"Me da asco"

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Christian Davis en galeria.

El camino a casa fue el peor momento de mi vida. Habia un silencio incomodo, y el ambiente estaba demasiado tenso. Pero definitivamente yo no iba a hacer nada para cambiarlo. El habia sido un completo idiota y lo ultimo que queria hacer en mi vida era volver a verlo. Pero para mi maldita suerte ¡Era mi profesor!

Estaciono frente a mi casa.

-Juliet, por favor- 

-¿Por favor? ¿Con eso quiere solucionar todo profesor?

-No me digas profesor- agrego rapidamente y en seco. Cerro los ojos y froto sus cienes. Los volvio a abrir y clavo su mirada en mi.

-No encuentro otra manera de decirle. Todo fue un jodido error-  En ese momento una lagrima rodo por mi mejilla. Le habia entregado mi virginidad a alguien que no valia la pena. Y que tambien acababa de conocer.

-No, no digas eso. No fue un error- Sus manos viajaron a mi rostro y con uno de sus largos dedos limpio la lagrima en mi mejilla. Aparte su mano rapidamente.

-No quiero volver a hablar con usted a menos que sea por asuntos escolares. No quiero que me vuelva a tocar, no quiero tener nada que ver con usted. Me da asco-.


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Mi cabeza estaba apunto de explotar. Me habia levantado a regañadientes de la cama y para la hora del almuerzo ya no podia mas. Ademas de ese jodido dolor en mis genitales que me recordaba la noche anterior.

Me sente al lado de John, tenia que disculparme por lo de la noche anterior.

-Hola John- dije mientras colocaba la bandeja en la mesa, a un lado de el.

-Hola, ¿como te va?- una sonrisa se coloco en sus labios.

-Me queria disculpar por lo de anoche, de verdad lo lamento mucho- dije. 

De verdad lo lamentaba, el era un muy buen chico, no se merecia que le hubiera mentido.

-Todo esta bien Juliet, no pasa nada, no te preocupes- me pellizco la nariz tiernamente, lo cual, de alguna manera, me hizo sentir mejor.

-Pensaba en cuando podiamos repetirlo, pero esta vez, sin que salgas corriendo de mi- dijo bromeando.

-Cuando tu quieres- le devolvi la sonrisa y comenze a comer.

-Perfecto- contesto siemplemente y siguio comiendo sus papas fritas.

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-Señorita Crawford, recuerde las tutorias despues de las clases. Claro, a menos de que quiera reprobar mi materia- Levante la cabeza, me miraba fijamente al igual que el resto de la clase.

¿Porque lo habia dicho enfrente de toda la clase? Claro, tal vez queria comprometerme a que fuera a sus jodidas clases, pero no, conmigo no iba a funcionar, asi que fingi no haberlo escuchado y continue escribiendo en mi cuaderno.

-¿Acaso no me escucho? Le estoy hablando- volvio a decir, en su voz se podia notar la rabia contenida. Pero el no era el unico.

-Lo escuche profesor, solo que no me importan sus jodidas tutorias-.

La clase entera me volteo a ver con los ojos abiertos como platos. Y era comprensible. Nadie le faltaba el respeto al profesor Davis. John movio sus labios en un "¿Que te pasa?". El profesor Davis me miraba fijamente, sus ojos brillaban de rabia, parecia que iba a explotar en cualquier momento. Inhalo fuertemente tratando de tranquilizarse.

-Señorita Crawford, espero que sea la ultima vez que me hable de ese modo. La proxima no creo que corra con tanta suerte-.

Se dio la vuelta y continuo dando la clase.

-Ah, y la espero en mis tutorias- agrego.

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-¿Que paso ahi dentro?- pregunto John mientras caminaba a mi lado.

-Lo odio- solte con furia.

La verdad lo hacia. Estaba obligada a ir a sus tutorias de mierda.

-Si, ya me di cuenta- solto una pequeña carcajada y continuo caminando a mi lado. -Oh, casi lo olvido- agrego y se paro en seco. Yo lo imite.

Comenzo a sacar una pequeña invitacion de el bolsillo de su pantalon.

-Mis padres haran una fiesta mañana por la noche, es tambien para exponer las obras de arte de mi madre. Me gustaria que vinieras-.

Puso el pequeño papel en mi mano.

-Suena muy formal John, y privado- dije mientras veia la hermosa invitacion en mi mano.

-Y lo es. Pero de verdad, me encantaria que fueras, ademas, mis padres estan felices de que vayas. Ellos quieren conocerte- Sonrio ampliamente dejando a la vista esa sonrisa perfecta.

-Claro, sera todo un placer- conteste con la misma sonrisa. -Oh, pero ¿que crees que deberia ponerme?- El sonrio y volteo a verme.

-Con lo que sea te veras hermosa, de eso estoy seguro-.

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Toque la puerta de la oficina. La puerta se abrio lentamente y camine hacia su interior. Nunca lo habia visto tan detalladamente. Detras del escritorio habia un librero enorme color caoba que ocupaba toda la pared. Luego, habia un hermoso sillon del mismo color y una pared totalmente cubierta por certificados y reconocimientos.

-Sientate- Su voz atravezo la oficina entera y retumbo en mis oidos.

Me sente en la acolchonada silla frente al escritorio. Estaba horrorizada.

-Explicame ¿que carajos fue lo de ahorita?- Su voz estaba llena de rabia, de nuevo. Sus ojos estaban clavados en mi. Comenze a  jugetear con mis manos, lo que al parecer le molesto.

Se levanto del escritorio y camino hacia mi silla. Se arrodillo frente a mi y con sus manos me acerco mas a el.

-Te hice una pregunta Juliet-.

Mi corazon se acelero. Estaba tan cerca de mi y solo podia pensar en sus malditos labios. Pero no, tenia que controlarme. Tenia que centrarme.

-No lo se- articule mientras bajaba la vista hacia mis manos.

-¿No lo sabes?- Volvio a decir, esta vez una sonrisa se asomo en sus labios. Pero no era una sonrisa de amabilidad, era esa sonrisa maliciosa que lo hacia ver como en mismo Satan.

-No lo sabes- volvio a decir mientras se acercaba mas a mi.

Sus labios estaban demasiado cerca de los mios.

-Asi que no lo sabes- dijo por tercera vez mientras sus labios rozaban los mios.





Teacher | PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora