Franz- ¿Pero de donde aparecieron estos portales?

-Mira fueron creados por un ser despiadado. Respondió Johanna- Años después de la guerra, después de la caída de los gobiernos,apareció un hombre con el "sueño" de unir a las personas en una sola nación. Sus ideales fueron calando en las personas y en poco tiempo ya tenía bastantes seguidores y junto a ellos empezaron a colonizar aldeas de personas que vivían en libertad, hasta que hoy en dia 80 años después tiene un imperio que se extiende casi por todo el planeta.

-Espera. ¿80 años? ¿Cuánto tiempo ha pasado? Preguntó Franz asombrado y un poco asustado.

-Se estima que desde la hora cero de la guerra han pasado aproximadamente 100 años. Le respondió Richard.

Esas palabras fueron balazos para Franz. Sudó frío y se echo encima de la mesa apunto de llorar.

-Cuidado Franz casi haces caer tu plato y mira que aun no has comido. Se preocupó Richard.

-100 años, 100 años. Murmuró Franz.

Franz estuvo así un tiempo, nadie dijo nada. Después de un minuto se levantó y dijo:

-¿Cómo están seguros de que el creó los portales?

-Bueno. Nosotros no somos los únicos rebeldes que hay, de hecho somos una red bastante grande que le ha hecho frente al imperio. Alaradió Richard- El caso es que tenemos varios infiltrados en la capital del imperio y tenemos información de que el creó los portales para ir al pasado y así conseguir materias primas y material tecnológico para mantener a su ejército fuerte, ya que en esta época es difícil conseguir.

-¿Y los rebeldes de donde consiguen estas cosas?

-Nosotros las robamos al imperio o a veces las partes tecnológicas las tomamos de artículos que encontramos de tu época.

-Eso explica los carros desvalijados que encontré cuando llegué aquí. Pensó Franz en voz alta- ¿Pero podremos regresar nuestra época?

-¡Claro que si!. Respondió Johanna- Tenemos que encontrar la forma de llegar a uno de los portales y regresar. Nunca pensé en esto, pues siempre estuve sola y creí que mi destino era aquí, pero ahora que te volví a ver, creo que es hora de regresar.

-Si. Dijo Franz decidido- Regresaremos a casa.

Franz tomó la cuchara y se echó un bocado de comida y quedó inmóvil con cara de susto.

-¿Qué te pasa Franz?¿Estás bien? Preguntó a Richard preocupado al ver su reacción.

-Sabe a avena. Odio la avena.  

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⏰ Última actualización: Apr 20, 2017 ⏰

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Franz. Cronicas Del FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora